Cuando habla de su modelo de negocios ideal, el presidente Mauricio Macri enumera de memoria las compañías unicornio: la firma de comercio electrónico Mercado Libre, creada por Marcos Galperín; Despegar.com, que revolucionó la venta de paquetes turísticos online de la mano de Roberto Souviron; la desarrolladora de software Globant, creada por Martín Migoya y Guibert Engliebenne, y OLX, los clasificados online que nacieron de la mano de Alec Oxenford.
Con esta expresión importada del paraíso tecnológico de Silicon Valley en Estados Unidos se designa a los emprendedores que, gracias a la tecnología, irrumpen con empresas que en poco tiempo superan los US$ 1.000 millones de valuación. Se toma al “unicornio” como una figura que refleja la idea de que “todo es posible” tanto en el mundo tech como en las ficciones donde se los encuentra.
“Es positivo que en la Argentina existan cuatro empresas de la nueva economía que en relativamente poco tiempo lograron crecer, escalar y posicionarse como referentes globales”, dice Mariano Mayer, secretario de Emprendedores y PyMEs. “Tenemos un gran potencial en nuestro capital humano para desarrollar emprendimientos”, añade. Pero el hincapié oficial en estas empresas también genera cuestionamientos:
◆ Fracaso y desilusión: “Hay que tener cuidado con exaltar la figura de los unicornios, porque eso también te genera un 99% de desilusionados”, apunta Aníbal Carmona, presidente de la Cámara de Empresas de Software (Cessi), una entidad que de hecho trabaja en la estimulación de nuevos emprendedores. “Es cierto que la gran mayoría de los que empiecen hoy fracasarán”, apunta Mayer, que agrega: “Por supuesto que queremos más de estos casos”. Andy Freire, hoy ministro entrepreneur del PRO en la Ciudad, repite que el 80% de los nuevos negocios no sobrevive más de dos años. “Si solamente el Estado se limita a mostrar y exaltar estas figuras, se estaría incumpliendo una parte de la misión: apoyar y sostener”, marca Silvia Torres Carbonell, directora del Global Entrepreneurship Monitor y funcionaria de la Ciudad, que destaca que hay en marcha políticas públicas en la materia.
◆ Ego vs. equipo: Carmona, de Cessi, vuelve a marcar el “riesgo” de que haya un “exagerado culto al emprendedor exitoso”, que puede terminar jugando en contra a la “creación de valor” y al trabajo en equipo, un dogma de Cambiemos. “La figura del genio emprendedor, si existe, siempre está acompañada del equipo”, apunta Torres Carbonell. “El emprendedor está sobrevaluado”, redondea Engliebenne, de Globant.
◆De dueños a gerentes: que haya cuatro “unicornios” argentinos no significa que se pueda consolidar un grupo de empresas argentinas del ramo, una “burguesía digital” argentina. Ellos no lo ven como algo negativo: “Somos empresas abiertas que recibimos capitales externos”, dice Engliebenne. De hecho, por citar un caso, Globant, como muchas otras multinacionales, tiene sede en Luxemburgo, un paraíso fiscal europeo. Despegar.com está basada en Delaware. Mercado Libre tiene una alianza con eBay y su fundador, Galperín, armó el Fideicomiso Galperín con sede en Nueva Zelanda desde donde maneja su participación en la compañía. “Sus creadores rápidamente pasan a ser más gerentes de accionistas extranjeros”, apunta Carmona, que sin embargo subraya su rol, aunque resalta que más allá de los unicornios hay que masificar la creación de empresas pymes, “que son las que sostienen la creación de valor”.