ECONOMIA
OPINIÓN

FMI y crisis agrícola: un rescate que se desvanece bajo el calor y la caída de precios

El Fondo Monetario Internacional girará al país 4.700 millones de dólares, casi lo mismo que en un cálculo conservador podría perderse por la caída en la cosecha de soja o maíz. La caída del precio internacional también merma las expectativas de dólares frescos.

FMI y crisis agrícola
FMI y crisis agrícola: un rescate que se desvanece bajo el calor y la caída de precios. | Cedoc Perfil

Las altas temperaturas que se registran desde la última semana de enero en todas las regiones del país, con picos históricos de 46 grados en provincias como Chubut, están modificando las expectativas de producción del país, lo cual también modifica los potenciales ingresos de divisas por la exportación.

En una quincena de altísimas temperaturas, en muchas regiones con vientos poco habituales y que no contribuyen al crecimiento, se pasó de la ilusión de una cosecha récord a esperar desesperadamente las lluvias.

Si bien aún las expectativas de producción son elevadas, en especial en comparación con la catástrofe del ciclo anterior, la realidad nos pone de manifiesto, una vez más, la altísima dependencia que tiene nuestra economía del agro. Las buenas expectativas de recuperación de reservas en el Banco Central, entre otros factores, están basadas casi en un 100% en la “buena cosecha” qué se espera y en “qué los precios internacionales ayuden”.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Campo

Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), hasta la primera quincena de enero, solo el 3% de la soja estaba en condición “buena” a “muy buena”, condiciones que en el maíz se daba solo en el 5% a nivel general.

Las últimas estimaciones mostraron una merma de 5 millones de toneladas en la cosecha de soja, cifra final atada a la llegada de las lluvias: con lluvias, el pronóstico era de entre 35 y 37 millones de toneladas; sin lluvias, un máximo esperable cercano a los 30 millones.

En maíz, en tanto, el problema se hizo más grave, ya que la falta de agua condicionó la superficie sembrada, normalmente del 40% a esta altura del año pero que solo alcanzó entre el 20 y el 25% del área productiva.

Biocombustibles: las pymes amenazan con un "tractorazo" en rechazo a la ley Ómnibus

Ayuda que se esfuma

El directorio ejecutivo del Fondo Monetario Internacional aprobó el último día de enero una nueva revisión del programa de cancelación de deuda con nuestro país, la primera bajo el gobierno de Javier Milei, y desembolsó US$4.700 millones con un fuerte respaldo a las medidas para bajar la inflación y estabilizar la economía.

Las proyecciones de ingresos de divisas elaboradas a comienzo de diciembre, que contemplaban una gran producción en toneladas, fueron hechas con precios internacionales que comenzaron a bajar y siguen esa tendencia.

Hoy, una cuenta conservadora, con alguna pérdida ya de rinde en algunas zonas y con la baja de precios internacionales representa hoy una caída en los ingresos de entre 4 y 5 mil millones de dólares. Casi tanto como el rescate enviado por el Fondo, una parte del cual se irá a pagar deuda y otra, aunque menor pero que mermará las arcas del Central, para cancelar intereses.

Si las lluvias llegan en los próximos días, la producción seguiría siendo cerca del doble que la del año pasado, tanto para maíz cómo para soja. En trigo, lamentablemente se confirmó que muchas veces las expectativas iniciales pueden no concretarse, ya que eran originalmente de entre 18 y 20 millones de toneladas y, según las proyecciones, la cosecha no superará los 15 millones de toneladas, a lo que habrá que sumarle una fuerte baja en el precio internacional.

Aumentos en las prepagas: 58% de los argentinos piensa hacer un cambio en su cobertura de salud

¿Qué pasa si las lluvias anunciadas no llegan durante la primera semana de febrero? Seguirán esfumándose dólares potenciales y producción fundamental para los productores agropecuarios.
¿Qué pasa si los precios internacionales siguen bajando? Se esfumarán más de esos dólares potenciales. ¿Y si además de seguir mermando la producción los precios internacionales siguen en caída libre? Ya sabemos la respuesta.

Ante cualquiera de estos escenarios negativos, lo que no se modificará es el descuento de derechos de exportación sobre el precio qué recibe el productor, sin importar si cosecha 100 millones 50 mil o 1 tonelada de grano. Este es, sin dudas, uno de los impuestos más dañinos para el país y que impide al productor la reinversión, provocando la caída de industrias paralelas al campo, así como la planificación de la próxima campaña.

Es incomprensible qué teniendo tan clara la dependencia de la economía argentina sobre la producción agropecuaria, no haya gobierno que piense seriamente en medidas adecuadas para potenciar y multiplicar esa fuente de recursos genuinos, que no sólo favorecería el ingreso de divisas al país sino que también contribuiría a la generación de empleo formal, algo sumamente necesario en una economía que tiene el 40% de informalidad, y al desarrollo del interior argentino.

Es tan clara la ecuación, que el gobierno que entienda que sacando las trabas actuales y dejando a los productores y empresarios hacer lo que saben, producir igual que en el resto del mundo, en menos de un año ya podría ver cambios positivos en la economía. Cambios que favorecerían desde el aumento de área sembrada hasta la mejora en tecnología, pasando por un mayor uso de fertilizantes y renovación de maquinaria hasta la posibilidad de incorporar riego en las zonas aptas, transformando radicalmente el escenario en el origen mismo de la producción.

De a poco se puede ir cambiando nuestra realidad. Nuestra economía no puede depender de si llueve o no llueve, si esa lluvia lleva en una semana o en dos. No podemos seguir dependiendo de mirar todos los días pronósticos extendidos, cambios en las medidas económicas o subas de impuestos.

Los productores no pueden planificar su futuro y su economía como si se tratara de una planilla de Excel.

(*) Ingeniera agrónoma y consultora en mercado de granos.