Inflación "reprimida": advierten que los precios regulados generan distorsiones en la economía
Economistas alertan que el exceso de controles y regulaciones propician desequilibrios en el sistema de precios relativos y deriva en la pérdida de noción del valor de los bienes y servicios respecto a otros.
En qué consiste el fenómeno de la inflación "reprimida |
Noticias Argentinas (NA)/Marcelo Capece
La aceleración de la suba del costo de vida de los últimos meses con un pico de 12,7% en octubre esconde una faceta poco explorada: la inflación "reprimida". Este fenómeno latente en la economía nacional surge a partir del atraso de determinados bienes y servicios que son regulados por el Gobierno.
Tanto las tarifas de los servicios públicos como los combustibles, el transporte, la telefonía, las prepagas y los alquileres crecen por debajo del ritmo inflacionario porque forman parte de los acuerdos de precios a los que apela la coalición gobernante para contener una eventual espiralización.
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A medida que aumenta la diferencia entre los regulados y el resto de los bienes "libres", el sistema de precios relativos suma distorsiones y se pierde la noción de cuánto cuesta un producto respecto de otro.
Causas y consecuencias de la inflación reprimida
Consultado por PERFIL, el jefe de Research de Romano Group, Salvador Vitelli, le adjudicó el foco de conflicto a los productos y servicios intervenidos por la administración central, que busca mantenerlos a raya mediante subsidios o congelamientos para evitar su disparada.
"Eso termina generando una mayor olla a presión porque cuando se libere, va a liberar más inflación aún: entre un 40% y un 50% de inflación mensual si se corrigiesen todos los valores al alza", alertó el analista económico.
La pérdida de la noción del costo de un servicio o producto respecto de otro provoca una mala asignación de los recursos que impacta de lleno en el bolsillo de los ciudadanos, de acuerdo a Vitelli.
De mantenerse una senda de represión, el especialista vislumbró el agravamiento de un "sistema que se vuelve insostenible y generalmente produce desabastecimiento o un mercado informal".
"Siempre que se quiera regular un precio, lo primero que aparece es la escasez. Por eso es que es muy difícil regular precio y cantidad al mismo tiempo. Se acumulan las inconsistencias y comienza a darse la escasez en nafta, insumos médicos y dólares", graficó.
En tanto, el economista Orlando Ferreres vinculó el corset inflacionario a la falta de ajustes en distintos indicadores macroeconómicos como el tipo de cambio oficial, con una devaluación poselectoral de 22% que quedó rezagada frente a un IPC que marcó 23% en el último bimestre.
"Lo mismo para otras variables comprendidas en Precios Justos como la nafta. Esos controles o pisar los precios generó una inflación reprimida, unido a una gran emisión de dinero del Banco Central al Tesoro para cubrir su déficit", juzgó el experimentado consultor.
En tal sentido, Ferreres explicó que el congelamiento o la actualización por debajo de los demás sectores de la economía baliza el sendero hacia el desabastecimiento, como ocurrió con los combustibles en los últimos días.
Por su parte, el director asociado de EcoGo, Sebastián Menescaldi, evaluó que "se está rompiendo el sistema de precios con todas las regulaciones que imponen" como los acuerdos de precios, que la Secretaría de Comercio renovó hasta el 31 de diciembre, o las 16 cotizaciones diferentes del dólar.
En el día a día, las distorsiones se sienten a la hora de comprar. Ese dilema de no saber si un bien es caro o barato o si conviene comprarlo o no. "Se pierde información y se mal aprovechan los ingresos por esa falta de información", acotó el entrevistado.
Además, Menescaldi alertó que la profundización de este proceso sume a la ciudadanía en una dualidad: "Terminás teniendo precios para los que cobran en dólares y otros para los que compran en pesos".
Según el jefe de Research de Fundación Libertad y Progreso, Eugenio Marí, el nudo de la problemática pasa por el financiamiento del Banco Central al Tesoro Nacional, que calculó en "casi 20 puntos del PBI" en los últimos cuatro años.
"La consecuencia previsible fue que se aceleró el proceso de pérdida de valor del peso. Pero para no reconocerlo, el Gobierno salió a intervenir los mercados, fijando precios o estableciendo cronogramas de aumentos. Es así que hay rubros donde, por la intervención gubernamental, los precios subieron menos que el IPC general", describió.
Bajo su perspectiva, el elenco gobernante "ha apostado a los controles de precios como única herramienta para estabilizar la inflación, mientras que el desequilibrio fiscal crece y el BCRA financia cada vez más al Tesoro, lo que genera un peor funcionamiento de los mercados, menos oferta, menos inversión y menos productos disponibles para los argentinos".
"Plan integral": la salida al laberinto de la inflación reprimida
Desandar el camino de compresión inflacionaria y recuperar el sistema de precios relativos es uno de los principales desafíos que le depara a la futura administración. Sin embargo, los expertos consultados por PERFIL advierten que si la faja se suelta de un día para el otro, puede provocar una escalada mayor.
De hecho, los economistas coincidieron en la necesidad de elaborar un "plan integral" que contemple las variables más importantes de la economía como el tipo de cambio, los salarios y la política de subsidios, entre otros.
A juicio de Salvador Vitelli, la corrección de los precios relativos debe darse con "con quita de subsidios o aumentos continuos y esquematizados para que distintos segmentos se vayan acoplando a los niveles generales".
"Se puede salir pero hay inflación reprimida. La variable salario, que es la última en ajustar, puede terminar sufriendo por el hecho de que hay rubros muy sensibles que se encuentran muy atrasados como alquileres, tarifas, combustibles y transporte. Eso pega de lleno en el bolsillo del ciudadano de a pie", observó.
Para Sebastián Menescaldi, el ajuste pasa por alinear salarios, precios y tarifas, "quitar regulaciones que están rompiendo el sistema" y "unificar el mercado cambiario de la manera tal que el costo social que haya que enfrentar sea el menor posible".
En la misma línea opinó Eugenio Marí al postular un "programa integral" que incluya como "condición básica levantar los controles de precios y unificar el mercado de cambios".
"En este marco, sería muy importante mantener la asistencia a las familias más vulnerables, pero a través de transferencias que vayan directo a las personas, en lugar de apostar a distorsionar el sistema de precios. Cuánta mayor sea la credibilidad, menores serán los costos de la normalización de precios relativos y más rápido se volverá a crecer", concluyó.
