La inflación, como el principal problema de la economía doméstica argentina, afecta los precios en todos los rubros. Perjudica al comercio, la inversión y al conjunto de la planificación económica. Sin embargo, de entre los perjuicios que provoca, su efecto en el alza del precio de los alimentos es el que hoy más preocupa al Gobierno, y a la ciudadanía en general.
Los últimos cuatro años, en los que ininterrumpidamente subieron mes tras mes los precios de los alimentos por sobre la inflación, han mostrado que este problema atraviesa los gobiernos, así como a sus diversas recetas económicas que sin excepción continúan aplicándose sin éxito. Mientras los sectores más vulnerables se desmoronan de la pobreza hacia el olvido que configura la situación de indigencia.
La suba de los alimentos no perjudica a todos en forma pareja. Afecta con más severidad a quién disponga en ellos un mayor porcentaje de su ingreso, es decir a los sectores más desfavorecidos.
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La medición en el precio de los alimentos mediante el análisis de la canasta alimentaria, indica, además, el corte para referenciar la pobreza y la indigencia. De acuerdo con el muestreo correspondiente a la primera quincena de febrero realizado por Consumidores Libres, la asociación que legalmente representa el Dr. Héctor Polino, 21 de los productos que la canasta básica de alimentos incluye vieron un aumento promedio del 2,90%. Así, la suma acumulada en el primer mes y medio del año ya asciende a 8,09%.
En el desglosado, la nota la dieron las frutas y verduras, que subieron en la primera quincena de febrero 3,66%, y que acumulan en lo que va del año un 25,33%. Secundadas por los productos de almacén, que acumularon en el año un 6,51% y la carne, con una suba de 3,62%. Ahora, promediando el porcentaje de suba acumulada en los cinco productos que más aumentaron sus precios, conforme con la medición de Consumidores Libres, la zanahoria, la acelga en paquete, el tomate perita, los huevos y el pan fresco subieron en apenas 45 días un 48,16%.
Los precios que se le pagan al productor subieron muy por encima de los que se le cobran al consumidor. La medición a escala nacional realizada en la segunda quincena de enero por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), sobre 24 de los principales agroalimentos, indican que los consumidores pagaron en promedio 3,45 veces más de lo que cobraron los productores. Y, que la brecha de precios entre origen y destino que promedió un 5,06%, se redujo un 7,20% en enero.
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Mientras que los precios en origen aumentaron 59,20%, los precios en góndola lo hicieron un 20% y, así, la participación promedio del productor en el precio final de los productos relevados trepó al 31,80%.
Las circunstancias climáticas le auguran una mayor combustión a los precios. Pablo Juan Sánchez, presidente de la Asociación de Sociedades Rurales de Corrientes, apuntó en declaraciones radiales que el sector del arroz, la yerba, los cítricos y los ganaderos habían ya hacia fines de enero registrado pérdidas que ascendían a los 26 mil millones de pesos a causa de los incendios en la provincia.
Al ser consultado sobre el impacto en los valores que la pérdida de las 520 mil hectáreas productivas que el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) estima que se perdieron podría tener, Sánchez afirmó que “en el corto plazo seguramente no se sentirá. Pero, en el mediano plazo, habrá un impacto en los precios y una faltante de ‘productos clave’ para la mesa de los argentinos”. Esto impactará además en los sectores más vulnerables.
NM/HB