A una inflación orillando el 100 por ciento anual, la disparada de los dólares alternativos, a las elecciones presidenciales y los abultados vencimientos de deuda en pesos, se sumó una sequía que golpea a la principal fábrica de dólares de la Argentina.
Estos factores hacen que el 2023 llegue con múltiples desafíos que no se harán esperar y que atentan contra la intención del Frente de Todos de mantener el poder por otros cuatro años más.
La sequía y la fábrica de dólares
Las condiciones adversas del clima amenazan el ingreso de dólares, lo que también significa que están en riesgo las ya reducidas reservas del Banco Central que, este jueves compró US$ 539 millones en el mercado cambiario, favorecido por el incentivo que genera la reimplementación de un tipo de cambio especial para las exportaciones de la cadena sojera y por el ingreso de fondos para infraestructura, logrando un respiro.
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La pampa húmeda es la zona más afectada por la falta de lluvia, lo que derivó en la postergación de la siembra de soja. Un informe de La Bolsa de Comercio de Rosario sostiene que hace un año ya estaba sembrado el 50% de los lotes, mientras que al día de hoy, solo el 5%.
De acuerdo al último informe de la Mesa Nacional de Monitoreo de Sequías se identificaron, según el análisis multiíndice, 163 millones de hectáreas en sequía en el país, de las cuales más de 22 millones se encuentran en categoría severa.
El impacto de las condiciones climáticas ya se puede observar en el informe de La Bolsa de Comercio de Rosario de noviembre en el que revelan que las exportaciones del sector agroindustrial en 2023 alcanzarían los US$40.694 millones, es decir, US$ 1.1989 millones menos que los US$ 41.892 proyectados para el 2022.
El documento agrega que las exportaciones netas caerán US$1.455 millones respecto al 2022 para cerrar el próximo año en US$38.326 millones.
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El documento de la BCR expone el impacto de la sequía principalmente en la cosecha de trigo, que aportaría en la campaña 2023 unos US$ 2.395 millones, US$ 2.053 millones menos que los US$ 4.449 proyectados para 2022.
“Para el próximo año el ciclo económico va a estar condicionado por lo que pase con la cosecha agrícola, las necesidades de divisas externas, del Gobierno, las empresas y el ciclo político”, señaló Sebastián Menescaldi, director de la consultora EcoGo citado por Bloomberg Línea.
“La sequía podría provocar un fuerte deterioro de la cosecha, con impacto importante en la actividad económica, teniendo en cuenta su trasvasamiento a otras actividades como el transporte y el comercio”, agregó. Asimismo recordó que a “mayores necesidades de pagos al exterior y menores ingresos de divisas comerciales probablemente lleven a un manejo más cauto de las importaciones y un retroceso de la inversión”.
El cepo y los tipos de cambio
El menor ingreso de divisas por la sequía pondría en serios problemas la intención del Gobierno de unificar el tipo de cambio, tal como como mencionó en una nota de opinión Gabriel Rubinstein en la que consideró que Argentina “debería volver a la macro ordenada de hace 20 años” para lo que según dijo en otro evento se necesitan “US$ 20.000 millones de reservas netas”.
No obstante, más allá de esas aparentes expresiones de deseo del viceministro de Economía, dentro del Ministerio de Hacienda parecería de momento no haber una expectativa real de que pueda unificarse el tipo de cambio en un futuro cercano.
La actividad
Al tener múltiples tipos de cambio, el cepo y la brecha cambiaria, el nivel de actividad encuentra un techo, que en los últimos meses ya muestra signos de agotamiento.
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Para Menescaldi, la economía en este año finalizó el proceso de salida de la pandemia y ese hecho le habría permitido crecer algo más del 5%. Pero este crecimiento, apuntó, desequilibrado producto del cepo y el cierre de la economía.
Y dijo que eso impulsó las rentas empresariales, la inversión y las importaciones, en desmedro de una mejora de los ingresos de las familias, el consumo y las exportaciones.
“Con el cuerdo con el FMI y el mercado de cambios desbalanceado, el sector externo ha empezado a poner límites en el crecimiento y desde el último trimestre del año empezamos a registrar una caída de los niveles de actividad”, señaló.
“Es factible que la actividad económica retroceda en torno al 3% el próximo año”, adelantó el economista citado por Bloomberg Línea.
Inflación
Seguro que será uno de los temas que marcará la agenda durante el 2023. En el Gobierno esperan que diciembre termine con una cifra similar al 4,9% de noviembre, lo que implicaría que la suba de precios acumulada y sostenida en 2022 se situaría en torno a 95%.
Sin embargo, el equipo económico espera que se consolide la desaceleración de la inflación, y que cada 75 días el IPC se vaya situando en escalones cada vez más bajos.
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No obstante, esa expectativa no es compartida por los economistas privados. Según el último Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) publicado por el Central, los economistas privados esperan que la inflación se mantenga en la zona del 6% mensual por lo menos hasta mayo, y que el 2023 cierre con una suba acumulada de precios del 99,7%.
Elecciones y vencimientos de deuda
Sin duda la contienda electoral será uno de los factores que marcarán la agenda del 2023. “Uno de los puntos fundamentales para saber el desempeño económico para el próximo año es estimar la probabilidad de cooperación política que pueda existir”, señaló Menescaldi al citado medio.
Y acotó: "La falta de cooperación puede provocar una fuerte caída de la capacidad de financiamiento en el mercado interno del déficit gubernamental que, a diferencia de este año donde nos endeudamos con el FMI, será la única fuente de financiamiento genuina por el cierre del mercado internacional y la baja profundidad de crédito de otros organismos internacionales”.
“La falta de confianza puede llevar a seguir acumulando vencimientos en el mercado en pesos, provocando una pared en la previa a las elecciones. Esto podría provocar un fuerte incremento de la emisión en pesos, como alternativa con los riesgos que ello acarrea en el balance del BCRA”, agregó.
“Esta situación puede ser un importante riesgo para el próximo año, dado que una salida abrupta del mercado de deuda privado que obligue al BCRA a salir a rescatar la deuda puede provocar una nueva crisis financiera, con impacto en la brecha, en los precios y la actividad”, aseveró el economista de EcoGo.
Fuente: Bloomberg Linea
SE / LR