En un informe sobre la seguridad alimentaria a nivel mundial, el periódico económico británico Financial Times sostuvo que el Gobierno argentino desalienta la producción de trigo al intensificar las restricciones a las exportaciones en medio de los aumentos de precios y demandas generados por la guerra en Ucrania.
La publicación cita el testimonio de del productor santafesino Aimar Dimo, quien decidió recortar su área sembrada con el cereal. “En un momento en que deberíamos estar vendiendo al mundo porque nos necesita más que nunca, no tenemos confianza ni incentivo”, expresó el agricultor.
Según el FT, los productores argentinos enfrentan factores que desalientan la implantación del cereal: “El principal entre ellos es una estricta cuota de exportación, que la administración peronista de izquierda de Fernández redujo aún más en marzo para apuntalar los suministros domésticos: una medida que los agricultores dicen que va en contra de su declaración del mes pasado”.
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Además, “el costo de insumos como el combustible y los fertilizantes también ha aumentado considerablemente a medida que la guerra golpea los suministros y la inflación se disparan en la tartamudeante economía argentina”.
El periódico agrega como elemento de incertidumbre la consideración de aumentar las retenciones sobre el trigo al 12% y el nuevo impuesto de “renta inesperada” que, según los analistas, afectarían a los exportadores de materias primas, como los agricultores.
Cultivos alternativos
Debido a esa incertidumbre, los productores trigueros están dispuestos a sembrar otros cultivos, como el girasol y la cebada que, al no ser tan ampliamente consumidos en Argentina como el trigo, se consideran con menos riesgo de intervención estatal, sostiene en el reporte Agustín Tejeda, de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
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“Los agricultores dijeron que los costos generales asociados con la próxima cosecha de trigo aumentaron en un 40 por ciento. Mientras tanto, se producen grandes distorsiones en el tipo de cambio local, sumándose a la presión sobre los salarios y los costos de transporte”, señala el artículo.
"Incluso si los precios de los fertilizantes fueran a estabilizar o restringir, las condiciones climáticas han sido otro desafío a medida que el país emerge de un período de sequía severa que terminó en febrero".
LM