Un principio de alivio para la exportación de trigo de Ucrania. Rusia entreabrió una puerta para facilitar la seguridad alimentaria de varios países, puesta en duda por la ONU.
El ministro de Exterior de Rusia, Serguéi Lavrov, se mostró dispuesto a dar garantías formales de que sus tropas no atacarán los puertos si Ucrania accede a desminarlos y deja salir a los barcos. Lo anunció Lavrov en una conferencia de prensa conjunta con su homólogo turco, Mevlüt Çavusoglu, en Ankara, donde hace unas semanas naufragaron las negociaciones con Ucrania.
Desde la Comisión Europea y el Consejo Europeo ven que la seguridad alimentaria se ha convertido en una de las armas del régimen de Vladimir Putin tras el bombardeo a los almacenes de granos y el bloqueo de los puertos ucranianos. Ucrania acumula 20 millones de toneladas de granos desde el comienzo de la invasión rusa. Esa cantidad perturba la seguridad alimentaria mundial, porque hace subir los pecios y provoca hambruna.
Turquía se ofreció para aplicar un plan internacional, que debe ser acordado con Rusia, Ucrania y la ONU, para permitir exportaciones de cereal tanto de Rusia como de Ucrania, actualmente bloqueadas. De ser aceptado, barcos turcos escoltarían a los que mercantes que transporten los cereales desde la costa ucraniana después de desminar los puertos.
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Ucrania es uno de los mayores exportadores de cereales del mundo. Los países occidentales han acusado a Rusia de crear el riesgo de una hambruna mundial al cerrar los puertos de Ucrania en el Mar Negro. Rusia niega su responsabilidad y culpa a las sanciones occidentales. Lavrov culpó al presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, de haberse "negado categóricamente" a resolver el problema de los puertos minados. Quiso decir que la pelota está en su tejado.
JL PAR