Por qué la privatización de los bancos públicos propuesta por Milei "es una mala idea", según una consultora
Para Marangoni & Rodríguez Asociados, la iniciativa del gobierno libertario tendría efectos negativos en "la estabilidad y la soberanía económica del país".
El presidente Javier Milei y el Banco Nación |
Cedoc Perfil
Una de las propuestas que se enmarcan dentro de la política de desregulación de la economía planteada por el gobierno deJavier Milei en sus primeras semanas de gestión, a través tanto del Decreto 70/2023 como del proyecto de Ley Ómnibus presentado en el Congreso, tiene relación a la habilitación para la privatización de la banca pública, de entre las que se destacan el Banco Nación, en la que es "una mala idea" según una consultora privada.
Así lo reflejó Marangoni & Rodríguez Asociados a través de un informe, en donde afirmaron que la iniciativa "es una mezcla de ensoñación dogmática, confusión, falta de prioridades y carencia de estrategia política" y que, de avanzarse con ella, podría provocar efectos negativos en "la estabilidad y la soberanía económica del país".
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En la actualidad, el sistema bancario público está conformado por 13 entidades, donde dos son nacionales (el Banco Nación y el Banco Argentino de Desarrollo), nueve provinciales y otras dos municipales.
En este sentido, el documento remarcó que "todas compiten palmo a palmo con los bancos privados bajo las mismas reglas del Banco Central", al mismo tiempo que resaltó distintos productos que han puesto a algunas de estas entidades en los primeros planos, como es el caso de Cuenta DNI por parte del Banco de la Provincia de Buenos Aires.
A continuación, el escrito buscó 'desmentir' algunas presunciones que "buscan sostener el argumento privatizador en una industria como la bancaria donde no existe ningún indicio para alentar dicha política", según se especificó.
En primer lugar, la entidad hizo foco en la idea de que "tienen un mal desempeño económico-financiero" y trató de refutar dicha conjetura al asegurar que los indicadores "arrojan una posición de solvencia, rentabilidad, eficiencia y liquidez similar en ambos segmentos de entidades".
"Una fortaleza envidiable y apetecible de los grandes bancos públicos es la atomización de su fondeo, diversificación de la cartera crediticia y la capilaridad territorial de su red de sucursales y cajeros automáticos. En épocas de shocks como lo fueron la crisis sub-prime, la pandemia o la crisis con el campo por la 125 que contagió al sistema bancario, estos activos valen doble", sostuvo.
Posteriormente, puso el énfasis en la noción de que la banca pública "se quedó en los años ochenta", cuando se dio un contexto de "repliegue de los bancos de desarrollo y públicos debido a un sinnúmero de desmanejos crediticios y capturas de las instituciones por parte de la política para favorecer grupos empresarios amigos".
Al respecto, MR aseguró que "esa película ya pasó" y que la banca pública "se saneó, se puso en pie y actualmente lidera la asistencia a Pymes, economías regionales, y ha hecho enormes avances en la inclusión financiera con las citadas plataformas tecnológicas para realizar transacciones".
Por último, el escrito trató de desmitificar la creencia de que "tienen una porción de mercado apetecible para crear un nuevo entorno competitivo dominado por actores privados", argumentando que éstas entidades son fundamentales y eficientes en el panorama financiero, representando, por ejemplificar, el 43% del total de ganancias acumuladas en 10 meses del 2023 por todo el sistema.
"Entonces puede pensarse que un tamaño de negocio muy relevante y rentable, que no requiere inyectarle capital para su mejor desempeño, resulta atractivo para quien tenga la visión de excluir del entorno de negocios y de la competencia el accionar de los bancos públicos", aseveró.
Como comentario final, la consultora le solicitó al Presidente de la Nación, y a todo el Poder Ejecutivo, que "antes de pretender distorsionar el funcionamiento de la industria bancaria motivado por un prisma ideológico desactualizado" se podría "contribuir a darle el insumo que más necesita" como lo es, detalla, "bajar el déficit fiscal, estabilizar la inflación, recuperar la moneda y facilitar nuevas fuentes de financiamiento a mediano y largo plazo".
A su vez, pidió "reconocer una realidad que impera en todas las economías modernas y capitalistas que indica que en los sistemas financiero el accionar privado se complementa con el público y existen funciones que no pueden estar en manos del sector privado y que son necesarias para una política pública que apuntale la competitividad de nuestro aparato productivo".
"Salvo que Alemania, EE. UU., Francia, España, Brasil, China, México, Chile, Uruguay, y tantas otras economías dinámicas como las del sudeste asiático estén transitando un camino equivocado", concluyó el texto, con ironía.
