Cuatro grandes mujeres del arte popular latinoamericano fueron la fuente de inspiración central de Pasionarias, el disco que Silvia Iriondo presentará esta tarde, a partir de las 18, en el Auditorio Nacional (sala La Ballena) del Centro Cultural Kirchner (Sarmiento 151, CABA). El concierto, donde Iriondo estrará acompañada por Cato Fandrich (piano), Horacio “Mono” Hurtado (contrabajo) y Tiki Cantero (batería y percusión), forma parte de Palabra cantada, ciclo que propone un recorrido por el trabajo de cantautores, poetas y compositores que utilizan la canción como formato principal en su obra artística y del que ya han participado Luciana Jury, Barbarita Palacios, María Ezquiaga, Florencia Ruiz y el Mono Fontana, Maríana Michi, Lucio Mantel y Mariana Baraj, entre otros.
Explica Iriondo, que empezó su carrera a fines de los 80: “Es un disco que nació hace unos cuantos años como concepto, como idea. Me encontré con los textos de Frida Kahlo (un diario íntimo con reflexiones sobre la vida y el arte, poemas y aforismos) y descubrí la íntima relación que tenía con el cancionero popular mexicano. Muchas de sus obras estuvieron inspiradas en coplas anónimas, de hecho. Y noté una gran coincidencia con el espíritu de las obras de Chabuca Granda, Leda Valladares y Violeta Parra. Todas son referentes en el rumbo del arte en América Latina. Y algunas se conocieron: es el caso de Chabuca y Violeta”.
Para la intérprete, esas cuatro artistas, hoy merecidamente reverenciadas en muchos países de habla hispana, fueron “mujeres muy rupturistas, del estilo de Dolores Ibárruri”, la militante politica del Partido Comunista español conocida justamente como “Pasionaria” y que tuvo un papel destacado en la época de la Guerra Civil. Remarca Iriondo: “Tuvieron vidas marcadas por la lucha destinada a sostener una mirada estética, una coherencia que en el tiempo que les tocó era más difícil de mantener que ahora. Tenían una clara conciencia de que lo que estaban haciendo con su vida y con su obra, sabían que esas elecciones implicaban riesgos. De hecho tuvieron que exiliarse para preservar sus vidas”. Y suma: “Durante una década yo ejercí la profesión de trabajadora social y conocí de cerca la realidad de nuestra región. Eso le dio una dirección muy clara a mi carrera. Siempre tuve claro que el folklore es la representación cultural de los pueblos y que es muy importante para la definición de las soberanías y las dependencias de los países de esta parte del mundo. Toda nuestra música dice de dónde venimos y qué somos, conforma una idiosincrasia, una forma de ser, la cultura de un país. Lo que unió a estas cuatro artistas fue el amor: amor a la tierra, a la bandera, a la lucha, a la libertad, al arte y a los encuentros. Eso es lo que celebra Pasionarias”.
Más allá de este recital en el CCK, vale la pena conseguir la edición física de Pasionarias, un objeto de arte muy cuidado que incluye ilustraciones de Frida Kahlo, frases, fotografías e información biográfica sobre las cuatro artistas que Iriondo eligió homenajear y un precioso arte de tapa de Alejandro Ros.