ESPECTACULOS
SEBASTIÁN PRESTA

“El público argentino es, antes que nada, inteligente”

El actor y autor reestrena la tercera temporada de Mi madre, mi novia y yo, y se prepara para el estreno de Esperando la carroza, la versión teatral del famoso clásico.

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Estilo. El intérprete sostiene que la misma obra resiste su finalización. | cedoc

En el Paseo La Plaza, sigue la tercera temporada de Mi madre, mi novia y yo, la obra de Sebastián Presta, o que al menos en su estilo se ha convertido en una forma de reconocer a la comedia del autor. ¿Qué representa en este momento el éxito del show que casi se despide el año pasado? Presta: “Representa muchas cosas. Primero porque pensé que me iba a despedir el año pasado, y la gente siguió viniendo. Yo acepté hacer otra propuesta pensando que iba a mermar a la gente. 

Pero la gente sigue viniendo. Es una obra que quedó muy redonda. Y me pasa de gente que se sigue recomendando la obra. Yo voy a hacer esta última temporada hasta marzo. Pero quizá sigamos aunque sea un día de la semana. ‘Ya la ví tres veces’, me dicen. Pero todos siguen viniendo”. Y hasta confiesa, siempre celebrando a su elenco y su equipo: “Justo recién ví un pedacito de la obra, que subió un técnico. Y me reí. Está mal que diga esto. Pero la obra me causa gracia hasta cuando la veo, y no debería decir algo así”. 

—¿Qué sentís que tiene la obra, que ha crecido tanto?

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—Tal cual, ha crecido muchísimo. De hecho, cuando llegó yo no la quería hacer. La historia de un cuarentón, un poco pelotudo, que vive con los padres. Mis productores insistieron. Yo no sabía que iba a pasar. Me decían que era un tema interesante, y estuve seis meses con la autora reescribiendola. Después se sumó Diego Reinhold, que le dió un vuelo bárbaro. Con dos actrices que son dos bestias, Graciela Tenenbaum y Micky Almeida. Estrenamos y realmente me sorprendió. La veo, a la obra, y como te contaba, me rio. Es raro que me ría de mis cosas. Tiene una vida propia de alguna manera, que soy responsable, que somos responsables con el equipo. “Presta capo”, te dicen, y vos sabes que brillas por el equipo. Me encantaría poder verla interpretada por otro actor. 

—¿Qué es lo que sentís que vos necesitás de la comedia?

—Hay algo que no sé como fue, pero me fui para el lado de la comedia y no para el drama. Acá quizá no hay chistes. Hay situaciones graciosas, que por medio del humor dicen cosas. Que un padre no le hable al hijo te causa gracia acá, pero hay una capa donde entendes que algo pasa. No me gusta bajar línea, pero sí que la comedia te haga pensar. También me gusta el humor pavote, tanto como tocar temas serios desde el humor, algo que es sanador. Es fundamental como te tratan tus padres. Acá ves a una madre posesiva, y una padre que era hasta golpeador: hablamos con cosas serias desde el humor. Pero he hecho cosas muy de humor pavote también.

—¿Cómo has manejado ese balance en tu vida?

—Donde hay un humor pavote, o en mis obras de teatro, que me llegan cosas que no pasan nada, veo como me funciona y a otros. Necesito que me llegue a mí, poder decir algo más allá de contar un chiste o hacerme el gracioso. Hay chistes pavotes que pueden decir mucho. Pero si pongo en la balanza hay más humor inteligente. El argentino se tira mucho a la comedia, y hay público para todo. Eso es fantástico, si los haces reír, vale. Si al público lo haces reír, garpa. Últimamente el pueblo argentino se va más a la comedia que al drama, y es un público que necesita divertirse, pero tampoco distraerlo. El público argentino es inteligente: se banca algo pelotudo pero no come vidrio. Obvio que hay que entretener, pero también hacerlos pensar.

—¿Qué busca entonces tu público?

—Es muy variado. En un principio me seguían los fans de las redes, y después eso fue mutando, porque esa gente recomendaba a los padres. Algunos venían diciendo a ver qué hace el youtuber, y otros se han sorprendido.

 

Aquello que causa la risa

Dice Presta: “De las últimas dos obras, muchos se van sorprendidos. Es un público variado, que va de gente mayor, que dicen que se los recomendó el hijo, y viceversa. Ya tengo gente del mundo del teatro, que quiere ver una obra de Presta. Eso me gusta. porque quieren ver mi forma de contar, trabajó para esta obra y para la otra. Tenemos una sola vida, y no quiero perder el tiempo haciendo pelotudeces. Por suerte últimamente vengo bien”. 

—¿Qué sentís que querés contar?

—Siempre querés contar algo. Yo podría vivir de tener ganas de contar algo. También podría no hacerlo. Tengo amigos que necesitan contar algo, en algún medio. Yo ya tengo 50 años, y estoy más tranquilo. Me podría dedicar a la actuación como a otra cosa. Por ahora esta es mi herramienta, pero necesito encontrar algo interesante. Me acercan obras, pero a veces el tema no me llega. Pienso si puedo cambiar, consulto, a veces sí y a veces no. Necesito contar algo que me movilicé y que me guste a mí.

—¿Qué te hace reír a vos?

—Me río últimamente. Pienso en muchas cosas. Me hacen reír Chespirito, Sandrini, Benny Hill, el Alfredo Casero de Cha Cha Cha, Del tomate, Capusotto me hace reír mucho también. Y veo videos de chicos en Instagram y son buenísimos. Soy bastante amargo, y veo los videitos y me causan gracia. Me causan gracias algunas cosas que veo en la tele y que son serias, como el noticiero. Que payasos. Si lo querés imitar, es imposible. Ganas de reír y de llorar, claro. ¿Quién tiene la razón? Todos pensamos que tenemos la razón, y así las cosas se complican.