ESPECTACULOS
Jeremy Carver

"Hasta la comedia nace del dolor"

El showrunner detrás de un clásico como Supernatural es ahora el responsable de Doom Patrol, la adaptación al mundo de las series de los superhéroes dadaístas de DC Comics y escritos por el guionista Grant Morrison.

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Adaptación. La serie trabaja de forma fiel y sentida la obra original en el cómic del guionista Grant Morrison. | cedoc

Jeremy Carver es hoy el showrunner de la serie Doom Patrol (su primera temporada se da los jueves a las 22 por Cinemax y está disponible en HBO GO). Pero Carver es uno de los cuenta historias más potentes de los últimos años y una deidad de cualquier Comic Con enamorada de franquicias pop que no necesitan adictos sino gente que adore (con intensidad, eso sí) determinada forma de contar. Además de ser el responsable de adaptar a la fiebre de los superhéroes en cualquier pantalla a los personajes de DC Comics que el guionista Grant Morrison convirtió en un hito pop melancólico y absurdo de la historia del género en los años 80, Carver es una parte crucial de la serie Supernatural, que posee cientos de miles de fanáticos, y también es responsable de obras como la película Desafío al tiempo y Prodigial Son.

—¿Por qué querías en esta nueva serie contar la historia de la “Doom Patrol”, sobre todo considerando que el material de base es una alteración a los modos del superhéroe que suelen verse o leerse?

—Creo que lo que me interesa tiene que ver más con lo que realmente me mueve de este relato: la parte del trauma, de ser un outsider, un descastado, es lo que me llama la atención. Mucho más que lo que implica el mundo de los superhéroes. Cada uno de los personajes de esta serie lidia, sí o sí, con una forma tremendamente particular de trauma. Investigar eso fue lo que me interesó. Tenemos una gran relación con la obra original en los cómics de Grant Morrison. Es un tributo a lo que él hizo, a lo que generó con esta saga. Lo divertido es que nunca hablé ni conocí a Morrison. Solo lo conozco por su arte y por nuestra forma de interpretarlo al adaptarlo.

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—¿Qué te interesa de esa construcción de los descastados que tienen estos superhéroes?

—De mi parte, porque siempre me sentí más un descastado que alguien que estaba dentro del sistema, hay algo que me genera curiosidad de investigar personas cuyo trauma, la fuente de su trauma, es lo que les permite levantarse en la mañana y ayudar a otras personas. Enfrentar su trauma y nunca poder del todo vencerlo es algo que me atrae. Todas las locuras que rodean a este equipo, el absurdo que lo define, todo lo que aparece que nunca creías posible, ni se comparan con la sorpresa que les genera aquello que ven cuando se miran al espejo en la mañana. He notado, respecto de mí, que a medida que envejezco el dolor es la fuente de casi todo. Hasta la comedia nace del dolor. Los orígenes de la Doom Patrol son de los más tristes que podés ver en el mundo de los superhéroes.

—¿Qué creés que representan los superhéroes en nuestra cultura hoy? Y dentro de ese panorama, ¿qué representa “Doom Patrol”?

—Creo que los superhéroes son algo que le permite a la gente imaginarse a sí mismos teniendo responsabilidades enormes, dueños de la posibilidad de demostrar quiénes son frente a cosas gigantes y pudiendo generar una huella mucho más grande en el mundo que la que quizá van a dejar con su vida. Todo es posible, esa es la idea. La Doom Patrol representa algo más de nicho: les habla a quienes nunca se sintieron representados por el paradigma del superhéroe, ni ahora ni antes; a esos que se sentían conectados de otra forma, por como se sienten o como nacieron. A gente que no podía ni remotamente imaginarse como si fueran los superhéroes.

—¿Creés que la historia que contás ahora en “Doom Patrol” dice algo sobre el mundo actual en que vivimos?

—Es raro, estas historias son de los años 80, allí fueron escritas, y en un momento mientras desarrollábamos el show tuvimos que frenarnos y pensar si esta historia era todavía relevante hoy. Creo que, por suerte para nosotros, la respuesta es sí. El mundo todavía se siente como ese lugar donde algunas de estas historias tienen que ser contadas. La respuesta inmediata es que sí, los años 80 todavía tienen mucho para decir sobre nuestro día a día y los lugares donde todavía nos encontramos, los traumas y la gente que existe en nuestros shows son relevantes hoy tanto como lo fueron en los años 60 o lo serán en el futuro.

—¿Hay algo que amás particularmente de contar una historia?

—Esa es una pregunta difícil de responder. Siempre quiero que lo que cuento mueva a la gente. Quiero decir que le de una emoción, que la sacuda en su día a día. Sea esa reacción buena o mala, vaya en cualquier dirección, eso implica que he hecho mi trabajo estuvo bien, porque te “sacudiste” emocionalmente ese día. No importa si ese sacudón es positivo o negativo, solo importa si deja una marca.

Lo absurdo como regla

—La serie decide ser intencionalmente distinta a la media, y eso es parte de su ADN, ¿cómo fue el proceso de pitchear ideas que no se han visto nunca en el mundo de los superhéroes?

—Intentar convencer a nuestros jefes de que eran buenas ideas y que entendieran lo que queríamos hacer y cómo lo queríamos hacer fue bastante simple ya que nos entendieron de inmediato. Siempre nos apoyaron a la hora de este acercamiento distinto al género que está tan de moda en el mundo en este momento.

—No solo mantuvieron aquello que existía en el cómic original, sino que crearon una estética visual que mantiene la extrañeza, incluso en sus decorados y modos de construir la imagen. ¿Cómo fue el trabajo en ese aspecto?

—Tiene la raíz en el cómic, eso sin dudas. En Grant Morrison, y en otros autores. Esas son sus semillas. Respecto de nuestra producción, nuestro director de diseño y nuestro director de fotografía, y todo nuestro departamento técnico, estuvimos de acuerdo en intentar generar algo tan poderoso visualmente como era poderoso a la hora de ser historias. Esa era una prioridad. Quería que fuera suntuoso visualmente, y fue algo que siempre apoyaron desde arriba y nos hizo la vida más fácil. Siempre quisimos hacerlo lo más bello posible.