ESPECTACULOS
Frank Oz

"Jim Henson quería cambiar el mundo"

En el 30 aniversario de la muerte del padre de Los Muppets, nombre crucial en Plaza Sésamo y otros relatos con marionetas que alteraron la idea de entretenimiento, PERFIL habló en exclusiva con Frank Oz. El director detrás de Yoda y Miss Piggy, entre otras creaciones, recuerda aquellos días.

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Juntos. Jim Henson junto a Fran Oz y pandilla crearon muchos relatos innovadores como nunca volvió a ver el mainstream. | cedoc

Cuando Jim Henson murió, hace treinta años, a la edad de 53, la cultura sufrió una abolladura que nunca más se sacaría. Henson era el padre y alma (y músculos y cerebro y caprichos y corazón) de Los Muppets, esa evolución del entretenimiento que nació a mediados de los años 50 como marionetas de personalidades definidas (y particulares) para convertirse en una pandilla que representó, allá en los años 70 y 80, la particular forma en que el entretenimiento sentido, industrial, feroz, cándido y anárquico podía ser algo popular. Y lejos de la idea de fulgor, Henson y su troupe de creadores (marionetistas pero también guionistas, directores, diseñadores de vestuario y más) generaron y ayudaron en películas (Los Muppets en Nueva York, disponible en Netflix, o la saga de El cristal encantado), shows de TV (el clásico Plaza Sésamo, The Muppet Show y muchos más), merchandising y, principalmente, una escuela de creadores y de espectadores que entendieron aquello que Henson profesa: la creación en grupo, sin importar diferencias, como forma de alegría, de odio, de comunidad más humana que lo humano. Para ser sinceros, Henson creó la felicidad, y lo hizo trabajando a destajo con un grupo de personas que daban sus voces y talentos, y sus histerias, a creaciones como Ernie y Bert, Kermit, Miss Piggy, Big Bird, el Oso Fozzie y muchos más. Una de esas personas es Frank Oz, director hoy de Muerte en el funeral y clásicos como La tiendida del horror o ¿Qué tal, Bob? (además de films de los Muppets). Oz fue y es la voz y movilidad de Yoda en Star Wars, y ese es solo uno de sus logros. Hace poco revisitó el mundo de los Muppets junto a otros compañeros de esa era en el documental Muppets Guys Talking y hoy online (en MuppetsGuysTalking.com) hablará sobre aquellos años de Henson, que son los Muppets hoy día, y cómo vive el Hollywood corporativo de los superhéroes.  

—¿Qué creés que tantos años después los Muppets representan en este momento del mundo?

—Tengo mi propia idea de qué representan, pero gente igual de involucrada y autorizada sobre el tema tiene otra idea. Creo que, quizá de una forma sentida y considerando el mundo cínico en que vivimos, representan una idea de pureza, una pureza que muchos de nosotros hemos perdido. Son tan sinceros como intensos, se apoyan unos a otros y se quieren al mismo tiempo que se molestan, se odian un poco y son diferentes entre sí, de diferentes especies; tienen sus distintas fallas, compiten entre sí y, sí, aun así, se aman unos a otros incondicionalmente. Hay cerdos, perros, ranas, osos, gallinas y todos están incluidos. Son de muchas especies: no hay una dominante. Esa combinación refleja la mejor parte del mundo para mí. Y al final del día eso es la pureza. Son un espacio seguro: no tienen agenda, simplemente están juntos.

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—¿Cuál creés que era el objetivo de Henson, que desde joven sabía lo que quería contar con marionetas y desde la experimentación?

—Crear un mundo mejor. No era solo entretenimiento para él. Quería hacer una diferencia. Y la hizo. Yo no era tan noble como Jim. No pensaba en otros. En parte porque por aquellos años no había desarrollado del todo mi personalidad, todavía necesitaba ver quién era. Jim se dio cuenta de quién era mucho antes. Nunca fui tan noble como Jim. Quería mostrar cómo trabajaba Jim, por eso hice el documental Muppets Guys Talking. No era todo felicidad. Había muchísimo trabajo. Había competencia, pero la disfrutábamos. Jim tomaba la decisión final, pero siempre escuchaba a los demás. Y eso es muy raro. 

—¿Cuánto de ustedes, de nombres como Jerry Nelson, Dave Goelz, Fran Brill y vos, entre muchos otros intérpretes originales, él necesitaba para darles la forma final a sus personajes en sus relatos? 

—No podría haber creado lo que creó sin nosotros. Pero no quiero que se lea como algo nacido del orgullo esa oración. Trabajamos juntos, la comunidad que creamos fue crucial. Pero él nos eligió, y la gente que eligió, cuando acertó, sigue hoy haciendo esto. Nos encontramos porque la casualidad y ese instante del mundo jugaron un gran papel. Hubo personas que no funcionaron, que no veían el mundo de la misma forma, tampoco creemos una fantasía. Pero los que se quedaron, sí, ayudaron a definir mucho de lo que eran nuestros relatos y nuestros personajes. Fue extremadamente inusual que hubiera un ser humano como Jim Henson, que juntara a la gente, que tuvieran su mismo espíritu, que se quisieran, que tuvieran las mismas ganas de jugar, y no sé cómo paso eso.

—¿Cuál dirías que es el factor que todos ustedes compartían cuando creaban a los Muppets que definió a estos personajes como íconos?

—Pureza. No ser cínicos. Tener la capacidad de divertirnos, querernos, simplemente por la aventura de estar juntos. Y siempre intentar hacer lo mejor posible. Lo más importante era que esos personajes fueran siempre lo que eran, no torcerlos para que la gente se riera. Siempre hay un poco de nosotros en cada uno de los personajes que creamos. No podemos escapar de eso, y ellos tampoco. Somos lo que somos. Yo por ejemplo soy aburrido, y Big Bird es aburrido. Y yo exageré eso en aquel entonces. Y lo filtré a través de mi profesionalismo, así no me ves a mí y ves un personaje que es tan aburrido que es divertido. Siempre hay algo nuestro, de Jim, de los escritores, pero exagerado y tomando su propia vida.

—Cuando ustedes creaban esta forma de vivir la cultura popular, alteraron algunas formas de entender el mundo, al menos en su radio de acción. Pero hoy la cultura pop está en todos los rincones. ¿Cómo viven eso?

—Creo que hoy en día el pop es más grande gracias a internet. No es ningún descubrimiento, claro. Pero también eso se da porque internet tiene alrededor material sobre el cual construir. La televisión, cuando la hacíamos, cuando apareció y éramos más jóvenes, era una decisión de pocos, el pop popular de otras décadas también: hoy todos pueden decidir qué es famoso o qué no. Star Wars es un ejemplo. Es algo más poderoso hoy, al menos como culto y como negocio. Ahí aparecen los superhéroes, cuando pensás en el negocio y cómo se los construyó en el cine ahora. Son decisiones económicas, no son tan reales como pop, como fenómeno no diseñado. Pero definen la cultura popular. Se ha vuelto algo más tergiversado, aunque no implica decir que siempre fue puro. 

—¿Cómo vivís que muchas de las creaciones de Henson sigan circulando? 

—No pienso realmente en eso. Lo que sí sé es que trabajamos mucho, hicimos muchos personajes: nos molestamos, nos queríamos mucho y pasamos mucho tiempo juntos. Exactamente como los Muppets. Los hacíamos en un estudio y después salían al mundo. Y ahí es asunto del mundo. Nosotros queremos seguir haciendo lo que hacemos. 

 

Los límites de disney
—¿Qué pensás de Hollywood y sus modos de producción en estos días?

—Hollywood ha cambiado. Soy un neoyorquino. Nunca viví ahí. Digo, porque siempre estuve lejos de Hollywood, siempre. Todo cambió cuando las corporaciones compraron los estudios. Antes eran uno o dos hombres, o mujeres, que tomaban las decisiones. Podían ser molestos, pero amaban las películas. Después los estudios se hicieron corporaciones, propiedades de corporaciones, y hacen poco dinero, bah, representan poco margen de las ganancias totales. Y las decisiones se basan en resoluciones económicas. Obvio que hay gente que ama las películas. Pero siento que las corporaciones han cambiado a Hollywood. Solía ser una cruza de creatividad y comercio, y creo en eso, en esa tensión, creo que ahí aparece el mejor trabajo. Ahora el comercio es el 85% de esa ecuación que antes tenía más margen creativo. 

—¿Te gustaría crear una nueva película de los Muppets?

—Es imposible, porque Disney tiene su punto de vista. Pero yo solo lo haría si estuviera a cargo, si pudiera escuchar a quienes están actuando, elegir a quienes estarán haciendo las voces. Tengo un guion que está escrito para una película de los Muppets, pero mientras lo estaba escribiendo no sabía que Disney estaba haciendo una película con Jason Segel (que se estrenó como Los Muppets en 2011). Tengo un guion que amo, y que nunca verá la luz del día. 

—¿Hay algo que creas define todas las películas que has hecho?

—La honestidad. Aunque no soy mi mejor juez. Creo en la honestidad del lugar en que los personajes viven y no en torcerlos para que sean lo que yo quiero contar.