“El exilio es un desgarro muy violento –afirma Andrea Politti–. Soy feliz con estos treinta años de democracia, aunque con mi historia, soy desconfiada, no compro con facilidad”. La actriz se refiere al exilio que vivió su padre, Luis, en tiempos de dictadura. “¿Si me molesta que no sepan quién fue mi papá? Ya no, porque es muy propio de la historia argentina, no solemos valorar lo nuestro. Pero hay muchos jóvenes que sí lo conocen, son los que estudian y se interesan, pero lo normal es que no sepan... El se hacía escapadas desde Madrid y se quedaba en departamentos de amigos que lo protegían, a pesar de los riesgos. En la casa de Miguel Guerberoff le dije que quería ser actriz, pero le propuse primero terminar mi secundario. Me di cuenta que lo hacía muy feliz que siguiera su camino”.
Politti opina sobre las nuevas camadas de actores. “Tienen una madera con luz propia que no podés dejar de mirarlos. También tenés al actor no tan dotado, pero que estudia y se preocupa por mejorar día a día. De los grandes actores como Tina Serrano, Leonor Manso o Ana María Picchio siempre aprendés.
—¿Cómo juegan la cultura y la política?
—Debería haber prioridad en la educación y la salud, después llega la cultura. La mayoría de la gente que viene al programa me cuenta todo lo que les faltó. Sin estudio, no podés entender lo que pasa en el país y en su vida. Muchos trabajaron de niños y no tienen herramientas para reflexionar. Escuché historias tan fuertes y difíciles que me hicieron salir del egocentrismo de lo que fue mi vida y empecé a admirar a los que luchan por estar mejor.