En Corea del Sur, una nueva ley prohíbe seguir la cría, venta y sacrificio de perros para consumo. La normativa entrará en vigencia a partir del 2027.
La carne de los perros, animales utilizados como mascotas en occidente, es uno de los platos favoritos de los surcoreanos durante la estación veraniega. Pero desde la semana pasada, luego los resultados de la votación en la Asamblea Nacional de Corea del Sur, este plato ya no podrá ser comercializado.
Los legisladores del país ubicado en Asia Oriental, argumentan que es inevitable aceptar escapar al "cambio social".
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Además, abandonar esta práctica es una estrategia de "relaciones públicas". Es evidente, que el país asiático empezó a integrarse y tomar notoriedad en el escenario internacional, donde una gran cantidad de culturas juzgan de "aberrante" la ingesta de perros.
En varias oportunidades, esta conducta cultural fue rechazada por visitantes extranjeros durante eventos masivos que se produjeron en el país: Juegos Olímpicos de 1988, la Copa del Mundo de 2002 y en los Juegos Olímpicos de Invierno de 2018.
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En 1988, el gobierno municipal de Seúl se vio obligado ante el vehemente activismo a cerrar los restaurantes de carne de perro ubicados en los callejones.
Durante la Copa del Mundo de 2002, las declaraciones de la proteccionista y actriz francesa Brigitte Bardot recorrieron los medios internacionales cuando calificó como "salvaje" al consumo de carne de perro.
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Y, en 2018, activistas por los derechos de los animales organizaron un boicot a los Juegos Olímpicos de Invierno de 2018 en Pyeongchang, como forma de militar la prohibición del cárneo de perros para ingesta.
¿Cómo surge la tradición de comer perros en Corea?
Alimentarse con carne de perro es un hábito que surge hace siglos en la región coreana. Durante el periodo de los reinos dinásticos, las vacas eran usadas para trabajar la tierra, y los cerdos eran considerados como sucios e "impuros". Ante la inexistencia de otras opciones, los canes eran la mejor alternativa.
En la actualidad, esta justificación pragmática pierde fuerza, ante la prosperidad del lado Sur de Corea, que permite a sus ciudadanos acceso a otro tipo de carnes. Pero, aún es habitual ver en algunos mercados la venta de este animal. Como, a su vez, restaurantes en los que se vende la sopa bosintang: su ingrediente clave, es la carne de perro.
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Sin embargo, los locales de comida que venden este alimento se redujeron en el tiempo. Actualmente, solo 1.600 restaurantes de todo el país siguen ofreciendo en su menú esta carne. En 1998, eran 6.400.
Son pocas las familias o personas que aún consumen estos animales: generalmente, son surcoreanos de la tercera edad con añoranza a los sabores del pasado.
Pero también existen algunos que consideran que esta carne tiene propiedades "revitalizantes" y pueden ayudar en situaciones de debilidad corporal como luego de someterse a una cirugia.
¿Comida o compañía?: el dilema de los surcoreanos
Los habitantes más jóvenes no ven beneficio, ni sienten nostalgia del consumo de la carne de perros.
Al estar las granjas que los crían y carnean en una situación no regulada, las condiciones en las que los tienen son consideradas "insalubres e inhumanas".
Según las últimas encuestas, 1 de cada 4 surcoreanos tiene un perro de mascota.
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Y a su vez, según las ventas de una tienda online de cochecitos: los coches para mascotas se venden más que los de bebés.
Desde los grupos que militan en contra del consumo de este tipo de carne también se realizaron cuestionarios a la población que revelaron que el 93,4% de los encuestados no deseaba consumir carne de perro.
