El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció que competirá por la reelección en los comicios presidenciales de 2023. Si bien sus recientes estudios lo mostraron apto para postularse, especialistas advirtieron sobre el impacto que esta decisión podría tener en la salud del mandatario que, en caso de reelegir, se retiraría de la Casa Blanca con 86 años.
El próximo año el demócrata Joe Biden buscará renovar el mandato que le fue conferido por 81 millones de estadounidenses en 2020. Así buscará hacer historia una vez más para terminar de coronar sus cinco décadas de servicio público. Sin embargo, tiene un obstáculo contra el que nada puede hacer: las complicaciones de salud (entre ellas una afección cardíaca relacionada a la demencia) que impactan en su avanzada edad.
A priori esto no debería ser un condicionante. No obstante, durante su gestión protagonizó algunos episodios de alto nivel que encendieron las alarmas respecto a su estado cognitivo. Entre ellos figuran haberse desestabilizado subiendo una escalera del avión presidencial, mostrarse desorientado durante conferencias de prensa, no darse la mano adecuadamente con otros líderes mundiales o perdiendo el equilibrio en un paseo en bicicleta.
El anuncio
Biden oficializó su voluntad de encarar una campaña electoral que promete ser extenuante, considerando las dificultades que atravesó durante su gestión, entre ellas la inflación, la polarización social o las críticas a su política exterior. A esto se suma que deberá hacer un esfuerzo extra por su labor como presidente (a pesar de la ventaja que tendrá en términos electorales) para intentar retener el poder como candidato por el Partido Demócrata que, al momento, no parece tener rivales de peso para la interna, mas allá del sobrino de "JFK" Robert Kennedy Junior.
"Este es nuestro momento. Terminemos el trabajo", afirmó Biden este 25 de abril en el video del anuncio sobre su candidatura que comienza con imágenes del asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021. Más adelante se lo ve haciendo ejercicio durante unos segundos, en un intento de mostrarse apto para comandar los destinos de la principal potencia mundial.
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El anuncio provocó revuelo interno y externo. Referentes de la oposición republicana sostuvieron que el jefe de estado está "desconectado de la realidad", mientras que el expresidente ruso Dmitry Medvedev lo trató de "abuelo desesperado".
Más allá de las críticas, existe preocupación sobre si el presidente Joe Biden está efectivamente en condiciones de cumplir con un segundo período en la Casa Blanca. En particular, porque el mandatario ha mostrado señales de "deterioro cognitivo", a lo que se suma el daño que generaría el estrés derivado de una nueva presidencia.
La ficha médica de Biden
El presidente Biden se sometió recientemente a dos chequeos clínicos con resultados que lo habilitan a disputar la reelección, el examen físico anual que realizó a fines de febrero arrojó algunos indicios de su estado de salud. En tanto, el jefe de estado tiene siete afecciones y sufrió dos aneurismas cerebrales.
Por ese motivo, especialistas de la salud advirtieron contra la decisión del mandatario. "Si yo fuera su geriatra, lo disuadiría de hacer campaña. Abogaré firmemente en contra de eso", afirmó al portal Dailymail la doctora Elena Mucci, médica geriatra y miembro del American College of Physicians.
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"Si encuestaras a profesionales de la salud, geriatras, cardiólogos, no creo que encuentres a un solo médico que diga que es bueno que una persona de 86 años tenga los síntomas que nos ha demostrado ya para convertirse en presidente, tanto por el bien de su propia salud como por el bien de su país", agregó.
A esto se suma que el exsenador por Delaware tiene antecedentes de fibrilación auricular (latidos cardíacos irregulares), una afección asociada al cansancio que sufre desde 2003, que puede provocar mareos y confusión. "Eso limitará su actividad, y no solo limitará su actividad, es posible que físicamente no pueda realizar todas sus funciones. Es simplemente imposible con estas condiciones a esa edad".
En ese sentido, otro médico informó que otro de los temas que preocupan son los efectos adversos del anticoagulante que toma Biden por la enfermedad cardíaca, ya que puede provocar "una hemorragia interna o sufrir graves consecuencias por una caída". "Una lesión en la cabeza cuando alguien es un anticoagulante es potencialmente desastroso", indicó al portal inglés Stuart Fischer, médico radicado en Nueva York.
Otro aspecto que consideró Fischer es el colesterol alto de Biden, "un factor de riesgo de ataque cardíaco, accidente cerebrovascular o enfermedad renal". Otras afecciones de Biden son la marcha rígida, daño a los nervios de los pies y reflujo, mientras que en febrero evitó un cáncer de piel mediante una operación que no necesitó tratamiento posterior.
El deterioro cognitivo
Si bien Biden tuvo cuidado en no dar declaraciones o bromeó sobre su estado cognitivo, varios episodios de caídas, tropezones, olvidos o errores llamaron la atención. Por ejemplo, en febrero Biden tropezó al subir las escaleras del avión presidencial Air Force One cuando regresaba a Estados Unidos después de una visita de tres días a Europa, algo que ya le había pasado en marzo de 2021 a poco de asumir la presidencia. En junio pasado se cayó de su bicicleta durante un paseo en su natal Delaware.
"Ya sea que pierda su presidencia, pierda su licencia de conducir o pierda su trabajo, subjetivamente, estará subestimando sus síntomas y no le dará suficiente importancia a esos síntomas", agregó la doctora Mucci en relación a la supuesta negación del presidente estadounidense respecto a su deterioro cognitivo. Además, otros especialistas indicaron que la vejez acompañada de estas enfermedades aumentan el riesgo de demencia y de contraer enfermedades como el Alzheimer, en línea con la pérdida de volumen cerebral que ocurre a medida que avanza la edad.
Por su lado, el médico presidencial que preparó el informe que lo habilitó a competir aseguró que Biden sigue siendo un "hombre sano, vigoroso, de 80 años, apto para ejecutar con éxito los deberes de la presidencia". El presidente, por su parte, dijo en varias ocasiones que estos episodios fueron "errores", descartando otra posibilidad. Sin embargo, Mucci fue categórica y sostiene que pueden deberse a un signo de deterioro. "Es muy difícil decir a qué nos enfrentamos, ¿es solo un envejecimiento saludable? O es este deterioro cognitivo leve, que es una pre-demencia. Y el tiempo te lo dirá", cerró.
Una vida dedicada a la función pública
Joe Biden encarará su cuarta carrera a la Casa Blanca el próximo año. El vicepresidente de Barack Obama inició en la política a los 27 años como miembro de la Comisión del Condado de New Castle en Delaware. Dos años después fue elegido para el Senado pero tuvo que esperar a los 30 para prestar juramento (tal como establece la constitución). En aquel entonces su rival republicano era el senador Cale Boggs, que tenía 63 años y a quien burló por su edad para el cargo. "Cale no quiere correr, ha perdido ese viejo brillo en el ojo que solía tener", había afirmado.
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Biden ocupó una banca en el Senado durante mas de 30 años donde se vio envuelto en algunas polémicas que le jugaron en contra durante sus postulaciones a presidente: fue acusado de plagio en una campaña electoral; fue criticado por hacer amistades con segregacionistas; impulsó una ley de mano dura contra el crimen; presidió el Comité de Relaciones Exteriores del Senado y votó contra de autorizar la Operación Tormenta del Desierto en 1991 pero a favor de la resolución que autorizaba la segunda Guerra de Irak.
Tras dos intentos fallidos, llegó a la Casa Blanca como vicepresidente de Barack Obama en 2008. Asistió a su número uno en varias leyes importantes, como de Recuperación de 2009 en medio de la crisis financiera, en especial para conseguir apoyo en el Senado. Finalmente llegó a la máxima investidura en enero de 2021 cuando se convirtió en el presidente estadounidense de mayor edad el día de la toma de posesión de 2021 a los 78 años, superando a Ronald Reagan, quien dejó el cargo a los 77.
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