INTERNACIONAL
Clima de tensión

Donald Trump anunció duras sanciones contra Rusia y acusó a Vladimir Putin de no ser "honesto"

El Tesoro de Estados Unidos apuntó a las dos mayores petroleras rusas, Rosneft y Lukoil, por "financiar la maquinaria de guerra". Se trata de un volantazo en la estrategia de Washington, un día después de cancelar la reunión en Budapest.

Vladímir Putin y Donald Trump
Vladímir Putin y Donald Trump | Andrew Caballero Reynolds | AFP

Se terminó la paciencia. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, le soltó la mano a la diplomacia y activó este miércoles un duro paquete de sanciones contra Rusia, apuntando al corazón de su maquinaria de guerra: las petroleras Rosneft y Lukoil. La decisión se precipitó un día después de que se cancelara la esperada cumbre con Vladimir Putin en Budapest, un encuentro que Washington dio de baja expresando su profunda "decepción" por la falta de avances.

El encargado de ponerle palabras a la frustración de la Casa Blanca fue el secretario del Tesoro, Scott Bessent. Aseguró que Trump llegó a la conclusión de que Putin no estaba siendo "honesto y franco" en las negociaciones para frenar la invasión a Ucrania. "Dada la negativa del presidente Putin a poner fin a esta guerra sin sentido, el Tesoro sanciona a las dos mayores compañías petroleras de Rusia", sentenció Bessent en un comunicado oficial.

Donald Trump
El presidente de Estados Unidos decidió sancionar a Rusia.

En una entrevista previa con Fox Business, el propio Bessent había adelantado el alcance de la medida, calificándola como "una de las mayores sanciones que aplicaron contra la Federación Rusa". Además, el comunicado del Tesoro dejó una advertencia clara: están preparados "para tomar nuevas medidas si fuera necesario" para respaldar los esfuerzos de Trump por frenar el conflicto.

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El volantazo de Trump marca el fracaso de una estrategia que sostuvo durante meses. Desde que regresó al poder, el presidente había evitado ir por “el camino de las sanciones”. Su justificación: la esperanza de poder persuadir personalmente a Putin de firmar la paz. Sin embargo, la paciencia del mandatario de 79 años pareció agotarse por completo en los seis días que pasaron desde su última charla telefónica con el líder del Kremlin.

VLADIMIR PUTIN
Para Trump, Putin fue "deshonesto".

"El presidente Putin no se sentó a la mesa de manera honesta y franca, como esperábamos", insistió Bessent. El jefe del Tesoro recordó que la desconfianza no es nueva y trajo a colación la cumbre de agosto en Alaska: "El presidente Trump se retiró (de esa reunión) cuando se dio cuenta de que las cosas no estaban avanzando". Bessent admitió que, si bien "hubo conversaciones privadas", el presidente está "decepcionado" con el estado actual de la negociación.

La cancelación de la cumbre en Budapest fue el detonante final. El propio Trump había dicho el martes que no quería tener una "reunión inútil", descartando por completo la posibilidad de un encuentro cara a cara. La noticia de las nuevas sanciones no tardó en impactar en los mercados: tras el anuncio, los precios del petróleo subieron más de 1%.

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El endurecimiento de la postura no fue solo de Washington. Casi en simultáneo, la Unión Europea (UE) anunció este miércoles su propio nuevo paquete de sanciones contra Rusia. Las medidas de Bruselas incluyen una futura prohibición a la importación de gas natural licuado (GNL) ruso a partir de 2027, la inclusión en listas negras de buques petroleros que usa Moscú y nuevas restricciones de viaje para diplomáticos rusos.

Mientras mantenía la esperanza de la cumbre con Putin, el presidente estadounidense intensificó la presión sobre su par ucraniano, Volodímir Zelenski. Según confió un funcionario de Kiev a la agencia AFP, Trump no solo rechazó un pedido desesperado de misiles Tomahawk de largo alcance (para atacar en profundidad dentro de Rusia), sino que también lo presionó activamente para que aceptara ceder territorio como parte de un acuerdo de paz.

Esta estrategia se mantuvo hasta el último minuto. La semana pasada, tras su llamada con Putin, Trump se había mostrado esperanzado con un alto el fuego y la reunión en Budapest. Pero el martes, al cancelar la cumbre, demostró que su paciencia, y su arriesgada apuesta diplomática, había llegado a su fin, dando paso ahora a la artillería económica.

TC/DCQ