El papa León XIV denunció este miércoles la situación humanitaria en la Franja de Gaza y volvió a pedir un alto el fuego inmediato. Además, se comunicó por teléfono con el sacerdote argentino Gabriel Romanelli, párroco de la única iglesia católica de pie a pesar del ataque que sufrió en julio, mientras avanza la operación del ejército israelí para desplazar a la población y ocupar la ciudad.
Durante la audiencia general en la Plaza de San Pedro, el sumo pontífice calificó como “inaceptables” las condiciones en las que se encuentra la población palestina y advirtió que viven “en el miedo” y “obligados con la fuerza a desplazarse, una vez más, de sus propias tierras”.
León XIV reiteró su postura frente al conflicto, al afirmar que “renuevo mi llamamiento al alto el fuego, a la liberación de los rehenes, a una solución diplomática negociada y al pleno respeto del derecho internacional humanitario”. Al cierre de su intervención, pidió a los presentes unirse en oración “para que pronto amanezca la paz y la justicia”. Su mensaje, en tanto, quedó contrapuesto con el accionar del gobierno de Benjamin Netanyahu, cuyo Gabinete de aliados supremacistas declararon su intención de repartirse Gaza con Estados Unidos para desarrollar un proyecto inmobiliario.

Qué dijo el sacerdote argentino que oficia en Gaza
Además, el obispo de Roma se comunicó por teléfono con el padre Gabriel Romanelli, sacerdote argentino del Instituto del Verbo Encarnado (IVE), a cargo de la parroquia de la Sagrada Familia en Ciudad de Gaza. Se trata del único templo católico en la Franja, y desde hace más de 700 días funciona también como refugio. Actualmente, aloja a unas 450 personas, en su mayoría ancianos, enfermos, mujeres y niños.
Durante la conversación, Romanelli informó al papa sobre la situación local, cada vez más compleja. Según indicó, a pesar de las restricciones, la parroquia continúa con la distribución de alimentos y productos esenciales, y mantiene en funcionamiento una pequeña farmacia interna. También siguen activas las actividades del oratorio para niños, dentro de los límites impuestos por la seguridad.
Romanelli aseguró que “no hay seguridad en ninguna parte” y que “el número de bombardeos aumenta cada día, al igual que los muertos, los heridos, los desaparecidos y la destrucción”. Aunque los enfrentamientos no se desarrollan en las inmediaciones de la parroquia, las explosiones son audibles desde la zona, e incluso interrumpieron celebraciones religiosas recientes.
A pesar de ello, las actividades religiosas continúan. Las redes sociales del sacerdote documentaron momentos de oración y misas celebradas con personas refugiadas dentro del predio, mientras se escuchaban explosiones en el exterior. Romanelli afirmó que siguen cumpliendo con su tarea pastoral, pero que la situación es “incierta” y “cambia día a día”.
"Buen día, estamos bien. Sin internet", tuiteó el sacerdote argentino este miércoles 17 de septiembre, seguido de una transcripción en árabe, en un breve mensaje que reflejó las dificultades técnicas para mantenerse comunicados con el exterior. Romanelli, de 56 años y oriundo del barrio porteño de Villa Luro, sostuvo que el acceso a la red es intermitente, y las comunicaciones son posibles solo en momentos puntuales.

Además del acompañamiento espiritual, la parroquia de la Sagrada Familia realiza tareas de asistencia humanitaria. Romanelli explicó que distribuyen los pocos recursos disponibles entre las familias refugiadas, priorizando a ancianos, personas enfermas y niños con discapacidad.
Ante la amenaza israelí, algunos vecinos del barrio Zeitoun abandonaron la zona rumbo al sur exponiéndose a los bombardeos. No obstante, la mayoría permanece cerca de la iglesia, que sigue siendo uno de los pocos espacios estables para la comunidad local, indistintamente del credo. En los últimos días también se realizaron celebraciones religiosas, entre ellas un matrimonio y un bautismo, además de la entrega de escapularios a unas 65 personas como símbolo religioso y elemento de contención emocional.

La posición del Vaticano
Al ser consultado informalmente por periodistas en Castel Gandolfo, donde había pasado el día martes, León XIV dijo que “ellos por ahora quieren quedarse, todavía resisten… pero hay que buscar realmente otra solución”, en referencia al grupo de religiosos y laicos que permanecen en la parroquia de Gaza, según reportó Vatican News.
En total, además de Romanelli, se encuentran el padre Carlos Ferrero (superior del IVE en Medio Oriente), la hermana María Maravillas, el padre egipcio Iussef, la hermana peruana Madre Emperatriz y tres religiosas de la congregación fundada por la Madre Teresa de Calcuta. La continuidad de su presencia en el lugar depende de cómo evolucione el conflicto en los próximos días.
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Desde el inicio de la guerra en Medio Oriente y los bombardeos constantes a la Franja de Gaza, el papa Francisco llamó cada día a la parroquia, la única católica en el enclave palestino. Su sucesor, León XIV, no mantuvo esa cotidianidad pero intervino en varias oportunidades con llamados públicos al cese del fuego. La llamada al padre Romanelli se suma a una serie de acciones destinadas a visibilizar la situación de civiles en Gaza, particularmente de las minorías religiosas y de los grupos más vulnerables.
En su mensaje del miércoles, el papa remarcó que “ante el Señor Todopoderoso que ha mandado ‘no matarás’ y a la luz de toda la historia humana, toda persona tiene siempre una dignidad inviolable que debe ser respetada y protegida”. El Vaticano insiste en la necesidad de una solución diplomática al conflicto, y en el respeto irrestricto al derecho internacional humanitario por parte de todos los actores involucrados.
ML