El rey Juan Carlos de España, exiliado hace dos años en Emiratos Árabes Unidos, esperaba "muchos abrazos" durante su visita a su familia en Madrid. Pero no pudo ser.
Su esposa, reina Sofía, dio positivo de Covid-19 horas después de haber regresado a su país procedente de los Estados Unidos y antes de la esperada visita de su esposo, el rey Juan Carlos, al palacio madrileño, tras dos años de separación.
El rey emérito retornó este lunes al palacio de la La Zarzuela, donde se reencontró con su familia por primera vez desde que abandonó el país en agosto de 2020 y se instaló en Abu Dhabi, capital de los Emiratos Árabes Unidos.
Durante los últimos 21 meses, el exmonarca no tuvo contacto con su familia ni volvió a ver a Felipe VI o a su esposa Sofía. El matrimonio, que reinó en España desde 1975 hasta 2014, pasó su 60 aniversario de bodas el 14 de mayo separado por 6.000 kilómetros de distancia.
Aunque la reina Sofía, de 83 años y madre de Felipe VI, sí asistió al almuerzo de los Borbones, que reunió a hijos, nietos y otros familiares, permaneció aislada del resto de asistentes para prevenir cualquier contagio.
"Doña Sofía no ha podido compartir el almuerzo al haber dado positivo por Covid a su regreso de Miami, aunque ha permanecido con el resto de la familia en el salón del almuerzo provista de la preceptiva mascarilla y las medidas de ventilación correspondientes", explicó la casa real.
Una visita de 11 horas y regreso a Abu Dhabi: "Desde aquí no molesto"
Juan Carlos permaneció 11 horas en el palacio que fue su hogar desde principios de los años 60, y el domingo había dicho que estaba emocionado por el reencuentro y que esperaba recibir "muchos abrazos".
Durante ese tiempo, el exmonarca de 84 años y su sucesor, Felipe VI, pusieron repasar "distintos acontecimientos y sus consecuencias en la sociedad española" durante los dos últimos años, dijo el palacio.
El monarca y su padre "han mantenido un tiempo amplio de conversación sobre cuestiones familiares así como sobre distintos acontecimientos y sus consecuencias en la sociedad española" desde que Don Juan Carlos se fue de España, dijeron los voceros reales.
Tras despedirse de los suyos, el exmonarca abordó un avión privado que lo llevó, de regreso, a la soledad de su residencia "permanente y estable" de Abu Dhabi, donde vive como huésped del gobernante de EAU, el emir Mohammed bin Zayed al Nahayan.
La periodista francesa Laurence Debray, autora del libro ‘Mon roi déchu’ (Mi rey caído), basado en sus conversaciones con el rey emérito, dijo después que hay personas "contentas" con que el exmonarca viva lejor de España ya que desde allí es una figura menos incómoda para su hijo. "Desde aquí no molesto a la Corona", le dijo el rey.
En otra conversación con Debray, ocurrida después del fallecimiento del príncipe Felipe de Inglaterra, don Juan Carlos comentó lo "emotivo y elegante" que fue el funeral. "El entierro de mi padre también fue muy bonito", le reconoció a la periodista. "Ahora debo pensar en el mío", reflexionó.
La visita de Juan Carlos dividió a la clase política: se fue de España sin dar explicaciones
Nadie sabe si la familia real pudo limar asperezas durante las horas en las que estuvo reunida, pero la visita del rey emérito, asediado por graves acusaciones de lavado de dinero y corrupción, reabrió el debate político en torno a la monarquía dentro y fuera de la coalición de gobierno.
"Creo que ha perdido la oportunidad de dar la respuesta que esperan los españoles y merece la democracia", lamentó la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, para quien Juan Carlos I debería haber aprovechado esta visita para "dar cuenta" de las "acciones" que fueron investigadas por la Justicia.
La vicepresidenta tercera, Yolanda Díaz, se quejó ante la prensa diciendo que "cuanto más se tarda en dar explicaciones" más daño se hace a la monarquía y "menos comprensible es para la ciudadanía".
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Mucho más duro fue el ministro de Consumo Alberto Garzón (izquierda), que calificó al ex rey de "delincuente acreditado". "El rey emérito solo debería volver a España para rendir cuentas ante la justicia", reclamó la ministra de Derechos Humanos y líder de Podemos, Ione Belarra.
Frente a todos ellos, PP, Ciudadanos y Vox se levantaron como los principales defensores de Juan Carlos y de la monarquía.
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, defendió que Juan Carlos de Borbón es un "ciudadano que no tiene ninguna causa pendiente con la Justicia" y lamentó que se use su figura y su visita "para cuestionar la jefatura del Estado".
Por su parte, el vicesecretario general y portavoz nacional de Ciudadanos, Edmundo Bal, lamentó que el Gobierno exija a Juan Carlos una "especie de humillación" al pedir que dé explicaciones y recordó que la Fiscalía ya puso "punto y final" en marzo al decir que "existen irregularidades y que no son susceptibles de ser enjuiciadas penalmente".
