Luego de que Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel, el narcotraficante colombiano que ha sido comparado con Pablo Escobar, fuera extraditado a Estados Unidos para enfrentar un proceso judicial, la banda criminal conocida como el "Clan del Golfo" se vengó a través de un fuerte "paro armado".
Varios muertos, casi 200 vehículos incinerados y poblados desiertos fueron algunas de las consecuencias de la represalia que tomó la organización de "Otoniel", que paralizó dramáticamente la zona norte y noroeste de Colombia por una semana. El clan es señalado como el responsable de movilizar entre un 30 y 60% de la cocaína que sale de esa nación sudamericana (equivalente a unas 700 toneladas).
La oscura historia de "Otoniel", el mayor narco de Colombia: crímenes, violaciones y secuestros
Tras la captura de Dairo Úsuga en octubre, el presidente colombiano Iván Duque expresó: "este es un golpe que marca el final del Clan del Golfo". Luego, poco antes de que fuera trasladado a Norteamérica, lo calificó como un "delincuente solamente comparable con Pablo Escobar".
A pesar de que el Gobierno a 52 mil militares y policías, el Clan del Golfo demostró su poder a menos de tres semanas de las elecciones presidenciales en Colombia. Según informó el Ministerio de Seguridad de ese país, se registraron los homicidios de ocho personas, cinco de ellas integrantes de las fuerzas de seguridad.
La imagen del sicario que asesinó al fiscal paraguayo y el video después de su muerte
Por otro lado, también hubo una fuerte limitación en el comercio, las clases y el transporte en 141 de los más de mil cien municipios colombianos, acorde a los balances oficiales. Esto se debe a que el clan de "Otoniel", también conocido como Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), es el grupo armado que más ha expandido su territorio en los últimos años.
El Clan del Golfo y sus nuevas formas de ataque
Durante el "paro armado", la organización exhibió su fuerza en regiones que estaban "relativamente a salvo de la violencia" luego del acuerdo de paz con la guerrilla FARC, en 2016. "El Estado no tiene muy claro qué hacer. Lo que muestra como éxitos en seguridad, incluso la misma extradición de 'Otoniel', no significa que en el terreno las cosas cambien", dijo el especialista Kyle Johnson, analista de la fundación Conflict Response, a AFP.
"El gobierno cree que como hay menos violencia no es tan grave. Pero, así no haya los niveles de violencia que vemos en el sur del país, la situación está complicada", opinó Johnson. Sobre esta línea, Héctor Espinosa, gobernador de Sucre, una de las zonas más golpeadas por el cartel, advirtió que deben prepararse para una "lucha cibernética".
Según el funcionario, había policía para garantizar la seguridad "pero la gente no quería salir porque tienen unas cadenas de WhatsApp y de Facebook que les están diciendo que no salgan".
"Comenzaron a hacer acciones reales donde la gente veía que podían hacerle daño o quitarte la vida. Como quemar una motocicleta o dar golpes con una varilla. Entonces la gente vio que sí corría peligro su vida y les prestó atención", dio a conocer un periodista que fue obligado a difundir un panfleto del clan en Facebook.
La extradición de "Otoniel" y las elecciones
Dairo Úsuga fue extraditado el pasado 4 de mayo a los Estados Unidos, donde enfrenta denuncias por delitos de narcotráfico. Allí, se declaró inocente ante la jueza federal de Nueva York Vera M. Scanlon, que lo acusa, entre otros delitos, de "liderar una empresa criminal continuada" entre el año 2003 y octubre de 2021, cuando fue capturado, y de "participar en una conspiración internacional para fabricar y distribuir cocaína, a sabiendas y con la intención de que las drogas serían importadas ilegalmente a Estados Unidos".
Además de negar los cargos, el ex líder del "Clan del Golfo" renunció a solicitar libertad bajo fianza y espera a enfrentar un juicio con jurado. A pocos días para la elección del 29 de mayo, el tema ha ingresado a la campaña. El izquierdista Gustavo Petro criticó la "fallida propuesta de seguridad" del gobierno frente a las drogas.
Su principal rival, el derechista Federico Gutiérrez, pidió que Colombia no ceda "ante estos criminales" y avivó el debate entre "mano dura" o negociación.
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