INTERNACIONAL
Posible cumbre presencial del Mercosur en Cataratas

Fernández-Bolsonaro: Las divergencias no desaparecieron

En el encuentro que mantuvieron el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, y el mandatario de Brasil, Jair Bolsonaro se abordaron diferentes temas entre ellos el aniversario del Mercosur. Expectativas por el primer encuentro no virtual con Alberto Fernández.

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Visita inesperada de Luis Lacalle Pou a su colega Jair Bolsonaro | agencia AFP

“Si se confirma la cumbre de presidentes para celebrar los 30 años del Mercosur en marzo, entonces asistiremos al primer encuentro no virtual entre los presidentes Jair Bolsonaro y Alberto Fernándezcomentó una alta fuente de Brasilia. Se refería a la conmemoración del tratado firmado en 1991, en Asunción, por los cuatro socios del bloque. Desde luego, la condicionalidad implícita en el relato revela las indefiniciones que sobrevuelan la realización “física” del encuentro. Según los funcionarios consultados, va a depender de la evolución de la pandemia. Sin embargo, hay otras piedras en el camino que una vez más podrán llevar la cita al terreno virtual.

En una visita inesperada de Luis Lacalle Pou a su colega Jair Bolsonaro, con quien tuvo un “almuerzo de trabajo” el miércoles último en el Palacio de la Alvorada (la residencia oficial), ambos gobernantes pusieron de relieve sus intenciones de discutir y revocar, durante las conmemoraciones, un acuerdo del bloque vigente desde hace 20 años. Esa entrevista “de trabajo” fue la primera salida al exterior del jefe de Estado uruguayo. Hablaron de la “modernización” del mercado común sureño, un punto donde hay disensos entre los socios.

"Uruguay es un país esencial en nuestra sociedad dentro del Mercosur", dijo Bolsonaro

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Acompañados por los cancilleres respectivos, el uruguayo Francisco Bustillo y el brasileño Ernesto Araújo, los presidentes ofrecieron una declaración a la prensa, en el Palacio del Planalto (la casa de gobierno). Bolsonaro anunció que las conmemoraciones por el aniversario del Mercosur “deben ser posiblemente en Foz de Iguazú”, es decir del lado brasileño de las Cataratas. “Esa reunión con los cuatro presidentes también tendrá, brevemente, una parte informal, como pidió Lacalle Pou, donde podamos estar a voluntad para discutir cuestiones internas nuestras, como también del mundo”, sostuvo el brasileño.

En Buenos Aires recordaron que los festejos por las tres décadas del mercado regional son organizados por la Casa Rosada, dado que la Argentina detenta hoy la presidencia pro tempore. E informaron que la reunión de los cuatro socios más Bolivia, será en Puerto Iguazú (del lado argentino de las Cataratas).

Los representantes Collor de Mello de Brasil; Rodríguez de Paraguay; Menem de Argentina; y Lacalle Uruguay.

Entre tanto, Bolsonaro se esmeró en destacar sus “totales coincidencias” con Lacalle Pou. Enfatizó ante los medios: “Uruguay es un país esencial en nuestra sociedad dentro del Mercosur. Tiene una visión muy semejante a la nuestra y queremos llevarla para el encuentro, en marzo, también con los presidentes de Paraguay y de Argentina. Queremos ver que se puede hacer para dinamizar el bloque. Algo estamos haciendo, pero hay que avanzar”. El gobernante brasileño transparentó las intenciones de lograr “una flexibilización para que cada país pueda hacer sus negocios con otros países”. Y su par de Uruguay estuvo totalmente de acuerdo: “Estoy muy feliz por la confluencia de ideas”.

Desde que asumió la presidencia brasileña, Bolsonaro y su ministro de Economía Paulo Guedes, como también el canciller Ernesto Araújo, batallan para convencer al gobierno argentino de que es preciso “abrirse al mundo”. En 2019, con Mauricio Macri tuvieron notables coincidencias, al punto que lograron finalizar el texto del acuerdo con la Unión Europea. Pero en 2020 debieron encarar la relación con Alberto, además de enfrentar la pandemia que impidió el intercambio personal de ambos presidentes.

¿De qué se trata la aludida “modernización” del mercado sureño? La cuestión para Brasil es dar de baja el protocolo firmado en el año 2000, que obliga a los países a negociar en forma conjunta cualquier acuerdo de libre comercio con terceros países o bloques. Eso dejaría las manos libres de brasileños y uruguayos para avanzar en tratados bilaterales con cualquiera en el mundo.

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El acuerdo de hace 20 años dice: “La constitución de un mercado común implica la necesidad de contar con una política comercial externa común”. Y estableció un límite para la transición hacia esa meta: “A partir del 30 de junio de 2001, los Estados Parte no podrán firmar nuevos acuerdos preferenciales” con terceras naciones o grupos de ellas. La explicación de este protocolo residió, y reside, en la necesidad de fortalecer el mercado interno del Mercosur, dejando las fronteras abiertas para las producciones domésticas y entornando las puertas para el exterior. A pesar de las ventajas que eso involucró para Brasil, que de hecho se convirtió en una plataforma de producción de bienes para la región (e incluso Sudamérica), el modelo de desarrollo con el que sueñan ahora Guedes, y su jefe Bolsonaro, contempla otro tipo de expansión: pretenden “integrar” a Brasil como gran fabricante y proveedor de partes y componentes para las industrias globales; a imagen y semejanza, según ellos piensan, de lo que hicieron China e India en el pasado.  Esto resalta las diferencias de “modelos” entre Buenos Aires y Brasilia.