Desde un primer momento, decenas de contrastes dejaron en claro el cambio de administración en Estados Unidos. Y uno de ellos probablemente está entre los más poderosos simbólicamente: la participación este jueves 21 del infectólogo Anthony Fauci en la reunión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que marcó el retorno del país a la entidad que ha coordinado los esfuerzos internacionales contra la pandemia. Joe Biden puso en evidencia rápidamente que las cosas han cambiado en Washington con respecto a la administración de Donald Trump.
El tono del mensaje inaugural de Joe Biden, con llamados a la unidad, la diversidad de su gabinete, la rapidez con la que anuló o modificó algunas de las políticas más controvertidas de Donald Trump, marcó el rumbo.
Pero fue su decisión de enfrentar con firmeza -y con auxilio de la ciencia- la pandemia de coronavirus, que ya ha provocado más de 405 mil muertos en el país, la que sintetiza que las barbaridades de Trump frente al virus ya son cosa del pasado, aunque sus consecuencias las siga pagando la población. El nuevo cargo de consejero que tiene Anthony Fauci lo demuestra.
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“Estados Unidos está dispuesto a trabajar en colaboración y solidariamente para apoyar la respuesta internacional al covid-19, atenuar su impacto en el mundo, reforzar nuestras instituciones, hacer que avance la preparación ante futuras epidemias y mejorar la salud y el bienestar de todos los pueblos del mundo”, dijo Fauci al participar en forma remota ante los delegados de la OMS.
Muy respetado por la comunidad científica por su papel decisivo en el combate al sida durante los años 80 y 90, Fauci formaba parte de la célula de crisis que la administración Trump creo para la pandemia, pero su independencia de criterio terminó por enfurecer al ex presidente, que no dudo en desautorizarlo en público varias veces y hasta lo llamó “idiota”.
En octubre del año pasado, Trump afirmó que Fauci era un “desastre” y que “la gente está cansada de escucharlo a él y a todos esos idiotas que se han equivocado” en la manera de abordar la pandemia, después de que criticara su participación en un acto en la Casa Blanca donde nadie usaba barbijo ni mantenía el distanciamiento social.
El infectólogo siempre cuestionó abiertamente las actitudes de Trump ante la pandemia, como minimizar la importancia de usar barbijo, del distanciamiento social y de los confinamientos.
“Es un mago diciéndonos cómo hacer las cosas, se quejó Trump en octubre. Si le hubiéramos hecho caso, tendríamos 500 mil muertes. Si lo hubiéramos escuchado, tendríamos entre 700 y 800 mil muertes ahora mismo”, agregó.
Pero el recién estrenado gobierno de Biden ha querido marcar rápido las distancias con su predecesor y este jueves materializó su reincorporación a la OMS, le garantizó de nuevo su apoyo financiero y elogió su papel en la lucha contra la pandemia.
Una posición que contrasta con la de Trump, que acusó a la organización de ser una “marioneta” en manos de China y de realizar una “mala gestión” de la pandemia, antes de retirar a su país de la institución en julio.
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En cambio, Fauci agradeció hoy a la OMS "el liderazgo en la respuesta mundial a esta pandemia" y aseguró que Washington honrará "sus obligaciones financieras con la organización".
También adelantó que Biden “emitirá hoy una directiva con la intención de Estados Unidos de unirse al Covax (el proyecto de la OMS para hacer llegar vacunas a todo el mundo) para apoyar los esfuerzos multilaterales para las vacunas contra el coronavirus”.
El director general de la OMS, Tedros Ghebreyesus, celebró el regreso Washington a la organización internacional. “Somos una familia de naciones. Y todos estamos contentos de que Estados Unidos se quede en la familia”, afirmó.
Además de ordenar el retorno de Estados Unidos a la OMS, Biden decretó, nada más ser investido, el uso obligatorio de barbijos en los edificios federales y los transportes interestatales y por parte de los empleados del gobierno central.
CP