INTERNACIONAL
Elecciones 2025 y geopolítica

Fabián Calle, sobre el vínculo de Argentina con EE.UU.: "El kirchnerismo se acerca avergonzado mientras que Milei lo hace contento"

En diálogo con PERFIL, el especialista estrategia económica internacional analizó la victoria de LLA en función de la "dependencia" económica/cultural hacia el país norteamericano y la dimensión geopolítica del apoyo financiero de Donald Trump.

19_10_2025_trump_milei_cedoc_g
| cedoc

Las elecciones legislativas en Argentina tuvieron una variable inédita: su internacionalización. Por primera vez, una elección de medio término no solo ocupó las portadas de los principales medios (con un eco mayor que la presidencial) sino que fue parte de la conversación de legisladores, columnistas de televisión y financistas en Estados Unidos. El desconcierto tuvo que ver con el "rescate financiero" ordenado por Donald Trump y Scott Bessent que potenció la victoria de Javier Milei el domingo 26, una prueba de fuego de cara a su segundo tramo de gobierno.

En la nueva cartografía del poder internacional, la Argentina de Milei se volvió una pieza funcional del armado de un Estados Unidos que "volvió del letargo" para encarar los desafíos del siglo XXI, en un escenario radicalmente distinto al del momento unipolar post 1989. Y, también, en un laboratorio para medir la capacidad del país norteamericano de influir en la política del Cono sur, una región estratégica donde compite con otras potencias por la llave más codiciada: el acceso a la Antártida.

En esa trama se revela una paradoja que atraviesa a los gobiernos y a las generaciones de Argentina: la de un país que discute su soberanía frente a Washington mientras ahorra en su moneda, educa a sus hijos en sus universidades y consume su cultura como propia. Indistintamente de quien gobierne. "Argentina mantiene una alianza de hecho con Estados Unidos", sostuvo Fabián Calle.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Trump, el accionista mayoritario de Milei: cómo su respaldo potenció el contundente triunfo en las legislativas

En diálogo con PERFIL, el especialista en seguridad y estrategia económica internacional explicó por qué el país bajo La Libertad Avanza se alineó de manera tan explícita Washington, una sintonía entre Milei y Trump que escapa la mera afinidad ideológica; y cómo la geopolítica, una vez más, terminó colándose en el voto doméstico. Una dependencia tan silenciosa como estructural de la que ningún sello partidario con acceso al poder, ni siquiera aquellos con un discurso antiimperialista más duro, puede ignorar. "El kirchnerismo acepta las líneas rojas de Estados Unidos... la diferencia es que mientras lo hace avergonzado, Milei lo hace contento", analizó.

Entrevista a Fabián Calle

La relación de Trump con Milei es tema de conversación y debate entre políticos, medios, legisladores, empresarios y financistas en Estados Unidos. La elección de medio término de Argentina, ¿puede ser considerada un triunfo del presidente estadounidense?

Hay varios factores. El primero es el interés geopolítico de Estados Unidos en el Atlántico Sur y de sus pasos naturales estratégicos. Por ejemplo, los grandes portaaviones de batalla americanos y los que haga China en el futuro no pasarán por Panamá, que además puede ser rápidamente neutralizado en caso de conflicto o sabotaje. Segundo, el tema Antártida. Faltan menos de 30 años para el vencimiento del Tratado Antártico y las grandes potencias, o sea Estados Unidos y China, están pensando en el futuro de los recursos naturales de una Antártida que seguramente va a estar mucho más deshielada y será más fácil de explotar.

Fabian Calle 28102025
Fabián Calle es profesor universitario y experto en seguridad internacional. Licenciado en Ciencia Política de la UBA, especialista en estrategia económica internacional por la FCE de la UBA, máster en relaciones internacionales de FLACSO.

Tercero, el vecindario áspero hacia Estados Unidos. Más allá de la reunión de Trump con Lula da Silva, no se resolvió el problema de fondo, que es político, ideológico y judicial. Lula declaró que hay que reemplazar el dólar, que la guerra en Europa se produjo porque Ucrania se defendió, que Israel mató en Gaza millones de palestinos. En noviembre del año pasado dijo que Trump era un fascista. Se suma Chile con izquierda y (el colombiano) Gustavo Petro ni que hablar. El vecindario quiso que Milei se destaque como único país con peso aliado de Estados Unidos, con un gobierno proamericano, prooccidental, procapitalista.

Después está el tema personal, Milei cultivó la relación y se la jugó por Trump, incluso le declaró su apoyo cuando gobernaban los demócratas y muchos creían que ganaba Kamala Harris. Trump es un tipo que recuerda esas cosas, recuerda lo que tuvieron con él en las malas, como se podría decir. La administración Trump, una docena de personas, se encargó de claves, conocido (Marco) Rubio, (Mike) Waltz, embajador en Naciones Unidas, o la jefa de gabinete de Trump, que son de la Florida, hablan español, conocen perfectamente la región, conocen a los personajes, qué políticos juegan contra y a favor de EEUU, tienen un conocimiento capilar de la región y tienen muy en claro qué es el kirchnerismo.

Esa suma de factores derivó en este apoyo impensado, aún para los más optimistas, no solo un swap que te permite pagar sin mayor dificultad todos los compromisos externos del 2026, y creo que hasta de parte del 2027. Sino que además, este tema de las intervenciones comprando pesos: Estados Unidos intervino monedas extranjeras para ayudar solamente tres veces en la historia, en yuanes y en euros. O sea, países importantes para el sistema capitalista y de alianzas en EEUU.

Javier Milei ya piensa en 2027: el Gobierno se entusiasma con la reelección tras el triunfo electoral

—¿Cuál es la contracara de ese "apoyo impensado"? Considerando las maniobras bilaterales recientes, desde la cooperación nuclear, la militar (con los ejercicios de la Operación Tridente) e incluso una ministra de Seguridad que habla de "narcoterrorismo" previo a una elección.

Creo que hay que salir de la lógica del trueque al estilo mercado persa, el "te doy y me das". Las grandes potencias tienen un interés estratégico en jugar fuerte. Por ejemplo, EE.UU. ayudando a reconstruir Europa después de la Segunda Guerra para que no avance el comunismo, alentando la reunificación alemana en 1989, por más que le genere un gigante económico que le compita. Lo que necesita una potencia cuando hace una apuesta estratégica es que el país que ayuda le vaya bien. Que los países vecinos miren y digan “mirá cómo salió bien, ¿no habrá que tomar ese camino?”.

EE.UU. no necesita bases en Argentina, tiene portaaviones nucleares por todo el mundo, controlará los mares por un tiempo más. La apuesta es mucho más grande: que a Argentina con un modelo proamericano le vaya bien, que lo mire Brasil, Chile, Colombia, que haya menos incentivo a entregar cosas a China. No hablo de comercio sino infraestructura crítica, puertos e instalaciones.

Pensando en el "miedo" de que se dispare el dólar, ¿hasta qué punto la presión de EE.UU. puede haber incidido en el voto argentino?

Creo que hay un des-concepto en algunos sectores de la prensa o del círculo rojo. El argentino promedio, sea de cualquier ideología, hace 50 años que no tiene moneda propia y piensa en dólares, lo que está ligado a sus ahorros. Tiene una alianza personal, de hecho, con Estados Unidos, vía el idioma, ahorro, educación de sus hijos, uso de Netflix, redes sociales, consumo de cultura americana. Entonces hay una especie de esquizofrenia entre el ciudadano americano y el ciudadano argentino. Hay quienes quieren que los gobiernos argentinos sean contestatarios de Estados Unidos. Es una ridiculez: la sociedad piensa en dólares y por otro lado mucha de esa gente dice "no, quiero un gobierno orgulloso".

Javier Milei y Donald Trump

Los gobiernos argentinos tienen la misma dificultad: no tienen moneda, tienen incertidumbre. Hace tiempo que el pueblo argentino vota básicamente por algo que le dé certidumbre económica. A veces busca el amparo en el estatismo (2003), ahora en la libertad económica. Esta idea de que el pueblo argentino es antinorteamericano es medio ridícula, es más para el círculo rojo e intelectual que para el ciudadano común, que tiene en claro que con Estados Unidos no hay que llevarse mal. El propio Perón lo entendió. Braden o Perón fue un período muy chico, después recibió al hermano de Eisenhower, abrió la petrolera americana, se exilió en Panamá, que era un protectorado americano. Un profesor mío en Italia decía: “Dime dónde te exilias y te diré quién eres”.

Desde esa lectura y del apoyo de EE.UU. a Milei, ¿fue un triunfo de la "geopolítica" o de las élites económicas?

Antes que nada: Estados Unidos no es tonto, no va a pedirle que Argentina que deje de comerciar soja, carne, chancho, aceites con China, que es además su principal socio comercial. El acercamiento a China para EE.UU. implica no cruzar ciertas líneas rojas. Es algo que el kirchnerismo también aceptó: se pasó doce años mirando aviones de guerra chinos y no compró ninguno; de una central nuclear china que no compró; del puerto en Tierra del Fuego; y respecto a la antena satelital (NdR: proyecto CART), Estados Unidos en su momento tampoco se movió mucho para frenar su instalación.

El kirchnerismo acepta las líneas rojas, como puertos, armamentos, 5G, etc. Como pasó con las vacunas durante el Covid: se priorizaron todas vacunas rusas y chinas pero terminamos todos vacunados con Moderna, Pfizer y Johnson&Johnson. Incluso los hijos de muchos funcionarios kirchneristas se fueron a estudiar a Estados Unidos. La diferencia es que mientras el kirchnerismo lo hace avergonzado, Milei lo hace contento. Ninguno desafía abiertamente al hegemón, más allá de algún ritual como Néstor Kirchner (2005) o el excanciller Héctor Timerman (2011) con el alicate en Ezeiza. En ese momento, todavía durante la era unipolar, EE.UU. se sentía muy seguro: China todavía no sacaba los dientes, Rusia no había vuelto. Ahora, un político argentino o latinoamericano que haga un circo semejante en esta etapa bipolar —donde existe una percepción de amenaza—, no lo va a sacar barato: como mínimo va a perder la visa.

El Gobierno apuesta a cerrar nuevas inversiones mineras con Estados Unidos a través de Pablo Quirno

¿Hay antecedentes de una elección donde la política internacional haya jugado un rol clave en la política doméstica?

Sí, hay antecedentes, como Héctor Timerman con China y Rusia durante el kirchnerismo. El tema es que ni Cristina Kirchner ni Timerman desafiaron abiertamente a Estados Unidos. Este es un factor que no existió nunca: la etapa bipolar. Antes EEUU estaba solo, dominaba, no pasaba nada si se hacía algún "ritual", como lo hacía el kirchnerismo. Ahora está China y Rusia, entonces cualquier acción que hagas a favor o en contra de Estados Unidos tiene un peso mucho mayor, no solo en la política doméstica argentina, sino en la geopolítica regional.

Las grandes potencias son animales bestiales. En América Latina muchos se habían olvidado de eso y ahora están todos sorprendidos porque vuelan las lanchas con narcos en el Caribe. Las potencias actúan así con sus vecinos o su propia población, sea Rusia o China. Ahora volvió Estados Unidos, salió de su letargo unipolar.

¿Qué opina del mandato de Milei?

Creo que Milei tiene un mandato económico y lo votaron por eso. En Argentina, el pueblo le da a sus líderes un mandato que a veces dura dos, tres, cuatro años. El suyo era controlar la inflación, o sea el caos que había en 2023, era estabilizar la economía y lo logró. Este año va a terminar creciendo 4 o 5%, más o menos; el año que viene más o menos lo mismo, un poco más. Todavía el mandato "social", relacionado al desempleo por ejemplo, no está.