INTERNACIONAL
elecciones presidenciales en brasil

La batalla de Rousseff y Neves por los 22 millones de votos de Marina

A dos semanas del ballottage, Dilma acordó con sectores del PSB y Aécio aceptó la mayoría de las reivindicaciones de la ambientalista.

Pasado y presente. La mandataria y ex guerrillera posa frente a la imagen de la ficha de detención durante la dictadura.
| AFP

La pelea para conquistar en el ballottage los 22 millones de votos de Marina Silva ya empezó y promete ser encarnizada. La presidenta Dilma Rousseff y el candidato opositor, Aécio Neves, saben que para ser electos presidentes de Brasil necesitan convencer a aquellos que apostaron por la llamada Tercera Vía. Con ese objetivo, el senador tucano dio ayer un golpe de efecto, al acatar parcialmente las reivindicaciones de la ecologista, en un acto junto a los hijos del fallecido Eduardo Campos y socialistas de Pernambuco. Por su parte, el Partido de los Trabajadores (PT) negoció en varios estados el apoyo del Partido Socialista Brasileño (PSB), la agrupación que nominó a Silva en las últimas elecciones.

“Aécio necesita el 69% de los votos recibidos por Marina para ganarle a Dilma, si tenemos en cuenta que los votos de los dos candidatos se distribuirán igual en la segunda vuelta”, explicó a PERFIL Márcio Grijó Vilarouca, coordinador de los Estudios de Opinión de la Fundación Getulio Vargas. El doctor en Ciencia Política considera que el perfil del votante de Silva es “muy heterogéneo” y que es imposible saber a ciencia cierta cómo será la transferencia de votos. Entre sus seguidores, priman los jóvenes, los estudiantes y los sectores progresistas, pero también fieles católicos y evangélicos, de un perfil más conservador.

Según una encuesta divulgada el jueves por Datafolha, el 66% de los electores de la ambientalista elegirá a Neves, mientras que el 18% optará por Rousseff. Ambos necesitan elevar ese porcentaje si quieren vencer en el ballottage. En términos nominales, el número mágico para ser electo es 52 millones de votos. Dilma obtuvo 43 millones en la primera vuelta y Aécio cosechó 35.

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Silva aún no dio su apoyo público a ninguno de los dos candidatos, y sostuvo que lo otorgará sólo a quien se comprometa con sus propuestas programáticas. Quizás por eso, Neves leyó ayer un documento, en el que aceptó la mayoría de sus reivindicaciones, como derogar la reelección para los cargos ejecutivos, impulsar una reforma agraria y “la transición a una economía de bajo carbono”. El único desacuerdo fue en torno a la la edad de imputación penal, que Aecio quiere fijar en 16 años.

El oficialismo, en tanto, también buscó convencer al electorado de Marina, pero sin acordar con ella, sino con acercamientos al partido que la postuló. “El PSB se alió distinto en cada estado. En San Pablo está vinculado al PSDB de Aécio, pero en otros estados está más cerca del PT. Además, el partido tiene un perfil de centroizquierda y fue parte de la coalición de gobierno desde el primer mandato de Lula, hasta que decidió lanzar su propia candidatura”, agregó Grijó Vilarouca.

A dos semanas de la segunda vuelta, la carrera contrarreloj para superar el 50% de los votos podría tener hoy un nuevo capítulo. Según Folha de Sao Paulo, Silva anunciará públicamente cuál es su decisión. En caso de abstenerse a apoyar a uno de ellos –como hizo en 2010–, habrá inclinado la balanza, ya que favorecerá implícitamente a Dilma, quien apuesta por la dispersión.