INTERNACIONAL
ODIOSA COMPARACIÓN HISTÓRICA

La obsesión del aislado Putin por Pedro el Grande, el zar que abrió la "ventana a Europa"

El líder ruso se comparó abiertamente con el zar del siglo XVIII, equiparando la actual guerra de Ucrania con las guerras expansionistas hace unos tres siglos. Ahora, el Papa Francisco evocó la figura del monarca al que el presidente invoca para justificar su invasión y anexión de territorio ucraniano.

Vladimir Putin y Pedro el Grande
Vladimir Putin y Pedro el Grande | CEDOC

El Papa Francisco se vio involucrado nuevamente en una disputa internacional al elogiar la herencia de "la gran Rusia" en un discurso en el que evocó las figuras de los zares Pedro I "el Grande" y Catalina II "la Grande": el gobierno de Ucrania respondió duramente al Vaticano diciendo que el lenguaje del pontífice fue "muy desafortunado", considerando las aparentes ansias imperialistas del presidente ruso, Vladimir Putin, y de su deseo de convertirse en el nuevo Pedro el Grande.

"Son hijos de la gran Rusia, de grandes santos, de reyes, de Pedro el Grande, de Catalina II, de un pueblo ruso de gran cultura y gran humanidad", le dijo el Papa Francisco a un grupo de jóvenes reunidos en una iglesia de San Petersburgo. Los dos monarcas expandieron Rusia hasta convertirla en un enorme imperio en los siglos XVII y XVIII, incluida la conquista de partes de Ucrania, y el presidente Putin invoca sus legados al justificar su invasión y anexión de territorio ucraniano el año pasado.

Vladimir Putin y Pedro el Grande
Pedro I (1672-1725)

El Papa Francisco elogió la herencia de la "gran Madre Rusia" y generó el repudio de Ucrania

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El portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores ucraniano, Oleg Nikolenko, criticó al Papa diciendo: "Es con este tipo de propaganda imperialista (...) que el Kremlin justifica el asesinato de miles de ucranianos y la destrucción de cientos de ciudades y pueblos ucranianos". "Es muy lamentable que las ideas rusas de gran potencia, que son, de hecho, la causa de la agresividad crónica de Rusia, salgan consciente o inconscientemente de la boca del papa, cuya misión, a nuestro entender, es precisamente abrir los ojos a la juventud rusa sobre el rumbo destructivo de los actuales dirigentes rusos".

El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, defendió los comentarios del papa Francisco diciendo que pretendían "animar a los jóvenes rusos a conservar y promover lo que hay de positivo en el gran patrimonio cultural y espiritual de Rusia". "Y ciertamente no exaltar lógicas imperialistas y personalidades gubernamentales", aclaró.

El enojo de Ucrania se centra principalmente en que Vladimir Putin, que desde hace un año y siete meses mantiene una guerra con ese país, se comparó públicamente y en innumerables oportunidades con el zar Pedro I, estableciendo un paralelo entre lo que describió como sus dos búsquedas históricas gemelas para recuperar los territorios rusos.

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Vladimir Putin

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"Pedro el Grande libró la Gran Guerra del Norte durante 21 años. Parecería que estaba en guerra con Suecia, que les quitó algo. Pero no les quitó nada, recuperó [lo que era de Rusia]", dijo Putin, que tiene un extenso historial de elogios a líderes que comparten sus propios puntos de vista, incluidos el zar Alejandro II y el primer ministro prerrevolucionario Piotr Stolypin.

La Gran Guerra del Norte fue un conflicto entre Rusia y Suecia que se extendió durante más de dos décadas, entre 1700 y 1721. En coalición con Dinamarca, Noruega y Lituania, el zar desafió con éxito el dominio de Suecia en el norte, centro y este de Europa. Al derrotar a los suecos, Pedro I convirtió a Rusia en una potencia regional líder y un actor importante en los asuntos europeos. 

"Al parecer, a nosotros también nos tocó recuperar y fortalecer (el país). Y si partimos del hecho de que estos valores básicos forman la base de nuestra existencia, seguramente lograremos resolver las tareas que nos planteamos", concluyó Putin, quien describió al emperador como "un destacado estadista, líder militar y patriota, (que) dedicó toda su vida a servir a la Patria".

 

El zar que "abrió la ventana a Europa"...

Vladimir Putin y Pedro el Grande

Inspirado por el tiempo pasado en el extranjero, Pedro I (nacido en 1672) hizo grandes esfuerzos para modernizar su vasta y subdesarrollada nación durante su gobierno de 1682 a 1725. Fue un modernizador autocrático, despiadado con sus opositores (incluido su propio hijo) y admirado tanto por los rusos liberales como por los conservadores.

El más famoso de los esfuerzos del zar para modernizar el país y sacarlo del oscurantismo religioso medieval en el que lo veía sumergido fue el de construir la ciudad San Petersburgo en un territorio que conquistó a Suecia. Un proyecto que costó la vida a decenas de miles de obreros, reclutados como trabajadores forzados para construir la "ventana a Europa" de Pedro I.

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Durante su reinado, el zar de la Dinastía Romanov implementó amplias reformas políticas, militares y sociales destinadas a occidentalizar Rusia, transformar el país en una potencia naval y expandir enormemente su territorio. Pero también toleró poco la disidencia y sofocó brutalmente un levantamiento en 1698 torturando y ejecutando públicamente a más de 1.000 rebeldes.

Las medidas de Pedro para modernizar Rusia incluyeron la imposición de vestimentas occidentales y la prohibición de que la élite rusa usara barbas, además de la creación de impuestos por casi todo, la toma de posesión de la iglesia rusa, el sometimiento de la nobleza y la importación de nuevas tecnologías, servicios y profesionales desde Europa. 

El historiador Simon Sebag Montefiore, autor de varios libros sobre la dinastía Romanov, cree que los sucesivos líderes rusos hasta Putin trataron de emular a Pedro el Grande: "Cada zar Romanov, cada líder soviético, y aquí Putin, sueña con ser el primer emperador que logró ser estadista, conquistador general, constructor y reformador", escribió.

 

Y el presidente que cerró las puertas de Rusia

Vladimir Putin

Nacido en San Petersburgo, donde Pedro I es una figura de culto local, Putin llegó al poder con la ambición de reencarnar al zar: los oligarcas que lo rodearon se apropiaron de las modas, las tecnologías y los estilos de vida occidentales. Por otra parte, creía que su misión era restaurar las dimensiones geográficas del antiguo imperio, y reposicionar a Rusia en la esfera global de influencia tras la caída de la URSS.

Pero fracasó. En medio de la creciente tensión entre Occidente y Rusia por la invasión de Ucrania, Moscú comenzó a restar importancia a la afinidad de Pedro I con Europa y se centró en su expansionismo territorial. Y mientras que con la construcción de San Petersburgo Pedro I abrió la ventana a Europa en el Báltico, Putin cerró las puertas de Rusia y las fronteras con Europa occidental con su guerra con Ucrania. 

El conflicto desatado por Putin para "recuperar" lo que cree suyo dejó a su país más aislado de Occidente que en casi cualquier otro momento de su historia. Se prohibieron los vuelos a la UE, las sanciones impidieron a los rusos acceder a las importaciones occidentales y minoristas occidentales, como McDonald's, Starbucks, H&M y Zara, cerraron sus puertas. La ausencia de Putin en cumbre internacionales es un ejemplo atronador del aislamiento al que se sometió.

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Putin, un antiguo oficial de la policía secreta soviética (la KGB) en Alemania Oriental, vivió el fin de la Unión Soviética como "la mayor catástrofe geopolítica del siglo XX", según dijo. Todo esto alimentó en el actual presidente ruso un deseo de revancha, con Ucrania como objetivo: en 2008, según la prensa rusa y estadounidense, Putin aseguró a su par estadounidense George W. Bush que aquel "no es un Estado".

En julio de 2021 Putin aseguró que "rusos y ucranianos son una sola nación" que pertenece a "un mismo espacio histórico y espiritual" y, seis meses más tarde, afirmó que Ucrania había sido "creada por Lenin" en los primeros años de la Unión Soviética. Bajo esta lógica, Putin abrió una guerra que "no constituye un ataque contra Ucrania, sino una liberación del pueblo ucraniano del ocupante extranjero", según analizó Tatiana Stanovaia, directora del centro de estudio ruso R. Politik.

"Putin se estuvo quitando muchas máscaras; lo que está revelando de manera bastante consistente son las nuevas ambiciones imperiales de Rusia", dijo Rory Finnin, profesor de estudios sobre Ucrania en la Universidad de Cambridge"La guerra de Rusia contra Ucrania es ahora claramente una guerra de conquista imperial", agregó.

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Carl Bildt, ex primer ministro de Suecia, estuvo entre los que advirtieron hace años que Putin tiene un deseo incontrolable de años de derramamiento de sangre: "Así es como él ve su misión: recuperar lo que alguna vez fue reclamado por Rusia. Es una receta para años de guerra", dijo.

Dentro de los muros del Kremlin, donde reina un protocolo imperial de los tiempos de los Romanov, la vida del líder ruso está rodeada de misterio, desconfianza, intrigas y miedos reales de un asesinato o un golpe: su ausencia de los grandes foros de líderes internacionales es atronadora y en sus audiencias oficiales suele aparecer separado de sus interlocutores por mesas descomunalmente largas.

Si en algo logró parecerse Putin a Pedro es que ninguno tuvo capacidad para institucionalizar la sucesión del liderazgo. Pedro I mató a su propio hijo y heredero, el zarévich Alexis, acusándolo de conspirar contra él para tomar el poder. Desde la muerte del zar, en 1725, el reinado de cada monarca ruso terminó con un golpe, un asesinato o una revolución, mientras que el actual presidente ruso parece haber ahogado toda chance de ser reemplazado pacíficamente en el futuro. 

ds