Todo sugiere que este año no habrá tregua para los consumidores brasileños ni para los dueños de comercios minoristas. La incertidumbre por los tiempos de duración de la guerra ruso-ucraniana y sus consecuencias, el alza de combustibles y de las materias primas como cereales, anticipa una vida nada fácil para los próximos meses. Y esto ocurre durante un año crucial por las elecciones presidenciales, con un escenario que se insinúa desolador para quien, como Jair Bolsonaro, aspira a reelegirse por otros cuatro años.
Para muchos analistas, el presidente brasileño tiene un temple especial para atravesar los malos momentos. Afirman que hay ejemplos de su adecuación a los tiempos difíciles. Recuerdan que, para recuperar su estatus de hombre de mundo, fue a Moscú en febrero y se encontró con Vladimir Putin en vísperas de la ocupación por parte de las tropas rusas de la región oriental de Ucrania. No tuvo problemas en manifestar su “solidaridad” con el presidente ruso, y luego surfear diplomáticamente con declaraciones de “neutralidad” frente a las presiones de Washington para definirse “contra la invasión”.
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Destacan que el jefe de Estado colocó la pandemia como parte del pasado. Y en esa dramática etapa, según él, su gobierno se destacó por impulsar la inmunización de gran parte de la sociedad. Olvida, claro está, sus declaraciones contra la “vacuna”.
Frente a la atmósfera enrarecida por la inflación, que afecta especialmente a los sectores medios y bajos, el presidente se ha preocupado por “liberar dinero”. No sólo por el estipendio bautizado “Auxilio Brasil” que favorece al segmento de mayor pobreza.
También se aseguró que los sectores medios reciban reales por otras vías. En total se estima que este año el gobierno podrá inyectar hasta 17.000 millones de dólares en la economía.
Pero ¿cuál es la eficacia real de esas medidas de emergencia desde el punto de vista electoral? Las nuevas encuestas, publicadas ayer, muestran que la popularidad presidencial no ha logrado superarse a sí misma: oscila alrededor del 26% de apoyo para los comicios del 2 de octubre. El gran adversario, el ex presidente Lula da Silva, permanece estable en la delantera y a distancia considerable: conserva 44% de votantes, que garantizan su disposición a acompañarlo hasta el final.
Quienes más han sufrido son aquellos candidatos destinados a romper con la polarización: los de la “tercera vía”. Ninguno de ellos consiguió despegar, ni siquiera el célebre ex juez del Lava Jato, Sergio Moro, hoy pre candidato del partido Podemos. No ha logrado vencer la barrera del 7% que lo desafía desde hacer meses. Y el gobernador Joao Doria, postulante por el Partido Social Demócrata de Brasil (PSDB), sigue estancado en 2%. Ya no conserva siquiera el respaldo de sus correligionarios, que buscan desesperados una salida para su reemplazo.
De empeorar la situación internacional o, inclusive si se mantiene, no hay quien pueda garantizarle una victoria al actual jefe de Estad0
Un conocido encuestador reflexionó: “La disputa entre dos presidentes, inédito en nuestra historia, es lo que va a movilizar al electorado este año. Lo más probable es que los votos de Moro y de otros candidatos emigren hacia Lula y hacia Bolsonaro”. Felipe Nunes, titular de una consultora juzga que “buena parte de la narrativa del aumento de precios está basada en la guerra”, es decir, no tendría que ver con la política económica bolsonarista. Sobre esa base, opina que no sería posible afirmar que el conflicto en el Este europeo llegue a tener un impacto negativo sobre las perspectivas electorales del presidente. Para el experto, “Bolsonaro consiguió vender su agenda de justificación tanto respecto a la pandemia como a la economía”.
Efectos de la inflación
Con todo, la corrida inflacionaria recién comienza y, según todo indica, que deberá seguir por bastante tiempo. Las alzas del combustible y de las commodities agrícolas, que se tornan un infierno para las mesas familiares, todavía darán que hablar. “Ya debimos lidiar con una inflación de 10% de los alimentos el año pasado. Ahora ese límite puede superarse rápidamente” indicaron comerciantes minoristas que experimentan los efectos de la guerra “en vivo y en directo”.
Las consultoras revelaron que son los productos de primera necesidad los más afectados por los aumentos. Dan ejemplos: las naftas y diésel subieron 60% y los granos 40% desde comienzos de año. De empeorar la situación internacional o, inclusive si se mantiene, no hay quien pueda garantizarle una victoria al actual jefe de Estado.
*Autora de Brasil, 7 días. Desde San Pablo, Brasil.