(Desde Río de Janeiro) En la conferencia de prensa ofrecida por el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, en la clausura de la 17 cumbre de los BRICS, la primera pregunta fue, por consenso de los medios que estuvieron presentes, cuál fue la reacción de los países miembros, ante las amenazas de Donald Trump proferidas anoche.
En el grupo, la embestida de Washington no generó sorpresa, pero según relató el mandatario brasileño todos coincidieron en juzgar “irresponsable semejantes intimidaciones” más aún por proceder de una potencia mundial.
Lo que empeoró el impacto de ese pronunciamiento, que aludió a un aumento de aranceles de 10% a los países que permanezcan dentro de los BRICS, fue el hecho de que Trump hubiera elegido “proferir esas imposiciones autoritarias” a través de su plataforma Truth Social.
El episodio reveló la tirria del gobierno norteamericano con el bloque multilateral, que en Río de Janeiro demostró una fuerza poco común la fuerza adquirida a partir de incorporar otros 6 miembros: Arabia Saudita, Emiratos Árabes, Indonesia, Egipto, Etiopía e Irán.
Lula dijo en la cumbre de los Brics que el mundo enfrenta serias amenazas, entre ellas la nuclear
Con el cuidado necesario, dado que se trataba de la figura presidencial, el líder brasileño indicó que estas acciones no sólo no surten efecto; peor todavía revelan el temor Occidente ante el fortalecimiento de la nueva voz global.
Según Lula, “los BRICS no nacieron para confrontar con nadie. Creemos en otra forma de hacer política. El bloque es una cosa nueva, no es un club de privilegiados sino un conjunto de naciones que pretenden otra encontrar otra manera de organizar el mundo. Es por cuenta de esto que los BRICS están incomodando”.
La otra pregunta periodística inevitable fue interrogar la postura de Irán, que se diferenció de la declaración del bloque respecto de la solución de los dos Estados en Medio Oriente: Palestina e Israel.
Los iraníes, que fueron atacados el mes pasado por un enorme contingente de misiles israelíes y estadounidenses -lo que dio origen a la llamada “guerra de los 12 días”- manifestaron disenso sobre la tesis de los dos Estados, dado que no reconocen a Israel como tal.
En ese sentido, el presidente de Brasil juzgó que las disidencias no eran cuestión de vida o muerte, dado que el bloque lleva apenas 15 años de vida.
Luces y sombras en la cumbre de los Brics en Río de Janeiro
La historia sobre los dichos de Trump no terminó apenas con su tuiteo del domingo 6 de julio. Es que el estadounidense llegó a decir por la misma plataforma que apoya a Jair Bolsonaro, ex mandatario de extrema derecha entre 2019 y 2023, condenado por la justicia por varios delitos cometidos durante su presidencia.
Lula dijo que no valía la pena responder a esa declaración, a la que vio como un intento de ofender o disminuir a la Corte Suprema de su país. El brasileño le respondió sin tapujos: “La defensa de la democracia en Brasil nos compete únicamente a los brasileños. Somos un país soberano y no aceptamos la interferencia o tutela de nadie. Poseemos instituciones sólidas e independientes”.
Donald Trump pidió a Brasil que "deje a Bolsonaro en paz". "Estaré observando la caza de brujas contra Jair Bolsonaro, su familia y miles de sus partidarios muy de cerca", declaró Trump en su cuenta de la red Truth Social.
Antes de hablar Lula, le tocó al canciller Mauro Vieira describir los resultados de esta cumbre. Pero también dijo en una declaración posterior, que no cree en la posibilidad de que Trump sancione al juez de la Supremo Tribunal Federal, Alexandre de Moraes. “Las leyes en Brasil las decide nuestra justicia, así como ocurre en los Estados Unidos que legislan las propias”.
Durante la conferencia de prensa, Lula elevó el tono de sus críticas al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. En su evaluación, la situación de fragilidad de la ONU creada por el CS, donde cinco naciones tienen poder de veto absoluto, es lo que explica la proliferación de guerras deflagradas en los últimos años.
