INTERNACIONAL
enfrentará a bolsonaro en octubre

Lula lanzó su campaña para “reconstruir” a Brasil

Finalmente, el ex mandatario y líder del Partido de los Trabajadores oficializó su candidatura presidencial, en las que lo acompañará en la fórmula un conservador, el ex gobernador de San Pablo Geraldo Alckmin.

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Democracia. “Queremos volver para que nadie ose desafiarla”. | afp

El ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva confirmó este sábado que intentará volver al poder en Brasil con las elecciones de octubre, para impedir un segundo mandato del ultraderechista Jair Bolsonaro y “reconstruir” el país. 

“Estamos dispuestos a trabajar no solo por la victoria el próximo 2 de octubre, sino para la reconstrucción y transformación de Brasil, que será mucho más difícil que ganar la elección”, dijo Lula durante un acto en San Pablo ante unos 4 mil miembros y simpatizantes de su Partido de los Trabajadores (PT) y otros partidos de izquierda que apoyan su candidatura.

Ícono de la izquierda brasileña, Lula volverá a postularse doce años después de dejar el poder con una histórica aprobación (87%) y tras un período conturbado en el que fue condenado por corrupción, encarcelado por más de un año e impedido de disputar las elecciones de 2018. 

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Su retorno a la pelea era un secreto a voces azuzado por él mismo desde que recuperó sus derechos políticos en 2021, cuando el Supremo Tribunal Federal (STF) anuló sus condenas por considerar que no fue juzgado con imparcialidad.

“Queremos volver para que nadie nunca más ose desafiar nuestra democracia y para que el fascismo vuelva a las cañerías de la historia de las que nunca debería haber salido”, dijo Lula, de 76 años, vistiendo camisa blanca y traje azul, en un escenario decorado con una bandera gigante de Brasil, símbolo frecuentemente asociado al bolsonarismo y a los militantes de derecha. 

La campaña empieza oficialmente en agosto y hasta entonces los aspirantes solo pueden presentarse públicamente como “precandidatos”, pero desde hace meses tanto Bolsonaro como Lula participan en actos públicos con tono electoral. 

Faltando cinco meses para los comicios, todo apunta a que la elección se dirimirá entre este ex obrero metalúrgico, que presidió Brasil entre 2003 y 2010, y el ex capitán del Ejército llegado al poder en 2019, dos enemigos políticos con propuestas completamente antagónicas.

"Transformar a Brasil será mucho más difícil que ganar la elección" aseguró.

“Juntos por Brasil”. “En vez de promesas, presentó el inmenso legado de nuestros gobiernos anteriores. Hicimos mucho, pero soy consciente de que todavía es necesario y posible hacer mucho más”, dijo Lula, piloto del “milagro” económico brasileño que, empujado por el viento a favor de los altos precios de las materias primas, sacó a 30 millones de personas de la pobreza, en un país de 213 millones de habitantes. 

En un discurso leído, el ex mandatario prometió retomar la lucha contra el hambre, el desempleo, y defender el medio ambiente, los pueblos indígenas y otras minorías.

Su candidatura fue lanzada bajo el lema Vamos Juntos por Brasil, una alianza del PT con otros partidos de izquierda con los que Lula fue tejiendo alianzas en los últimos meses. 

Su ex adversario político y actual compañero de fórmula para la vicepresidencia, el exgobernador de San Pablo Geraldo Alckmin (69), participó por videoconferencia tras dar positivo al covid-19.

“Brasil sobrevive hoy al gobierno más desastroso y cruel de su historia (...) Lula es la esperanza que resta”, dijo Alckmin, una figura moderada y poco carismática, pero bien vista por la clase empresarial.

Bolsonaro remonta en las encuestas en Brasil contra Lula a cinco meses de los comicios

“Antipetismo” y traspiés en la campaña. Pero el mayor obstáculo de la fórmula Lula-Alckmin continúa siendo el “antipetismo”, porque para muchos brasileños Lula y el PT aún encarnan la corrupción, pese a que él se declara víctima de una conspiración política para impedirle postularse en 2018.  

Desde que sus condenas fueron anuladas, Lula volvió paulatinamente al centro del ruedo político brasileño e internacional, como cuando el presidente francés, Emmanuel Macron, lo recibió en el Elíseo a finales de 2021.

En esa época, los sondeos le auguraban al viejo zorro de la política brasileña una victoria cómoda: la popularidad de Bolsonaro se había hundido a su menor nivel debido a su criticada gestión de la pandemia de coronavirus, la disparada inflación y el crecimiento de la pobreza. Pero en los últimos meses Bolsonaro remontó en las encuestas.

Últimamente, Lula ha multiplicado los traspiés, con torpes declaraciones sobre el aborto, las clases medias –cuyo apoyo es esencial– o la policía. En una entrevista con la revista estadounidense Time, dijo que el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, es “tan responsable como Putin” de la guerra.

Esos pasos en falso han obligado al equipo del ex mandatario a redefinir su estrategia de comunicación, que por ahora no ha podido contrarrestar la superioridad del bolsonarismo en las redes sociales.