AFP/ANSA
Managua
El presidente Nicolás Maduro llamó ayer a Estados Unidos a un “diálogo franco”, pero también pidió que Barack Obama retire el “decreto infame” que declaró a Venezuela una “amenaza extraordinaria para la seguridad” de Washington. Además, el mandatario bolivariano sostuvo que nada podrá llevar a la guerra a su país, que jamás será “una estrella en la bandera del norte”.
En una reunión con su par nicaragüense, Daniel Ortega, el jefe de Estado volvió a reavivar la polémica con la Casa Blanca, que motivó que los cancilleres de Unasur se reunieran ayer de urgencia en Quito. “Vade retro satanás. Bien lejos con la guerra. No es nuestro destino, nuestro destino es la paz, la paz con justicia, con igualdad, la paz de pie, no la paz de rodillas, es la paz con dignidad y desarrollo”, sostuvo Maduro, quien no se refirió a la muerte en su celda del opositor Rodolfo González.
“Jamás arriaremos las banderas que hemos levantado”, agregó el presidente venezolano. Antes de su discurso, el presidente Ortega otorgó a Maduro la orden Augusto C. Sandino, la máxima distinción en su país. El mandatario centroamericano se solidarizó con Maduro y Venezuela, y preguntó a Estados Unidos: “¿Dónde está la amenaza?”.
Ante la declaración del gobierno de Obama, el Ejecutivo venezolano solicitó al Congreso poderes especiales para gobernar por decreto, con el pretexto de enfrentar la “agresión” norteamericana. La Asamblea Nacional de ese país votará hoy esa medida.
En tanto, la Unasur adelantó que emitirá “una declaración clara y contundente”, que demuestre “la unidad de los países de la región” en relación con Venezuela y sus tensiones con los Estados Unidos. Así se expresó Rodolfo Nin Novoa, canciller de Uruguay, país que ocupa la presidencia pro témpore del organismo. El funcionario no aludió a la crisis diplomática que enfrentó a la crisis diplomática que mantuvo con Caracas, luego que Maduro llamara “cobarde” al vicepresidente Raúl Sendic.
Polémica. Las circunstancias de la muerte del militar Rodolfo González enfrentó ayer a su familia y el gobierno. Mientras que Josefa Alvarez, esposa del opositor que se habría suicidado en las dependencias del Sebin, sostuvo que su esposo iba a ser trasladado a otra cárcel y eso lo habría angustiado, el ministro del Interior, Gustavo González, negó esa versión. “En ningún momento hubo intención de trasladar a este ciudadano a otro centro de reclusión”, dijo, al tiempo que pidió no politizar el caso. Ambos sectores coincidieron que se trataría de un suicidio. Sin embargo, no estaba claro cómo se habría quitado la vida. Según la familia, habría utilizado una sábana, mientras que las autoridades mencionaron el uso de una cuerda.