INTERNACIONAL
Conmoción en Perú

Lava Jato: qué pasa ahora en Perú con la causa tras la muerte de Alan García

Milagros Salazar, periodista responsable de la investigación en ese país, aseguró que hay voceros políticos que apuntan a los fiscales del caso por el suicidio.

Alan García
El expresidente de Perú Alan García. | Cedoc

El dos veces presidente de Perú, Alan García, se suicidó este miércoles al verse acorralado por las ramificacaciones del caso Lava Jato, la red corrupción de la constructora OdebrechtEl exmandatario de 69 años murió en un un hospital de Lima, luego de dispararse un tiro en la cabeza cuando iba a ser detenido por la Policía.

Milagros Salazar, periodista del portal peruano Convoca y responsable de la investigación del Lava Jato en ese país, explicó a PERFIL cómo impactó la noticia del fallecimiento del exmandatario: "Creo que va a haber consecuencias en la investigación dado que ya hay voceros políticos del APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana) y diversos partidos políticos que toman la muerte de García para victimizarlo y responsabilizando a los fiscales por estos hechos".

En ese marco, agregó: "Hay que decir que los fiscales del caso Lava Jato en Perú han hecho su trabajo a partir de evidencias y de información rotunda que entregó la propia compañía Odebrecht. La próxima semana está programado el interrogatorio a Jorge Barata, el exsuperintendente de la constructora en Perú y es quien sabía todo e iba a confirmar esas informaciones en relación a García y otros políticos. Hay que recordar que hay cerca de 20 casos que los fiscales del Lava Jato investigan y varios de ellos apuntan a Alan García y a funcionarios".

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"Estamos a la expectativa por si esta dirigencia va a continuar o no, pero la estrategia de los fiscales y de quienes lideran la investigación van a tener que cambiar en este escenario. Creo que el periodismo debe hacer un trabajo responsable en esto y no poner el micrófono al primer político que se le ocurra o que trate de aprovechar una situación así para pretender que la gente olvide todo lo que ha salido a la luz. Esto lo digo como periodista, nos toca hacer un trabajo responsable y seguir profundizando en estas investigaciones hasta el final y que continúe el trabajo de los fiscales. El caso Alan García debe tratarse con respeto; mesura y responsabilidad, pero eso no debe hacernos olvidar lo que está en juego", completó la miembro del consorcio de periodistas que integra 'Investiga Lava Jato'.

"El caso Alan García debe tratarse con respeto; mesura y responsabilidad, pero eso no debe hacernos olvidar lo que está en juego"

En ese sentido, Salazar concluyó: "Lo que está en juego es que acabe la impunidad y que se imponga la justicia en Perú y en los otros países porque el caso Lava Jato porque se trata de un caso de corrupción que remese a varios países de América Latina y África y creo que si bien estamos en un escenario de crisis muy particular, no debemos olvidar que lo que está en juego es la justicia y el cese a la impunidad".

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Acorralado. El cerco de la investigación Odebrecht comenzó a estrecharse de manera apremiante sobre García a fines del 2018, cuando fracasó en su intento de conseguir asilo en Uruguay para eludir la investigación de la fiscalía por supuesta corrupción. En noviembre había ingresado a la embajada uruguaya en Lima, donde solicitó asilo alegando "persecución política", pero Montevideo rechazó su pedido y al cabo de 16 días tuvo que marcharse a su casa. 

Fue la primera vez en una prolífica carrera política de cuatro décadas que el líder socialdemócrata peruano, que en el momento de su muerte era muy impopular en su país, enfrentaba aprietos judiciales. La presión de la fiscalía lo mostró varias veces desencajado ante los periodistas, a los que retó a demostrar sus supuestos delitos.      

Perfil y carrera. Nacido en Lima el 23 de mayo de 1949, su vida familiar fue azarosa. Padre de seis hijos de tres relaciones diferentes, también tenía un nieto. Estuvo residiendo hasta el año pasado entre Lima y Madrid, donde vivía su actual pareja con su hijo menor.   

A pesar de la impopularidad que arrastró luego del desastre económico de su primer gobierno (1985-1990), ganó la presidencia nuevamente en 2006 al frente del socialdemócrata APRA, el partido más antiguo y sólido de Perú. Su reelección se pudo explicar porque tuvo como rival en segunda vuelta al militar nacionalista Ollanta Humala, identificado con el entonces gobernante venezolano Hugo Chávez.

Los analistas consideraron que su resurrección política se debió, además, a sus extraordinarias cualidades como candidato, que le permitieron contrarrestar los fantasmas de su primer gobierno y mostrarse como alguien más reposado y sin esos arranques impulsivos que llevaron a que alguna vez lo llamaran "Caballo Loco".

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Su primera gestión había dejado una nación en una profunda crisis económica y moral. Su política económica estuvo marcada por un severo control del tipo de cambio, la estatización de la banca y una inflación anual de más de 7.600% en 1990. Por otro lado, la violencia terrorista del grupo maoísta Sendero Luminoso alcanzó sus picos durante su primer gobierno, que fue acusado tanto de ineficiencia como de excesos en la lucha antisubversiva, incluso con la formación de escuadrones de la muerte, según consignó la agencia internacional AFP.

Pero estas acusaciones, al igual que los cargos de corrupción que quiso atribuirle el gobierno de Alberto Fujimori (1990-2000), quedaron en nada. Perseguido tras el autogolpe de Fujimori en 1992, García pidió asilo en Colombia y luego en Francia, regresando a Perú en 2001 cuando todas las acusaciones en su contra habían prescrito.

En su segunda presidencia, de 2006 a 2011, se adaptó a la vigente economía neoliberal de la que había renegado en su primer gobierno y logró borrar los malos recuerdos que dejó. Pese a ello, la sombra de la corrupción lo perseguía, al igual que en ese entonces.

FDS EA