INTERNACIONAL
ALABAMA

Repudio de la ONU y la UE por la ejecución de un hombre con gas nitrógeno en EE.UU.

Ronald Smith, condenado a pena de muerte en Alabama, enfrentó un proceso que se prolongó durante alrededor de 22 minutos. Un periodista lo confirmó y despertó alarmas en todo el mundo con cuestionamientos al método y a la validez de la pena de muerte.

Kenneth Eugene Smith
Kenneth Eugene Smith | Agencia Reuters via NA

La ejecución de un hombre con gas nitrógeno en Alabama encendió las alarmas luego de que trascendiera que el hombre intentó salvar su vida. El debate por la pena de muerte vuelve a poner a Estados Unidos en la mira de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que definió el método como una "tortura".

Kenneth Eugene Smith, de 58 años, fue declarado muerto a las 20:25 hora local en una prisión de Alabama, después de respirar gas nitrógeno puro por una mascarilla, lo que le causó hipoxia o falta de oxígeno, informaron funcionarios. El hombre había sido condenado a la pena de muerte por asesinar a la pareja de un predicador en 1988, y fue ejecutado el jueves por la noche. 

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Cuando se probó el método, Alabama defendió sus cualidades al decir que se trataba del "método de ejecución más humano jamás ideado" a partir de que la persona perdería la noción en cuestión de segundos para morir minutos después. 

Sin embargo, el caso de Smith mostró que no es así. 

El testimonio del periodista

Smith enfrentó un proceso que se prolongó durante alrededor de 22 minutos. Durante este tiempo, Smith aparentó estar consciente, lo que ha avivado las preocupaciones sobre la humanidad y la efectividad de los procedimientos de ejecución.

El periodista Marty Roney, del medio Montgomery Advertiser, fue testigo de la escalofriante escena y describió que Smith se retorció y convulsionó en la camilla. Durante al menos dos minutos, el hombre pareció agitarse y retorcerse, llegando a tensionar las ataduras que lo mantenían sujeto. Los presentes observaron con horror cómo su cuerpo temblaba violentamente, y sus ojos se volvieron blancos, evidenciando un sufrimiento que ha reabierto el debate sobre la ética de la pena de muerte.

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"Smith apretó los puños, le temblaban las piernas... Parecía estar jadeando por aire. La camilla se sacudió varias veces", describió el periodista. 

La ejecución, que originalmente se esperaba llevar a cabo de manera rápida y eficiente, tomó un giro inesperado cuando Smith mostró signos de conciencia por varios minutos.

Kenneth Eugene Smith
"Paren de experimentar ejecuciones", reza un cartel de manifestantes contra la pena de muerte.

La respiración agitada del condenado persistió durante un tiempo considerable, generando un impacto emocional en los testigos presentes. Fue solo al final de los 22 minutos que la respiración de Smith dejó de ser perceptible, marcando el controvertido desenlace de un proceso que ha motivado llamados a revisar los métodos de ejecución en el sistema penal de Alabama.

Repudio de la ONU

"Lamento profundamente la ejecución de Kenneth Eugene Smith en Alabama, a pesar de las serias preocupaciones que suscita que este método novedoso y no probado de asfixia con gas nitrógeno pueda constituir tortura o trato cruel, inhumano o degradante", dijo Volker Turk, alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

Y agregó: "La pena de muerte es incompatible con el derecho fundamental a la vida. Insto a todos los Estados a que establezcan una moratoria sobre su uso, como paso hacia la abolición universal".

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La Unión Europea también se sumó a las críticas. Lamentó de manera profunda la ejecución que se practicó "obligando al prisionero a respirar nitrógeno puro". Apuntó que, según los expertos, "este método es un castigo especialmente cruel e inusual".

Este incidente reaviva la discusión en torno a la pena capital, llevando a cuestionar no solo la efectividad de los procedimientos utilizados, sino también la humanidad de la aplicación de la pena de muerte en el sistema judicial. A medida que el caso se difunde, aumentan las expresiones de rechazo y las demandas de una revisión exhaustiva de los protocolos de ejecución, así como la reevaluación del uso mismo de la pena de muerte en el sistema legal estadounidense.

AS/fl