INTERNACIONAL

Seis días de odisea para el crucero "del asco"

Varado con 4.200 pasajeros, sin agua, baños, ni comidaFotos. Galería de fotos

El fallido crucero Carnival Triumph llegó anoche a la costa norteamericana.
| AFP

Ayer entrada la noche regresó a duras penas a la costa norteamericana el fallido crucero Carnival Triumph, que con casi 4.200 pasajeros tuvo un desperfecto que lo hizo perder toda potencia y quedarse sin electricidad. Se trata de uno de los buques que operan en la zona del Caribe y de enorme calado. Si bien pudo controlar un incendio en la sala de máquinas, la nave quedó varada y sin bombas de agua. La comida escaseó, los aires acondicionados no funcionaban y el olor a bordo era inmundo. Los relatos de los pasajeros que llegaron a tierra son impresionantes. El accidente se produjo volviendo el barco desde Cozumel, en el Golfo de México y la odisea duró casi seis días.

El buque fue “arrastrado” por otros barcos más pequeños al puerto de Mobile, en Alabama. Las cadenas de televisión norteamericana filmaban a los pasajeros saludando y viviendo en los “decks” exteriores porque adentro del buque el calor era insoportable y había heces y suciedad en todos los pasillos. “Estamos exhaustos, jamás volveré a hacer un crucero en mi vida” relataban algunos de los que ayer escapaban de semejante tortura apenas llegados a puerto. Se vio incluso a muchos de ellos besando el piso apenas desembarcaban.

“Era horrible estar ahí arriba. Había orina en las alfombras, tuvimos que usar unas bolsas descartables rojas para hacer nuestras necesidades, no podíamos ni estar en las habitaciones por el olor, todos los sistemas de inodoros estaban tapados y había agua con heces por los pasillos, la gente vomitaba, no había casi comida y todos dormíamos en carpas afuera para tener algo de brisa durante la noche”. Los pasajeros montaron un campamento en las terrazas de la nave utilizando los colchones y las sabanas de sus habitaciones.

El presidente de Carnival , Gerry Cahill, dio una conferencia de prensa y saludaba a la tripulación con un megáfono apenas llegó el barco a la costa de Alabama. “Yo sé que las condiciones fueron muy difíciles. Quiero pedirles disculpas a los pasajeros”, exclamó. También dijo que les iba a dar a los sufridos viajeros unos 500 dólares para gastos de retorno a sus casas y se les devolvería el importe del tour. “Es muy poco comparado con lo que sufrimos”, decían los turistas mientras gritaban insultos ante las cámaras de TV contra la compañía.

La empresa proporcionó celulares y reservó unas 1.500 habitaciones en hoteles de la zona que los viajeros puedan descansar de semejante aventura. En el buque había familias, chicos y muchas parejas que fueron a pasar allí su luna de miel.

Era inhumano y sólo piensen en la imagen de lo que vivimos. La gente lloraba de pánico y se enojaba, pero al menos la tripulación intentaba calmarnos, hasta limpiaban las piletas y las duchas apestadas, porque las usaban de baño”, comentó un pasajero de Texas.

A los dos días del desperfecto un helicóptero logró descender al barco un generador que fue utilizado para calentar algo de la comida, pero los pasajeros relatan colas interminables para poder tener una porción de alimento en buen estado. Para peor las corrientes marinas eran fuertes, había viento y el buque por momentos perdía estabilidad. La tripulación temió desbordes y por eso canceló la distribución de bebidas alcohólicas.

“No creo que puedan lograr una gran indemnización los pasajeros”, decía un abogado en la TV americana. “Las empresas en sus contratos de viaje han puesto cláusulas especiales para ello y por lo general han sabido evitar pagar costas ante estos trances”. Carnival vuelve a vivir otra tremenda situación de relaciones públicas relacionado con fallidos viajes. El Costa Concordia que sufriera un accidente en Italia, y en donde murieran más de 30 personas, también era de su propiedad.

(*) Especial para Perfil.com