INTERNACIONAL
Desesperación y balas

Son 23 los muertos en la tragedia migratoria que se vive en la frontera de Marruecos y España

Además otros 18 migrantes y un militar se encuentran internados. El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez lo consideró un "ataque a la integridad" de su país y responsabilizó "a las mafias que lucran con el tráfico humano".

Un migrante sudanés en un centro temporal en Melilla, un día después de que miles de migrantes africanos intentaran entrar por la fuerza a España.
Un migrante sudanés en un centro temporal en Melilla, un día después de que miles de migrantes africanos intentaran entrar por la fuerza a España. | AFP

La tragedia migratoria sigue escalando en el norte de Marruecos donde la cantidad de muertos ascendió a 23. Además una fuente de las autoridades de la provincia de Nador le precisó a la agencia AFP que hay "18 migrantes y un miembro de las fuerzas del orden permanecen bajo observación médica". Miles de migrantes intentaron cruzar la frontera hispano-marroquí de Melilla en un intento de "ataque a la integridad" de España según lo definió el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez. El mandatario apuntó por la crisis "a las mafias que operan lucrando en el tráfico de personas".

Sánchez aseguró que se trató de un "asalto violento a una ciudad que es territorio español. Por lo tanto, fue un ataque a la integridad territorial de nuestro país". Y siguió: "En segundo lugar, quiero recordar también que la gendarmería marroquí trabajó coordinadamente con las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado para repeler este asalto tan violento".

El viernes murieron dieciocho migrantes subsaharianos en el lado marroquí del paso fronterizo con Melilla, en un intento masivo de entrar por la fuerza en esta ciudad española enclavada en el norte de África. Se estima que eran más de 2 mil migrantes los que intentaron el asalto, en el gran intento de entrada ilegal masiva desde que Madrid y Rabat superaron la crisis diplomática. 

Centenares de migrantes africanos intentaron pasar las vallas en Melilla, y la represión española ya dejó decenas de víctimas.
"Han roto la puerta de acceso del puesto de control fronterizo", informó la prefectura en un comunicado oficial. 

Las víctimas perecieron luego de que se generara una estampida a la altura de la valla que separa el territorio español del marroquí según informaron las autoridades del lugar. Sin embargo los grupos de abogan por los derechos humanos del país norafricano reclamaron una investigación de lo sucedido. 

El comunicado oficial asegura que el grupo estaba organizado

Un "grupo numeroso de subsaharianos, perfectamente organizado y violento, ha roto la puerta de acceso del puesto de control fronterizo de Barrio Chino y han accedido a Melilla saltando por el tejado de dicho control", informó la prefectura en un comunicado, sin precisar cuántos tuvieron éxito en el cruce.

El comunicado hizo hincapié en que el salto se produjo "a pesar del amplio dispositivo de las Fuerzas marroquíes, que han colaborado activamente y de forma coordinada con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado" español.

Los últimos intentos de penetración masiva en España por uno de sus enclaves norafricanos (Ceuta y Melilla), habían sido a principios de marzo, antes del deshielo de las relaciones hispano-marroquíes.

Más de 3.000 migrantes murieron en el mar en 2021

La crisis diplomática entre ambos países se desató después de que España acogiera en abril de 2021 al jefe de los independentistas saharauis del Frente Polisario, Brahim Ghali, para tratarse de covid-19 en un hospital del país.
Marruecos reivindicó el Sáhara Occidental, una antigua colonia española, y la crisis diplomática se cerró cuando España abandonó su neutralidad histórica entre independentistas sahararuis y Rabat, para respaldar el plan marroquí para el territorio, consistente en dotarlo de autonomía.

El punto álgido de la crisis hispano-marroquí se dio en mayo de 2021, cuando, aprovechando que las autoridades marroquíes habían relajado los controles, unos 10.000 migrantes entraron en Ceuta.

AFP / MCP