El asesino de una niña estadounidense tiene dos semanas para decidir si será ejecutado con gas cianuro, el veneno conocido como "Zyklon B" utilizado por los nazis para asesinar a millones de personas en Auschwitz y otros campos de exterminio durante la Segunda Guerra Mundial.
La corte suprema del estado de Arizona emitió una orden de ejecución para Frank Atwood que, salvo apelaciones de última hora o el perdón del gobernador, se llevará a cabo el próximo 8 de junio.
El prisionero ahora tiene hasta el 19 de mayo para elegir su método de muerte "favorito": una inyección letal o la inhalación cianuro de hidrógeno, el principal componente del Zyklon-B, un gas venenoso que los nazis hicieron famoso como una técnica de asesinato en masa durante el Holocausto.
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En Estados Unidos, sólo siete estados permiten el uso de gas letal, pero en la práctica ninguno lo utiliza desde 1999 (la mayoría de las ejecuciones se llevan a cabo mediante la inyección de productos químicos), y los abogados de Atwood ahora luchan por persuadir al condenado de que no opte por el cianuro.
Arizona es el único estado que tiene una cámara de gas, después de haber puesto en funcionamiento una que no había sido utilizada en dos décadas. La noticia de que el estado gastó más de 2.000 dólares en la compra de los ingredientes del gas cianuro provocó indignación entre los sobrevivientes de Auschwitz en Alemania e Israel.
"Es terrible que Arizona haya elegido el Zyklon-B para este propósito, el producto químico utilizado por los nazis en Auschwitz para matar a más de un millón de personas", dijo Tim Eckstein, que preside el Consejo de Relaciones de la Comunidad Judía del Gran Phoenix (JCRC).
El protocolo de ejecución de Arizona establece explícitamente que un prisionero debe ser ejecutado usando 50 mg de hidromorfona (analgésico) y 50 mg de midazolam (sedante), aunque su combinación puede derivar en el riesgo de ser ineficaz y causar un sufrimiento indebido.
La última vez que Arizona usó el gas para una ejecución, los dos prisioneros sufrieron muertes dolorosas y prolongadas que duraron en un caso 18 minutos, tiempo durante el cual se observó que el prisionero sufría "agonizante asfixia y arcadas".
"El cianuro es tan malo como todo el mundo piensa que es; hay una razón por la que los nazis lo usaron: es una manera horrible de morir", dijo Joseph Perkovich de Phillips Black, miembro del equipo legal de Atwood, que incluso propusieron que se modifique la ley del estado para permitir que lo maten mediante un pelotón de fusilamiento.
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"Ahora estamos en la posición de tener que disuadir a nuestro cliente de optar por ingresar a una cámara de gas con cianuro, y tenemos 15 días para hacerlo", agregó el abogado, quien recordó que la madre de Frank Atwood era judía y huyó de la persecución de la Gestapo en Austria en 1939 y se salvó de un posible asesinato en las cámaras de gas nazis.
Atwood, que ahora tiene 66 años, fue condenado a muerte por matar a una niña de ocho años, Vicki Lynne Hoskinson, en 1984, aunque siempre aseguró ser inocente.
Aunque insiste en su inocencia, el condenado está resignado y se apoya en su fe como devoto cristiano ortodoxo griego. "Está más preparado para llegar a su fin que nadie que yo conozca", dijo el abogado. Pero la perspectiva de morir sufriendo los efectos por el cianuro era un factor complicado.
Ahora Atwood se enfrenta a la elección de morir con este método y, en el caso de no tomar una decisión, se le administrará una inyección letal como método de ejecución predeterminado y que ofrece la perspectiva de una muerte agonizante y torturante.
Antes de Atwood, la previsión es que se ejecute el 11 de mayo a Clarence Dixon, condenado por el asesinato de un estudiante, a quien también a él le dieron dos semanas para decidir entre la cámara de gas y la inyección letal. Su silencio significó la aceptación de la segunda opción.
La última vez que Arizona llevó a cabo una ejecución, en julio de 2014, se necesitaron casi dos horas para matar a Joseph Wood con un cóctel de drogas letales, entre ellos el sedante pentobarbital. El prisionero fue inyectado 15 veces, pero siguió jadeando y tragando saliva un total de 660 veces. Antes de Wood, en 2013 un hombre agonizó durante 17 minutos.
Si Atwood toma la opción del cianuro de hidrógeno, se convertiría en la primera persona de este siglo en ser ejecutada con el "gas del Holocausto".