El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, será recibido esta tarde en la Casa Blanca por su par norteamericano, Joe Biden, mientras su antecesor, Jair Bolsonaro, permanece en Orlando, Florida.
Arribó a Estados Unidos dos días antes de la toma de posesión de Lula y está bajo sospecha de haber patrocinado o, al menos, bendecido el ataque contra los tres poderes de Brasilia una semana después.
Lula, de 77 años, y Biden, de 80, procurarán reencauzar la relación bilateral, deteriorada durante los gobiernos afines de Bolsonaro y Donald Trump.
Lula da Silva llegó a Estados Unidos y este viernes se reúne con Biden en la Casa Blanca
La reunión entre ambos mandatarios tendrá un componente político insoslayable, más allá de las coincidencias en desafíos puntuales como el cambio climático, la seguridad alimentaria, el desarrollo económico, el fortalecimiento de la paz y la seguridad, y la migración regional.
El apoyo de Estados Unidos a la democracia brasileña estará sobre la mesa después de los ataques de vándalos identificados con Bolsonaro contra los edificios de la Presidencia, el Congreso y el Tribunal Superior Federal.
Biden sufrió algo parecido antes de su investidura, cuando, el 6 de enero de 2021, vándalos identificados con Trump invadieron el Congreso para impedir la certificación de su victoria en las elecciones del año anterior.
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Bajo el gobierno de Bolsonaro, la deforestación anual de la mayor selva tropical del planeta, vital en la lucha contra el cambio climático, aumentó casi 60%.
Entre Biden y Lula hay algunas diferencias. Brasil, socio de China y de Rusia en el grupo BRICS, condenó la invasión rusa a Ucrania, pero no adoptó sanciones económicas contra Rusia ni enviará municiones a Kiev.
China es el principal socio comercial de Brasil por delante de Estados Unidos. Lula, a su vez, pretende normalizar su relación bilateral con Venezuela con el restablecimiento de los canales diplomáticos.
AO FM