MODO FONTEVECCHIA

Andrés "Cuervo" Larroque: "Milei eligió a Kicillof como enemigo y los peronistas sabemos qué hacer"

El dirigente considera que el peronismo está en una fase de “regeneración” tras la dura derrota electoral de 2023. “La llegada de un personaje como Milei a la presidencia tiene más que ver con nuestros errores que con sus aciertos”, afirmó.

Andrés Cuervo Larroque
Andrés Cuervo Larroque | Agencia NA

Andrés “Cuervo” Larroque considera que es un error que el peronismo sea arrastrado hacia la izquierda o la derecha, y de lo que se trata es de retomar los valores doctrinarios fundantes del movimiento. “ si el peronismo es tendenciado hacia alguno de esos dos polos se desperfila y pierde su esencia, que tiene que ver con una reivindicación muy profunda de la soberanía y de la justicia social, que han sido sus dos ejes históricos”, analizó en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1).

Andrés Larroque es ministro de Desarrollo de Comunidad de la Provincia de Buenos Aires desde el año 2020. Fue secretario general de La Cámpora entre 2006 y 2023. Además fue diputado nacional y subsecretario de la Reforma Institucional y Fortalecimiento de la Democracia en 2019.

Me gustaría que nos ayude a entender la evolución del peronismo en su conjunto. Durante la marcha del 24 de marzo se viralizó una foto suya con Guillermo Moreno, que había sido crítico de La Cámpora en su momento. ¿Hacia dónde va el peronismo?

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Bueno, es una pregunta muy amplia, voy a tratar de responder lo más sintéticamente posible. Creo que hoy el peronismo está en un tiempo de regeneración, venimos de una derrota muy dura. 

Pienso que la llegada de un personaje como Milei a la presidencia tiene más que ver con nuestros errores que con sus aciertos, que desde ya los tiene, pero creo que se han generado situaciones extraordinarias que lo han permitido. El contexto de una descomposición del sistema político en general, no sólo contradicciones en el seno del peronismo, sino en el conjunto de las fuerzas políticas, han permitido la emergencia de un presidente que no tiene arraigo territorial, gobernadores ni intendentes. Un fenómeno muy atípico en la historia contemporánea de Argentina.

En ese marco, creo que el peronismo debe ir a una discusión de fondo respecto a revitalizar cuestiones doctrinarias que quedaron desperfiladas, sobre todo en la etapa precedente del gobierno del Frente de Todos, una gestión que no estuvo a la altura de la enorme expectativa que había generado en la población. Nuestro electorado se sintió defraudado y una parte acompañó a Milei.

Después, creo que también hay problemas de funcionamiento, de metodología. Venimos de un proceso reciente donde no solo hubo dificultades en materia de gestión, sino también una carencia en términos de funcionamiento de la fuerza política. Finalmente, creo que las cuestiones doctrinarias, ideológicas y metodológicas se sintetizan en nombres, y naturalmente hoy el peronismo está ávido de una renovación, que obviamente no va a ser a partir de personas absolutamente novedosas, sino que, dentro de los compañeros y compañeras que ya tienen un nivel de exposición importante habrá que ir resolviendo y zanjando los nuevos liderazgos.

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Hábleme de la sociedad y de la relación del peronismo con la sociedad. Me tocó hace poco la presentación de un libro sobre Trump y los Estados Unidos, donde se planteaba que, a fines de los 90, para los matrimonios tener hijos era una decisión de más del 50% y hoy apenas el 15%, el valor del patriotismo era del 80% y hoy es la mitad. El libro, en definitiva, hablaba de cambios estructurales sociales en las nuevas generaciones, un mayor individualismo. ¿Cuánto de eso puede estos cambios generacionales pueden estar afectando la pérdida de intención de voto del peronismo y explicar el fenómeno de Javier Milei?

Creo que la crisis del peronismo se explica porque ha tomado distancia de cuestiones doctrinarias y también a la sociedad en sí. El peronismo siempre tuvo la virtud de ser práctico, pragmático, simple. De poder leer cuáles eran las demandas y anhelos de la sociedad y traducirlas en políticas de Estado con un relativamente alto nivel de eficacia. Creo que en la etapa reciente eso no se pudo conjugar.

Creo que hay un problema de “desperfilamiento” en materia ideológica-doctrinaria, que tiene que ver con esta confusión de estos tiempos que nos tocan transcurrir a los que el peronismo no es ajeno. Desde nuestro punto de vista, necesitamos una reafirmación de esos valores originarios, por supuesto aggiornados al tiempo que vivimos, pero de ninguna  manera el peronismo puede quedar preso de miradas liberales o progre-liberales, o inclusive más tendenciadas hacia la izquierda. El peronismo debe volver a recuperar su eje.

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En ese sentido, con respecto a que hay un corrimiento de la sociedad hacia la derecha, cuando uno observa las elecciones del peronismo, podríamos decir que cada vez se ha corrido también más hacia la derecha. Cristina Kirchner propone a Scioli como candidato a presidente y luego a Sergio Massa, testimoniando, de alguna manera, la necesidad de ampliar el espacio. A su juicio, ¿este corrimiento hacia la centro derecha debería seguir, o, por el contrario, la estrategia debería ser volver a un espacio de centro izquierda?

Los parámetros izquierda y derecha entiendo que son entendibles para la sociedad, pero es más complejo, en el peronismo hay sectores que se auto perciben más de derecha y otros más de izquierda. Creo que debemos recuperar el equilibrio, porque si el peronismo es tendenciado hacia alguno de esos dos polos se desperfila y pierde su esencia, que tiene que ver con una reivindicación muy profunda de la soberanía y de la justicia social, que han sido sus dos ejes históricos.

Después, en términos de lo que planteabas recién respecto a la selección de candidaturas, bueno, yo creo que son procesos más complejos. Entre Scioli y Massa estuvo Alberto, son decisiones que se van tomando en el marco de las coyunturas, y hubo factores en cada caso que, de alguna manera, obligaron a ese tipo de definiciones. En el caso de la del 2015, finalmente no se ganó la elección, es decir que no funcionó. En el caso de Alberto, en 2019 se ganó, es decir que en términos electorales fue altamente eficaz, pero no así la gestión de gobierno, con errores compartidos, sin duda, aunque entendiendo que el presidente siempre tiene un mayor grado de responsabilidad. En el caso de Sergio Massa yo no lo atribuyo a una cuestión de carácter ideológico, sino a una situación absolutamente apremiante. Él se erigió como la única figura que, en un marco de crisis, que inclusive puso al Frente de Todos en una situación muy delicada, fue el emergente. Hizo una campaña muy buena. Finalmente no alcanzó pero, por lo menos de mi parte, no hay ningún tipo de reproche.

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Hace tres años, la hipótesis más repetida, era que imaginábamos de cara al 2023 unas PASO compitiendo Sergio Massa con Axel Kicillof. ¿Son ellos dos los mayores referentes con mayor visibilidad de una generación, con 50 años, uno representando a la centro izquierda y el otro a la centro derecha, o lo estoy simplificando demasiado?

Puede tener un grado mayor de complejidad. Es verdad que tienen la misma edad. Sergio inició su carrera política muy joven y a veces da la sensación de que es más grande, pero etariamente creo que cumplen el mismo año con una diferencia de meses.

Sin duda Axel y Sergio son dos puntos de acumulación del peronismo en esta etapa, de eso no cabe ninguna duda. Tienen perfiles distintos en algunos aspectos, en otras cuestiones son similares. Los dos son muy aplicados en términos de gestión y de estudio de las cosas, y de dedicación. Eso es una virtud muy importante en un tiempo en donde la dirigencia política no atraviesa una etapa de apogeo. No solo la política, hay un deterioro en las distintas actividades económicas, sociales y de la vida pública en Argentina, de la cual nadie está exento, pero creo que es muy destacable en ambos la dedicación al trabajo. 

Por supuesto tienen matices, miradas distintas y procedencias diversas, pero lo importante, en el caso de nuestro espacio, es que somos un movimiento y factores con diferencias pueden confluir siempre y cuando esté clara la dimensión programática, la metodología de funcionamiento y los liderazgos, que son fundamentales a la hora de ordenar y coordinar la política.

 Alejandro Gomel: Hay, por supuesto, mucha discusión dentro del PJ bonaerense, y muchos cuestionan la figura de Máximo Kirchner. Algunos le endilgan lo que fue la llegada de Insaurralde al Gobierno provincial después de las elecciones de medio término y hasta piden que, al igual que Alberto Fernández lo hizo del PJ nacional, Máximo Kirchner haga lo mismo en la Provincia. ¿Cómo ve ese proceso en la Provincia?

En la Provincia se ganaron las tres elecciones, obviamente eso tuvo que ver con un reconocimiento a la gestión y marca un punto de distinción con lo que ocurrió a nivel nacional, que ningún sector marcaba la continuidad del expresidente y, en función de eso, tomó una licencia que ayuda a transitar un proceso de discusión del Partido Justicialista a nivel nacional.

En la provincia de Buenos Aires me parece que está claro que, tanto el partido como todas las estructuras del peronismo y el espacio nacional, están acompañando a Axel, que es uno de los principales puntos de acumulación, que además ha sido elegido como enemigo por el propio presidente Javier Milei, con todo lo que eso significa políticamente, pero también con todos los trastornos que nos trae a la gestión del día a día, porque en materia de recursos la provincia está siendo castigada, inclusive desconociendo normativas vigentes que hoy nos quitan recursos a la hora de gestionar.

En ese sentido, está muy claro que la única opción posible en la provincia de Buenos Aires es el respaldo absoluto al gobernador Axel Kicillof. 

AG: ¿Ese respaldo también está por parte del PJ bonaerense y de Máximo Kirchner?

Así se expresó en la última reunión del Consejo. No creo que haya margen para ninguna otra situación, porque, justamente como te decía recién, el Presidente ha elegido a Axel como enemigo y los peronistas sabemos qué hacer, así que cualquier peronista en su sano juicio sabe lo que tiene que hacer.

AG: Se ha hablado mucho de algunas diferencias que tendría Axel con Máximo. ¿Pasa por ahí? ¿No es tan grave como se dice?

Respecto de Axel nunca escuché algo en ese sentido. Seguramente hay “dimes y diretes”, somos personas diferentes, todos tenemos nuestra subjetividad, pero me parece que la coyuntura política es muy clara, y si alguien prefiriera correrse de este contexto estaría haciendo un daño muy grave.

Claudio Mardones: A nivel nacional, el mapa de lo que llamamos “panperonismo” muestra fotos diversas. Tenemos, por un lado, a los gobernadores de las provincias del norte, que tienen distintas posiciones, todos obligados a llevar adelante una negociación muy tirante y compleja con el Gobierno nacional de carácter económico y fiscal, no hay una posición común. Al mismo tiempo, venimos de una escena que tuvo mucha gravitación, la foto de Guillermo Moreno, Miguel Pichetto y Gildo Insfrán, que abrió más interrogantes sobre este proceso de reorganización del peronismo. ¿Cómo evalúa la situación? ¿Hacia dónde tiene que ir la síntesis de este rearmado?

Estamos frente a un momento político muy dinámico. La llegada al gobierno de Milei expresa una situación verdaderamente anómala en términos políticos, y eso reconfigura todos los vínculos. Esa situación dinámica va generando que en función de cada tema que se va abriendo y desarrollando en función de la iniciativa del Gobierno nacional, que uno después podrá estar de acuerdo o no, pero no podemos decir que es un Gobierno sin iniciativa, bueno, eso ha generado un mapa muy dinámico en Argentina. 

Esto genera confluencias que pueden ser momentáneas u otras que pueden tener una perspectiva más duradera. Desde ya que apostamos a una recomposición del sistema político que tenga raigambre en la defensa de la soberanía, de los valores nacionales y que ponga el acento en un mayor nivel de equidad y de igualdad tan necesaria en estos tiempos de crisis económica y social en Argentina.

Con respecto particularmente al peronismo, nosotros somos parte de un movimiento, eso implica amplitud. La forma en que esos sectores diversos pueden cohesionar evitando que las tensiones deriven en un fracaso, o en un proceso que no esté a la altura de la expectativa de nuestros votantes, como fue la etapa reciente, tiene que ver con poder tener un orden en materia programática, de funcionamiento y naturalmente referencias claras que le hablen a viva voz a la ciudadanía, y que salgamos de esa especie de clandestinidad u autoencierro a partir del cual creemos que se puede hacer política sin tener un contacto permanente con la ciudadanía. 

Está claro que estamos en una etapa de mucha comunicación, mucha fluidez, no es la política de hace veinte años. Hoy las redes sociales hacen que todo sea instantáneo. Bueno, creo que nosotros tenemos que dar cuenta de esta nueva realidad. 

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CM: Luego de esta derrota del año pasado surge otra gran pregunta, ¿cómo ve el rol, y qué espera, de Cristina Fernández de Kirchner?

Me parece que no se le puede pedir más a Cristina, creo que eso está claro, y lo digo siendo una de las personas que más fuerte apostó a que ella fuera candidata el año pasado, entendía que había condiciones en ese momento, que se hubiera redefinido el escenario político, pero es contrafáctico. Otros compañeros estaban en otra posición y había condicionamientos de circunstancias excepcionales que obturaron esa posibilidad.

Pero ella ha manifestado con toda claridad, lo viene diciendo hace ya un largo tiempo, que es necesario que nosotros, en términos amplios, generacionales, nos hagamos cargo de la situación y no le demandemos a ella la resolución. Más allá de esa consideración, por supuesto que ella definirá cuál va a ser su participación en esta coyuntura, y sabemos de la capacidad que ella tiene y lo que significa en el escenario político argentino, pero me parece que nosotros estamos ante el desafío de hacernos cargo de la historia y no podemos esquivarlo.

FM