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MODO FONTEVECCHIA
Intereses geopolíticos

Andrés Malamud: “La apuesta de Milei a EEUU es loca, pero no tonta”

El politólogo señaló que el alineamiento con Estados Unidos es una jugada de alto riesgo: “Si sale, es un golazo; si no, perdemos todo”. “Yo hubiera ido con Asia”, reconoció Malamud, que consideró que dicha apuesta “tiene chance, pero no es la opción obvia”.

Andres Malamud
Andres Malamud | CEDOC

"No está claro si Argentina está siendo invitada hoy, pero está teniendo una oportunidad que en un siglo no tuvo", afirmó Andrés Malamud en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190). El politólogo explicó que “la apuesta de Milei por Estados Unidos es arriesgadísima: si sale, es un golazo”. Aclaró, sin embargo, que “una apuesta no es correcta ni incorrecta, es una apuesta de alto riesgo que tiene chance de salir”. Y remató con su diagnóstico personal: “Yo hubiera ido con Asia. Las instituciones multilaterales ya no funcionan, pero uno tendría que tener un millón de amigos”, opinó.

Andrés Malamud es licenciado en Ciencia Política por la Universidad de Buenos Aires y posee un doctorado en Ciencias Sociales y Políticas del Instituto Universitario Europeo. Actualmente se desempeña como investigador principal en la Universidad de Lisboa, en Portugal. Es autor y coautor de varios libros y numerosos artículos académicos y de divulgación.

Andrés mencionó previamente la posibilidad de que Argentina se encuentre en una etapa similar a la de ciertos países que crecieron bajo el impulso o apoyo de Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial. ¿Qué implicaría realmente ese tipo de desarrollo para la Argentina hoy: si sería una oportunidad como la que tuvieron Alemania, Japón o Corea del Sur (que crecieron enormemente con ayuda estadounidense), o si, por el contrario, podría tratarse de una relación más dependiente o subordinada, como el caso de Puerto Rico, como comentaste antes?

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Hacemos zoom out para entender el concepto antes de saber cómo se aplica en Argentina. Hay 200 países en el mundo y solo 40 están desarrollados. ¿Cómo se desarrollaron? Esa es la cuestión. Hay gente que dice: “Es el clima”. Si vos estás en clima caliente, tenés malaria y mosquitos, entonces te morís antes de invertir. Si vivís en el frío, solo te queda innovar, y por lo tanto, el clima es determinante. Sabemos que esto puede haber sido así originalmente, pero en realidad la civilización nace en la Mesopotamia, así que con el calor también se puede desarrollar uno. Entonces, algunos dicen: son las políticas públicas.

Si vos te abrís y permitís el libre comercio, la propiedad privada, políticas que comerciaban con el mundo. Corea del Sur y varios otros países, los europeos, por ejemplo, y Estados Unidos antes de Trump. Y después vinieron los premios Nobel, que ganaron el año pasado, que dicen: “No, no es el clima solamente, no son las políticas solamente, son las instituciones”. Las políticas son la forma en que jugás: podés ser bilardista o menottista.

Las instituciones son las reglas de juego. En el fútbol no se agarra la pelota con la mano, salvo que sea hacia el arquero. Esta gente dice: “Las reglas de juego son más importantes que el estilo de juego”. Y lo que estoy sugiriendo es que todos se quedan cortos. Porque si vos mirás a los 40 países desarrollados, encontrás algo que es contigüidad geográfica: cuadrante noroeste del mundo, América del Norte y Europa, principalmente occidental, y después Asia Pacífico. Y lo que tienen en común esos países es que hubo unos pioneros que tuvieron influencia fundamental en el desarrollo de los demás. El pionero grande: Inglaterra, que hace una serie de innovaciones tecnológicas, como la máquina de hilar, el motor de vapor y el cerco para defender la propiedad privada del ganado. Con colonias, claro, había una extracción ahí, pero las colonias eran de Inglaterra.

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Así que se puede hablar de desarrollo endógeno, porque es la metrópolis y sus colonias la que crean crecimiento sostenido y acumulación, que nunca había ocurrido. Para defenderse de Inglaterra, los franceses, los prusianos, hoy alemanes, los holandeses, se desarrollan también, comparten la tecnología. Esos son los pioneros. Cuando llegan, se empiezan a desmembrar: descolonización. Surgen Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Canadá. Eso es desarrollo por herencia: los pioneros innovaron, los herederos mantuvieron la acumulación de capital, las instituciones y las políticas.

Y finalmente llegan todos los que nadie pensó que podían ser desarrollados. España y Portugal eran países hiperpobres. El presidente Aznar, ex jefe de gobierno de España, estuvo esta semana en Argentina y recordaba que Argentina lo salvó de una hambruna después de la Segunda Guerra Mundial. La famosa imagen de Evita llevando la comida, repartiendo latas de carne. Él dice: “Hubiera habido millares de muertos en España si Argentina no venía al rescate con alimento.”

¿Por qué ese país hiperpobre que era España, hoy es desarrollado? La respuesta es: porque está en Europa. Y a los europeos les conviene desarrollar España, para evitar que les siga mandando pobres y para tener un mercado para venderles. Y lo mismo con Polonia. Polonia era un país comunista. Cuando salen del comunismo, en la década del 90, yo visité algunos de esos países, Hungría, por ejemplo, vos veías vitrinas completas de nada. Un par de zapatos, un teléfono, una prenda de ropa. Eran pobrísimos. Y Corea del Sur, al final de la Segunda Guerra Mundial, esos son desarrollados por invitación. Porque Estados Unidos les puso un Plan Marshall y una OTAN. Les dijo: “Tomen plata para desarrollarse y les mando la OTAN para que no hagan la guerra. No inviertan en defensa”. Yo me encargo. Le hizo lo mismo a Japón, Corea del Sur, Singapur, Hong Kong, Taiwán. Si vos no tenés que invertir en defensa, podés invertir en crecer.

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¿Por qué invitan al desarrollo las grandes potencias? Por interés. Acá en Argentina piensan que cuando llega la invitación, cuando uno habla de invitaciones, es por samaritanismo, por caridad. El Plan Marshall benefició enormemente a Estados Unidos: construyó un sistema pacífico en el mundo en el que ellos prosperaron, aunque Trump ahora se queje. Tenían mercados, tenían insumos, tenían aliados. La invitación llega por interés propio. No está claro si Argentina está siendo invitada hoy, pero está teniendo una oportunidad que en un siglo no tuvo. Porque desde 1930, cuando nos caemos de ese mundo en el que estábamos invitados por Gran Bretaña, tratamos de reingresar con el Pacto Roca-Runciman, y no fue suficiente. En 1930 el mundo se rompe, crisis financiera, y Gran Bretaña define la preferencia imperial.

A partir de ese momento le compra al Commonwealth, le compra a las excolonias, a los que habían heredado el desarrollo, y no a Argentina, que era parte del imperio informal. O sea, Argentina era uno de los países donde más invertía Gran Bretaña. Los trenes nuestros los hicieron ellos en esa época, por interés propio. Pero ese interés derramaba y beneficiaba también al que recibía la inversión. En el 30, Gran Bretaña declina, Estados Unidos asciende, y ahí tenemos un problema: economía competitiva en vez de complementaria.

Hoy, todo apuntaba a Asia. El 60% de la humanidad vive en Asia. China crece, los próximos serán Vietnam, la India, por supuesto, Indonesia, con cientos de millones de habitantes. Milei dice: “No, nos quedamos donde estamos.” Algunos dicen: “Es una apuesta perdedora, como Roca-Runciman en los 30, que Gran Bretaña declinó.” Sí, Estados Unidos está mucho más arriba, es mucho más innovador, tiene mucha más población que Gran Bretaña, tiene una chance de seguir siendo un país importante, aunque Asia emerja. Es una apuesta de Milei por la potencia declinante, que quizás no decline tanto. Y Estados Unidos parece estar respondiendo, haciendo esa apuesta, en parte por la relación personal entre los presidentes.

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Otro elemento que se colocó muchas veces para explicar por qué se desarrollan determinados países es la religión: la ética protestante, la idea de que los países confucianos se van a desarrollar antes que los católicos, porque el catolicismo es una religión de pobres pescadores. ¿Le asignás algún papel a la religión y la capacidad de desarrollo y, en el caso de Asia, al espíritu confuciano?

Sí. Una importancia inicial, sobre todo. El papel del protestantismo en el inicio del capitalismo es de Max Weber, un pensador alemán de principio del siglo XX. Y claro que hubo ahí un papel. Pero Inglaterra era anglicana, que no es exactamente protestante: se rebelaron contra el catolicismo porque el rey quería casarse varias veces y para eso necesitaba un divorcio que el Papa no le daba. Definir el anglicanismo como protestantismo es un estiramiento conceptual. Pero el protestantismo fue fundamental en el norte de la Europa occidental. El confucianismo lo es en China, que no es un país desarrollado todavía, aunque la mitad es hiperdesarrollada; el resto todavía vive en la pobreza. Y Japón.

Y acá no es solamente la cultura que favorece el esfuerzo y el ahorro, el trabajo duro y el mérito: es también la cohesión social. Son países que tienen bajísimas tasas de emigración y de inmigración, y, por lo tanto, hay algo que en países más heterogéneos se dificulta, que es la confianza. Julio Sanguinetti habla de la confianza como “la institución invisible”. Es difícil de medir, pero está lleno de trabajos que hablan sobre capital social, por ejemplo. Confianza significa que un contrato probablemente se cumplirá, y el contrato es la base del capitalismo: contrato de compra-venta, contrato de inversión, contrato de alquiler.

Otro elemento que también explica el desarrollo está en un famoso libro de Paul Krugman, premio Nobel de Economía, donde plantea en Geografía y comercio que hay cuestiones físicas. Jacques Isinger, en la época de la guerra de Malvinas, para bajarle el copete a los militares argentinos, desplegó el mapa mundi y dijo: “Mire, el 70% del hemisferio sur es agua y el 70% del hemisferio norte es tierra. Nunca nada importante en la historia de la humanidad sucedió en el hemisferio sur”. Y Krugman convertía eso en los famosos clusters de desarrollo, con las fotos satelitales de noche, donde están las lucecitas: se muestra claramente, a través de las luces, dónde está el desarrollo, y claramente el hemisferio sur está oscuro.

El nivel de desarrollo es menor, y él lo explica porque dice que la concentración produce desarrollo, porque permite la especialización, reducir costo de flete, reducir stock, hacer just in time. Que hay ventajas objetivas, materiales, algo así como que el desarrollo lleva al desarrollo. Entonces, en los lugares donde hay concentración de desarrollo, en el noreste norteamericano, alrededor del río Amarillo en China, en el norte de Europa, se ve con claridad que hay una tendencia: en esos lugares donde ya existe desarrollo, se llevan las inversiones porque existe infraestructura para continuar ese desarrollo. Y recuerdo también la idea de que los tigres asiáticos inspiraron a China en su proceso de avance hacia enriquecerse. Entonces, mi pregunta es: ¿considerás a China también un desarrollo por invitación?

China, en principio, no está dentro de los 40 países desarrollados, pero posiblemente lo sea dentro de algún tiempo. Primero, lo de Krugman. Krugman habla de la contigüidad geográfica, el clustering. Hay una explicación secundaria: no es que el norte tenga la ventaja porque hay mucha tierra, sino porque el eje de los continentes es horizontal. Entonces las innovaciones biológicas, cultivos, ganado, viajan sin cambiar de clima. Cuando vos tenés un eje vertical, como en las Américas y en África, tenés dificultades para trasladar esas evoluciones genéticas que son las que te dan de comer. Pero, como sea, estamos de acuerdo en que la continuidad territorial es muy importante.

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Y continuidad territorial significa, entre otras cosas, ¿quiénes son tus vecinos? Geográficamente, una de las principales limitaciones es no tener costa. Si vos no tenés costa y estás en África, estás mal, porque para llegar a exportar tus productos tenés que pasar por países que tampoco tienen infraestructura. Pero si vos no tenés costa y estás en Europa, sos Suiza. Así que tus vecinos son más importantes que tus condiciones geográficas individuales. Y la geografía que importa es la geografía de la contigüidad.

En el caso de China en particular, tiene algo que no tuvo ningún otro país después de los pioneros: escala. Cuando yo te hago esta descripción de los países que desarrollan estoy hablando de que ninguno tiene escala suficiente como para desarrollarse autónomamente. China sí. China es la mayor base de datos del mundo: el 20% de la población, aproximadamente, es china. Ellos tienen el mayor desarrollo en inteligencia artificial, en reconocimiento facial, en base de datos, porque tienen los datos en casa. Los demás países no tienen suficientes cobayas, o sea, ciudadanos, habitantes, como para experimentar. Si vos querés desarrollar un modelo industrial sustitutivo de importaciones, como decimos en América Latina, es mejor ser Brasil que Uruguay, porque tenés mucha más escala y, por lo tanto, amortizás los costos fijos.

En Argentina, la industrialización sustitutiva se agotó rápidamente. La industrialización sustitutiva es cuando salimos del modelo agroexportador: en vez de producir en el campo para vender al mundo, producimos en la fábrica para consumir adentro de casa. Si sos Brasil, tenés una casa grande, muchos clientes; todavía funciona, con muchas limitaciones y terminándose, en Brasil. El modelo que en Argentina no funciona. La escala y la cantidad geográfica son dos elementos fundamentales. China tiene algo que ningún país había tenido antes, salvo quizás Inglaterra con su imperio.

China, en la teoría confuciana no tiene diablo. Podríamos decir: “No son paranoicos.” No son conquistadores, nunca salieron de su lugar. Esas historias de las flotas chinas en el medioevo, más avanzadas que las inglesas, pero que nunca se dedicaron a más que bordear sus costas.Y la desmantelaron ellos mismos. ¿Hay algo en Occidente, más agresivo por su religión, que los hace más conquistadores y que de alguna manera puede ayudar a pensar que, a lo mejor, más allá del tamaño y la escala de China, la agresividad militar de Occidente los termine dominando?

Me encanta esa pregunta porque nos lleva a profundizar en qué es Occidente. ¿Qué es Occidente? ¿Dónde nace? Hay tres cunas: nace en Belén, nace en Atenas y nace en Roma. Pero empieza con el monoteísmo. Lo que hoy llamamos cultura occidental es fundamentalmente el monoteísmo, que surge con el judaísmo, que es una religión no proselitista. El judaísmo es una religión que se define por un pueblo elegido por Dios para cumplir con un contrato. No estoy diciendo que el capitalismo empiece con este contrato, pero hay aquí un acuerdo muy interesante. Después hay otras dos religiones monoteístas que surgen a partir del judaísmo y que son proselitistas, que buscan la conversión. Son misioneras, quieren que el mundo se convierta, creen que tienen la verdad revelada y piensan que todos pueden ser, quieren ser o deben ser como ellos.

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China es una potencia judía, no es proselitista. Yo veo el judaísmo y el confucianismo como parecidos en este aspecto. El Occidente que tenemos en la cabeza es el Occidente cristiano, que empuja, que conquista, que invade, por las guerras santas, con la espada. Pero el confucianismo no es incompatible con la raíz de Occidente, que es creer que no tenés que convertir a los demás; creer que los demás pueden ser diferentes, que está bien que sean diferentes, y después depende de vos si te creés mejor o peor. Los judíos y los chinos se creen mejores. China significa “imperio del medio”. No es el medio entre Japón y Europa, es el medio entre la divinidad y la humanidad. A China, hace dos siglos, los obligaron a abrir embajadas, a aceptar embajadas y a mandar embajadores. No querían tener relaciones con los seres humanos comunes, querían comerciar y nada más. Fueron forzados. Así que veo que acá hay una compatibilidad posible entre ideologías no proselitistas que se acepten mutuamente, independientemente de si se piensan mejores o iguales.

Vuelvo con el tema militar. Un día entrevistaba al ministro de Relaciones Exteriores ruso,que había sido además ministro de Defensa. Recién había comenzado el concepto BRICS, el acrónimo, solamente con las primeras cuatro, todavía era solo BRIC. Entonces le pregunto sobre el futuro del concepto de BRIC y él me dice: “Obviamente, Rusia, India, China; Brasil, no, porque no tiene bomba atómica”. Y entonces este hombre dijo: “No, pero sin bomba atómica ninguna potencia puede ser". Es una mirada que tiene Rusia, que también es cristiana. O sea, viene de la misma cultura católica ortodoxa, cristiana belicista, para decirlo de alguna manera, como es Occidente. Entonces, mi pregunta es si no hay en China, lo confucianismo, que es muy bueno para producir cohesión y para el nivel de desarrollo económico, algo que la debilite como potencia desde el punto de vista militar frente a la agresividad natural de Occidente.

Continuidad geográfica. Y después pasamos a China. Brasil no tiene bombas nucleares porque no tiene vecinos nucleares. Rusia, China y la India tienen vecinos nucleares. Entonces, la bomba es una reacción estratégica ante la acción del otro. La geografía te protege o te deja vulnerable. Estados Unidos y Gran Bretaña, la geografía los protegió porque los rodeó de océanos, que son más difíciles de surcar que caminar por la tierra. A Rusia, la geografía no la benefició porque está pegada a Europa por una llanura. Lo que protegió a Rusia fue el invierno: necesita que los ejércitos tengan que atravesar mucho espacio hasta que llegue el frío y entonces pueden defender Moscú.

Y eso se llama, en términos militares, “profundidad estratégica”: es la distancia que hay entre tu capital y la frontera vulnerable. Por eso están todo el tiempo tratando de avanzar hacia Europa para aumentar la profundidad estratégica, para que los ejércitos invasores tarden más. Es un resabio del pasado: hay misiles, hay drones, las guerras no se hacen como antes, aunque en Ucrania lo que vemos es la guerra del siglo XIX, con fronteras, y del siglo XXI —con drones, conviviendo.

En el caso de China, si vos les preguntás a los alrededores, te van a decir que son expansivos, que son imperialistas. Pero toda la expansión china es hacia lo que ellos consideran China. Hong Kong o Macao, no hay problema; Taiwán, las islas que ellos van creando en el océano para aumentar su proyección marítima, las luchas que tuvieron en Indochina, en general fue para defender lo que ellos consideran que era territorio o demografía naturalmente china. No tienen ambición expansionista. Son el imperio chino, pero el imperio en el sentido de dominación imperial sobre los chinos.

Nosotros tenemos la visión occidental del imperio expansivo. No es la visión que tienen ellos. Y sin embargo, tienen una visión defensiva que es fascinante: están dispuestos a que mueran todos los que tienen que morir para defender a China. Esto lo dejaba claro Mao en las discusiones, Nixon lo cuenta muy bien en su libro sobre China. Dice: “¿Cuántos tienen que morir? ¿Un millón, diez millones, cien millones?” Están dispuestos a hacer un sacrificio, en parte permitido por la cultura, en parte por la cohesión, en parte por la conducción. Si tenés un Estado que te obliga a morir y aguantar y no tenés opción...

La idea de que es inevitable la trampa de Tucídides, de que es inevitable una guerra militar entre Estados Unidos y China, porque más tarde o más temprano el imperio emergente resulta una amenaza para el imperio existente y ataca, Esparta y Atenas, ¿la considerás plausible en el siglo XXI?

Sí. Y estudiada, por suerte. Graham Allison, un internacionalista americano, tiene su libro sobre la trampa de Tucídides. Tucídides decía que la trampa es que hay una potencia ascendente que asusta a la potencia existente y entonces se van a las manos. Y lo que muestra este hombre es que desde Atenas y Esparta hubo 16 transiciones hegemónicas y 12 fueron bélicas. Cuatro no. Y esas cuatro son de las más recientes: Estados Unidos–Unión Soviética, las dos potencias nucleares más grandes de la historia, la Guerra Fría se termina sin cruzar disparos entre ellos; la transición entre Gran Bretaña y los Estados Unidos, por ejemplo; y más cerca nuestro, culturalmente, entre España y Portugal, tratado de Tordesillas. Las dos grandes potencias que se dividieron el mundo no fueron a la guerra entre ellas, iban a la guerra del Río de la Plata, pero no en la Península Ibérica. Así que la trampa de Tucídides existe, en el sentido de que hay rivalidad entre quien llega y quien está, pero el 25% de los casos históricos terminó sin guerra.

Y todos ellos, en los últimos siglos. Lo que la historia demuestra es que parece que se aprendería de que en una guerra pierden los dos y finalmente terminan buscando una manera de negociar.

Esa es la visión optimista del ser humano, que comparto parcialmente: hay aprendizaje. La visión pesimista, pero que igual funciona, es el miedo nuclear. La mutualización. Si yo te mato, me matás. Nos morimos juntos, no vale la pena.

Y ahora, Argentina. Me pareció entender, por lo que contás al principio, que te parece que la apuesta de Milei es correcta.

Una apuesta no es correcta ni incorrecta. Si vos apostás todo al rojo, podés ganar o perder. Y cuando ganás, vamos a decir, fue una apuesta correcta; pero es una apuesta arriesgada que tiene chance de salir. Perón fue un apostador de alto riesgo también. La apuesta de Perón fue la tercera Guerra Mundial. Él pensaba que era inevitable; en Corea estuvo cerca, MacArthur quería tirar la nuclear, no pasó. La decisión de él fue: si hay guerra, distancia. Autarquía. Si había guerra, la autarquía, garpaba. La apuesta de Miei es arriesgadísima. Si sale, es un golazo. Es difícil medir la probabilidad. Pero es posible.

Quizás la palabra correcta en el sentido de apuesta parece un poco exagerada: si vos tenés que elegir entre blanco o rojo, uno podría decir que es correcta aquella que supone que tiene más posibilidades a un grado de incertidumbre. Si vos tuvieras que elegir obligadamente entre alinearte con Estados Unidos o ir al multilateralismo y priorizar la relación con Asia y con China, ¿qué harías?

Yo soy averso al riesgo. Trato de no tomar decisiones arriesgadas, en principio, después hago locuras. Pero hubiera ido con Asia. Las instituciones multilaterales ya no funcionan, pero uno tendría que tener un millón de amigos. Y Asia es la apuesta obvia, la apuesta no arriesgada: 60% de la humanidad; China y la India, casi 40% en conjunto. China sigue creciendo al 5%, siento que para eso es trágico porque es poco. La India posiblemente va a pasar a crecer esas tasas del futuro, aunque crece la población también, así que no enriquece tan rápido. Vietnam, país recontrapobre, con 100 millones de personas que van a consumir más proteínas. Indonesia, con cerca de 300 millones de habitantes. Todas las fichas estaban en Asia. La apuesta de Milei es loca, pero no tonta. Tiene una chance; es una apuesta de alto riesgo. La mía hubiera sido convencional.

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Vamos a la economía. Estados Unidos sale en la Segunda Guerra Mundial con el dólar casi como moneda patrón porque se quedó con 80% de la reserva de oro del mundo. Entonces finalmente no había manera de que los bancos centrales tuviesen reservas en oro. La única alternativa era elegir reservas de alguien que tenía todo el oro; de alguna manera el dólar funcionaba con una especie de convertibilidad de que tenían todo el oro, hasta Nixon que abandona el patrón oro. ¿Se puede decir que si hay una moneda que domina el mundo, más importante que las armas nucleares, finalmente esa moneda se convierte, podríamos decir, en el idioma del mundo? ¿Y que el tema es el dólar, y que China no tiene posibilidades de sustituir a Estados Unidos como el mayor poder financiero mundial?

Y Arari tiene esta explicación de la civilización como un producto de la imaginación. Nos imaginamos cosas que no existen, las inventamos y eso nos permite que personas anónimas no nos acuchillemos por temor en medio de la calle. Y él, entre estas invenciones, habla de la religión y del dinero. Y dice que el dinero es mucho más importante, porque vos podés ser agnóstico y vivir sin religión, pero no podés vivir sin dinero; aunque no creas en el, no tenés más remedio que aceptarlo. Y el Dios dinero hoy es el dólar, sobre todo. China, al parecer, no tiene todavía capacidad ni ambición de sustituir al dólar. Sus mayores reservas están en dólares, aunque vienen decreciendo gradualmente en los últimos años, y esta es la ironía, esta es la novedad de los tiempos: China, siendo la potencia emergente, es la potencia satisfecha porque emergió con este sistema.

China es el jugador que viene de abajo y no quiere cambiar las reglas. Estados Unidos creó las reglas, está arriba y dice que lo perjudican. Nunca habíamos visto una cosa así: que sea la potencia dominante, la insatisfecha, la revisionista. Si a China le dejás todo como está, contenta queda, porque con este sistema llegó a donde está y con este sistema va a seguir avanzando. El que hoy atenta con el sistema, lo cuestiona, lo desafía, lo está rompiendo, es Estados Unidos, el que lo domina.

Te escucho y me viene a la mente Saussure con la idea del significante y el significado: que finalmente la moneda es un significante, finalmente, y es un lenguaje. Entonces digo: bueno, si uno dijera que el dólar es la moneda del mundo por las próximas varias décadas y Argentina es un país que tiene crónicos problemas financieros, una alianza con Estados Unidos pareciera inevitable. Digo, ¿el tema del dinero no es un tema crucial para un país como la Argentina dado su carencia de moneda, al mismo tiempo?

Eso es lo que determina la condición bimonetaria de la economía argentina: que el superávit fiscal no alcance. Cuando el gobierno nos quería hacer creer que esta vez es diferente porque había superávit fiscal, no era verdad, porque Argentina tiene dos monedas; una puede limitar su emisión, la otra no depende de sí. Así que, ¿qué pasa con el dólar? Tiene un impacto fuertísimo sobre nosotros, pero también sobre Europa y sobre China. En ese aspecto, los que hablaban de dolarizar pensaban que nosotros resolvíamos el problema de la falta de moneda. Pero, en realidad, si vos dolarizás no es tuya la moneda y tu ciclo económico no está sincronizado con tu política monetaria. Europa es diferente: tiene problemas de coordinación, pero los 20 países que comparten la moneda participan en la fijación del valor de esa moneda. Tienen un miembro del directorio sentado en Frankfurt en el Banco Central. Panamá, El Salvador y Ecuador no tienen, y Argentina no lo tendría. Así que sería igualmente un valor impuesto: una moneda impuesta. No sería tu moneda, porque vos no participarías en la definición de la política monetaria.