Carla Carrizo, diputada nacional de la UCR, pormenorizó la segmentación actual dentro del radicalismo: "Nosotros disentimos sin dividir. Esto es habilitar la discusión pero no es votar a favor", aclaró en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1). A su vez, pidió que Milei "deje de preocuparse por Elon Musk y que mire más a su pueblo".
Carla Carrizo es diputada nacional de la Unión Cívica Radical por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Había sido directora de la carrera de Ciencias Políticas de la Universidad del Salvador y también es docente de la Universidad de Buenos Aires. Carrizo estuvo entre los diputados radicales que no acompañaron en el dictamen de mayoría del Gobierno.
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¿Puede ponernos en contexto de la situación de los radicales? ¿Hay algunos más cerca del PRO, otros de De Loredo, hay más cercanos a las ideas de LLA y los de Evolución que son más críticos? ¿Cómo se autopercibe usted misma dentro del contexto variopinto radical?
El radicalismo está atravesado por esa situación de decepción nacional, hay varios radicalismos a lo largo de los 24 distritos del país. Quiero destacar que ese dictamen que se acompañó ayer estuvo dividido por la mitad: de los 16 radicales que componemos el plenario de comisiones, 8 no firmamos el dictamen de mayoría.
Más que un acto de rebeldía, muestra que en el radicalismo disentimos sin dividir. Son intensidades, esto es habilitar la discusión pero no es votar a favor. Eso fue lo que ocurrió ayer. Todos coincidimos en darle a este gobierno, como a todos los presidentes constitucionales desde 1995 (incluido De La Rúa), pocas materias, mucho control y por poco tiempo. El contenido es un 90% “no”.
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¿Cómo imagina que seguirá esto cuando baje esta discusión al recinto? ¿Cree que va a terminar siendo una ley aprobada pero vaciada de la mayoría de sus objetivos?
Va estar focalizada en los objetivos concretos que tenía que haber pedido. La ley ómnibus es más que una reforma del Estado, es una agenda política de 4 años, ya que toma temas demasiados variados. Entonces no es serio discutir esto y estar de acuerdo en un mes, es un exceso de pretensión gubernamental.
El país hoy necesita estabilización económica, pero no definir la vida de los argentinos 40 años antes y 40 años después. Entiendo que es un presidente que recién llega y que no tiene partido, pero al desborde hay que canalizarlo, ordenarlo e institucionalizarlo. Y eso es lo que está haciendo el radicalismo en el Congreso.
Claudio Mardones: Hubo 34 rúbricas en disidencia y esto puede encerrar algún voto negativo ya sea en la votación en general o en particular, ¿o no? ¿Qué implica este dato político que encierra el dictamen de mayoría y la dispersión de votos?
Es un dictamen de mayoría, donde hay más disidencias que coincidencias. Y ese es el panorama de lo que ocurrirá en el recinto. La idea es darle al Gobierno las delegaciones correctas, ya que ellos pedían dos años de delegación y que se puedan prorrogar por dos años más por el Ejecutivo. Querían gobernar por decreto, es una extravagancia que no se puede considerar.
El Congreso está ordenando la desmesura presidencial, lo ayuda a gestionar. Milei tiene que dejar de preocuparse por Elon Musk y mirar más a su pueblo. Lo que genera conflicto no tiene que estar en el debate del plenario porque no estamos para dividirnos sino para ver lo que tenemos en común.
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El Presidente, en la campaña, propuso terminar con los privilegios y que paguen aquellos que nunca pagaron. Sin embargo, el plan económico del Gobierno es lo contrario, afectando a los que siempre pagaron, a los jubilados, a las economías regionales y dejando intocados los regímenes especiales. No se acompañarán los abusos y desequilibrios.
CM: El proyecto de ley tiene 523 artículos y varios temas aún sin resolver, como el cálculo jubilatorio y el paquete de privatizaciones. Se espera una sesión maratónica para discutirlo, con el riesgo de que algunos capítulos caigan o que el rechazo sea grande, quizás no hay que esperar al recinto. Ya con esto que queda plasmado en los dictámenes, ya hay números que podrían preocupar al oficialismo, y ahí, ¿cómo cree que se va a resolver eso? ¿Va a ser el momento de discutirlo? ¿Qué expectativa tiene? Porque el oficialismo lo que espera es que pueda prosperar el dictamen así como está.
Ha sido un aprendizaje enorme para el oficialismo, ya que entendieron que terminó la campaña. Un presidente sin gobernadores, intendentes o concejales no puede gobernar agrediendo. Por eso el plenario va a ser un balde de realidad de cómo es la complejidad democrática de la gestión en Argentina.
Cuando un gobierno tiene mucho simbolismo es porque no hay gestión. Lo mismo sucede al revés, si hay mucho silencio público es porque las cosa están funcionando. Por tanto, quiero destacar el trabajo de este Congreso que muchos gobiernos quieren opacar. El proyecto es ambicioso pero bastante ignorante de los procesos políticos.
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En cuanto a las privatizaciones, no es una propiedad del Presidente, es un recurso público de todo el país. Entonces, la misma ley tiene que ser para las 38 empresas, ningún anexo, porque si nosotros votamos eso, es como que declaramos la necesidad de que el Presidente haga lo que quiera con esas empresas públicas.
Milei tiene que entender que no hubo ningún presidente con esa potestad. Incluso Menem, que hizo una reforma del Estado de la economía y que ganó 7 elecciones consecutivas, planteó una ley que tenía 70 artículos pero lo negoció con la oposición y eso que lideraba un partido que tenía el 80% de las gobernaciones del país. Entonces, hay que entender que semejante ambición de reforma del Estado de la economía no se hace en soledad.
AO JL
