El sociólogo Carlos De Angelis manifestó que "vivimos en una Argentina paralela" donde "estamos políticamente bloqueados". Además, afirmó que "parte del fracaso albertista se le atribuye a Cristina Kirchner por no haberlo apoyado", en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9).
¿Cómo viste que terminó el año? ¿Qué balance se puede hacer en relación a las perspectivas para el año siguiente?
Me parece que terminamos en un año “bloqueado”. El Estado está absolutamente bloqueado. Hemos naturalizado el enfrentamiento entre el Presidente y la vice, el Congreso Nacional no logra quórum y el mandato de la presidenta de la Cámara de Diputados no ha sido refrendado.
Además, vemos una situación en la Justicia completamente irregular, con la aparición de estos famosos chats del paseo en Lago Escondido, y una Corte Suprema cuyos dictados no son acatados por el Gobierno. En definitiva, atravesamos una crisis muy importante en términos políticos.
Vimos la “cara del abismo” los días de transición, cuando se fue Guzmán y Batakis tuvo su breve paso por el ministerio. Se habían terminado los precios, se cortó la cadena de pagos y no había identificación de los valores económicos, síntomas de una hiperinflación.
Luego apareció, casi como un salvador, Sergio Massa. Un ministro autonomizado, que tomó una serie de decisiones puntuales. Pero falta una coordinación global para sacar a la Argentina de este bloqueo, con miles de cepos cambiarios y una economía con muchas dificultades.
¿Podríamos decir que el “cepo cambiario” también es expresión de un “cepo político”?
Sí. Acordate lo que fueron las elecciones PASO, en las que Macri pierde. El dólar pasó de $47 a casi $60, y tuvo que poner el cepo. El cepo es un bloqueo global que tiene nuestra economía. Vivimos en un sistema capitalista, y el capitalismo es acumulación e inversión. Cuando uno mira las dos cosas, en Argentina, están bloqueadas también.
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La inversión privada en un país como Argentina debería estar en unos 30 puntos, y está en un 10, no hay inversión privada. Los únicos proyectos tienen que ver con minerales, petróleo, gas, y lo que tiene que ver con Vaca Muerta.
Hasta hay problemas con el sistema agropecuario, con la sequía. No hay un panorama que uno pudiera decir que es positivo. Vivimos en una Argentina paralela, ganamos la copa, pero estamos políticamente bloqueados. Algo interesante que me queda del 2022 es la figura de Scaloni.
Dos Argentinas paralelas
¿Qué lectura hacés, como sociólogo, de las 5 millones de personas que salieron a las calles a festejar el triunfo en el Mundial?
Generó casi una Argentina paralela. Normalmente, las movilizaciones populares están vinculadas a temas políticos, a un dirigente o a una idea. Esto fue completamente espontáneo, gente que decidió por su cuenta salir a la calle.
En paz y con una alegría contagiada de la que no se tenía memoria desde hace muchos años. Porque Argentina se ha transformado en un país amargado, donde la sensación es que no se ve futuro, y ahí pasó lo contrario. El pueblo trajo una palabra casi abandonada en el sistema político: “felicidad”.
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Finalmente, la contracara de eso fue la marginalidad que apareció en las imágenes. Un país marginal, de unas diez millones de personas, gente que está perdida en el mundo, que no tiene para comer, para quienes la ley no significa nada ni tiene ningún sentido, y pueden hacer cosas como tirarse de un puente para subirse al micro, o treparse al Obelisco, poniendo en juego su vida. Eso también es un sinsabor, visibilizar esa Argentina que también existe.
El peronismo y la candidatura de Cristina Kirchner
¿Le creés a Cristina Kirchner cuando dice que no va a presentarse a ninguna candidatura?
Cuesta creerle. Esto también habla de su propia debilidad. Cristina fue muy enfática en decir que no iba a ser candidata, y ahora dice que la han proscripto, lo cual tampoco es verdad. Esto marca que, quizás, puede no ser tan necesaria para el nuevo armado del peronismo.
A partir de que dijo que no iba a ser candidata, inmediatamente el peronismo empezó a organizarse, y Cristina salió rápidamente a decir “no, ¿cómo que se van sin mi?”. Como esos padres que liberan a sus hijos adolescentes cuando se van a vivir solos y después los reclaman.
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¿Cristina también es parte del “bloqueo” que mencionás?
Creo que el gran problema del peronismo es que no tiene un programa para salir de esta situación. Porque también se empieza a romper el lazo que lo une con los sectores sociales más pobres.
Parte de ese sector la pasó muy mal en los años del gobierno de Alberto, luego de una gran expectativa que se había creado por el regreso del peronismo al poder. Incluso en sectores que tenían mucha expectativa en una candidatura de Cristina, también la ven bloqueando la situación.
Parte del fracaso albertista se le atribuye a Cristina por no haberlo apoyado. Me viene a la mente la idea de Scaloni y el apoyo que recibió de Chiqui Tapia, presidente de la AFA. Scaloni pudo gobernar, convocar y probar a los jugadores que quiso, y fue exitoso. Hubo una comunidad entre ellos dos, en la que lograron consensuar.
FM JL