MODO FONTEVECCHIA
PANORAMA ECONÓMICO

Daniel Artana: "Va a haber una recesión importante y una inflación más alta que el año pasado"

El economista jefe de la fundación FIEL augura que la principal tarea del próximo gobierno será ajustar las variables económicas de manera ordenada. "Una devaluación es la consecuencia de que faltan dólares", afirmó.

Daniel Artana
Daniel Artana | Captura de Youtube

El economista Daniel Artana aseguró que en Argentina no sólo es volátil la situación económica, sino la afinidad de los votantes, lo que causa desconfianza en las empresas. “Nadie va a venir a invertir en inversiones de largo plazo si piensa que en 2027 vas a volver a tener un gobierno populista”, afirmó en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9).

Un amigo economista me decía ayer que si hablábamos hace 45 días, hubiera opinado que había sólo 10% de posibilidades de que el actual equipo económico no llegue a las elecciones y al traspaso del poder el diez de diciembre, pero hoy las posibilidades de que no llegue son del 40%. ¿Coincidís con que hubo un empeoramiento notorio las últimas semanas? ¿A qué lo atribuís?

La situación, objetivamente, se complicó. Por un lado, por la cuestión climática. En el último tiempo empezó a vislumbrarse que el impacto de la sequía sobre las exportaciones es incluso peor de lo que se proyectaba. Es como que a la economía le faltan diez mil millones de dólares más de los que le iban a faltar.

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Eso agarra al Gobierno en una situación de gran debilidad, en parte porque adelantaron dólares el año pasado, con el dólar soja 1 y 2. Obligaron a las empresas a endeudarse con el exterior para poder importar, todas cosas que hacen difícil que puedan volver a repetir para obtener divisas.

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A eso se suma el deterioro en la situación fiscal en la primera parte del año, y un Gobierno que va camino a una elección sin mucho espacio para hacer lo que muchos gobiernos hacen en año electoral, y este hizo en la elección de medio término, que es hacer un gasto adicional para tratar de conseguir algún voto más.

Es decir que a los problemas económicos se les suma una tensión política importante.

Eso nos hace ver a nosotros que la recesión, este año, va a ser inevitable. Una recesión de proporciones. Evaluamos un 3,1% de caída, aunque lo revisamos todos los meses, podría ser un poco más o un poco menos. Va a haber una recesión importante y una inflación más alta que el año pasado.

Va a haber un primer bimestre muy alto, totalmente al revés de lo que pronosticaba el equipó económico del Gobierno, y un marzo que luce peor que febrero. Es un cóctel bastante complicado.

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Vos decías que una devaluación hoy sería como un “salto al vacío”, en el sentido de que no se podría realizar una devaluación ordenada. ¿Qué posibilidades ves de que se produzca una devaluación desordenada, producto de la presión del mercado, más allá del deseo del Gobierno de no producirla?

Creo que, en esa entrevista, dije que era el Gobierno el que consideraba que la devaluación era un salto al vacío, por no tener reservas, entre otras cosas.

En realidad, la situación se complica cuando vos tenés un shock externo de esta magnitud y no ahorraste reservas en los momentos más normales, como hacen los países. Nosotros dilapidamos reservas por decisiones del Gobierno, como la de intervenir en la brecha cambiaria. Es decir, no había muchas reservas y además fueron malgastadas.

Además, este Gobierno no está dispuesto a hacer un programa estructural que de una señal de que la devaluación no se va a producir. Una devaluación es la consecuencia de que faltan dólares y no haya ahorros ni capacidad de financiamiento. Argentina se quedó sin capacidad de financiamiento, en parte, porque el canje de deuda fue un desastre.

Cuando todo eso sucede, lo que te queda es devaluar. Pero devaluar sin un programa estructural luce como un salto al vacío.

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Esa es la trampa en la que está metido el Gobierno, en parte por mala fortuna, porque hubo una guerra, una pandemia y la sequía. Pero también por impericia del propio Gobierno. No olvidemos que Macri también atravesó una sequía.

No había ninguna necesidad de hacer un “plan platita” en 2021, y todavía estamos pagando las consecuencias de que el Presidente y el ministro de Economía de aquel momento no quisieron o no pudieron parar esa desesperación del ala más dura del oficialismo de gastar plata para tratar de influir en la elección, que además les salió mal, porque perdieron.

Si hubiera una devaluación, ¿no se produciría una retroalimentación de la crisis? ¿No podría ser peor el remedio que la enfermedad?

Está claro que ni siquiera aprenden de sus propias gestiones. Fijate que ante una disyuntiva similar, con muchas más reservas en el Banco Central, en el segundo mandato de Cristina tuviste una devaluación, cuando además tenías reservas como para dar una señal de que podías controlar el proceso.

Habrá que preguntarle a Guzmán y a Alberto Fernández por qué no hicieron algo parecido el año pasado.

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Hace algunos días hablábamos con Luciano Laspina, y él decía que en una unificación del mercado cambiario, en un eventual nuevo gobierno de Juntos por el Cambio, pasado el momento de turbulencia inicial, la paridad del dólar libre se acercaría más a los 200 actuales del dólar oficial que a los 400 del dólar blue. Otro economista cercano a Juntos por el Cambio opinaba que estaría más cerca de 300. ¿Cuál sería un dólar lógico a tu juicio?

Eso va a depender mucho de lo que haga el nuevo gobierno. Yo creo que la restricción externa, que tanto preocupa al kirchnerismo, es consecuencia de las torpezas del kirchnerismo.

Vos, en la Argentina, tenés una situación de extraordinarios precios de exportación. Este año no lo pudimos disfrutar por la sequía, pero en circunstancias normales hemos tenido exportaciones de noventa mil millones de dólares.

Tenemos un gran potencial en energía, minería, en economía del conocimiento, es decir, contamos con la posibilidad de que nos sobren dólares. Ahora, eso va a depender de las inversiones que haya, y eso depende de las consecuencias del programa económico.

Si me decís que Argentina ordena los números fiscales para ir a un equilibrio global, con cuentas fiscales solventes, arregla la cantidad de distorsiones que ha generado el kirchnerismo con esa visión de entorpecer la gestión del sector privado, hace reformas estructurales, la reforma laboral y otras más, abre la economía buscando tratados comerciales, Argentina puede terminar en una economía más sólida, con el dólar más cerca de los 200 que de los 400.

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Si hacemos todo mal, repetimos la visión de políticas públicas del kirchnerismo, vamos a estar más cerca de los 400 que de los 200. Lo simplifico en extremo, pero el valor del tipo de cambio te indica el resultado de tu política económica. 

Si vos hacés las cosas bien, los capitales van a querer venir a la Argentina, y los argentinos van a sacar la plata del colchón o de donde la tengan. Si hacés las cosas mal, todo el mundo se quiere ir, empezando por los argentinos.

Depende mucho de lo que haga el próximo gobierno. Si el gobierno que viene acierta en el programa macroeconómico de corto plazo, para limpiar el gran problema inflacionario y de recesión que va a dejar este gobierno, y acierta en el programa estructural, el dólar va a estar más cerca de los 200 que de los 400.

En la economía no hay magia. Si hacés las cosas bien vas a tener más posibilidades de que los resultados sean buenos. Después podes tener mala suerte, cosas que se compliquen, como la sequía. Pero si hacés las cosas mal, lo más probable es que los resultados sean malos.

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Varios economistas de Juntos por el Cambio dicen que lo mejor para un eventual nuevo gobierno de la oposición no sería unificar el mercado cambiario inmediatamente, sino en un proceso gradual de, por ejemplo, un año. Esa sería, para ellos, una de las grandes diferencias con respecto a 2015. ¿Compartís esa opinión?

En 2015 había reservas netas negativas. Hoy tenés un poquito más, pero quizás, cuando termine el año, es muy probable que queden en cero, o bien negativas. En aquel momento, como ahora, tenías un montón de dividendos que no habías dejado girar. La cifra es parecida.

La gran diferencia que hay con aquel momento es todo lo que se forzó a las compañías que querían importar a conseguir financiamiento de las casas matrices y de los proveedores. Este financiamiento “no voluntario”, redunda hoy en 10 o 12 mil millones de dólares.

Con lo cual, en la medida en que eso no fue voluntario, si abrís el mercado y las empresas quieren volver a la normalidad, quizás tengas una demanda muy alta concentrada en un periodo corto.

La otra cuestión es que las compañías internacionales que hoy están en la Argentina tienen serios problemas para tener cubiertos sus balances en moneda dura.

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Todas estas cuestiones quizás se pueden resolver o tal vez no. Habrá que ver cuántas reservas hay en el Banco Central, cuál es la credibilidad y la contundencia del programa, y ahí se podrá evaluar la velocidad con la que se pueda normalizar el mercado cambiario. Lo que está claro es que algo habrá que hacer de entrada. 

Entre un mercado único cambiario y lo que hay hoy, existe una distancia monumental. Se podría hacer una desregulación sustancial aún manteniendo algunas restricciones, y la situación va a ser mucho mejor que lo que es hoy, porque la verdad que es kafkiano lo que hay en materia cambiaria.

Alberto Fernández restringió la gira de dividendos al exterior, eso no es una situación normal para las empresas.

Otra diferencia que mencionan los economistas con respecto a 2015 es, en ese entonces, había una política fiscal permisiva y una política monetaria restrictiva, y ahora se invertiría, es decir, una política fiscal restrictiva y una política monetaria permisiva. ¿Puede ser así?

Por lo que leo y escucho de distintos economistas, se habla de hacer una consolidación fiscal más enérgica de lo que se hizo en 2015, que no se hizo nada. La consolidación fiscal empezó los últimos dos años, medio forzado por las circunstancias. Eso ocurría porque había posibilidad de financiamiento.

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El problema es que ahora no va a haber alternativa a hacer una corrección fiscal importante. Argentina no tiene de donde conseguir financiamiento. 

Argentina tiene un problema de credibilidad, porque incluso somos volátiles como votantes. Tuvimos algunas dificultades con Macri y volvimos a votar un gobierno populista. Nadie va a venir a invertir en inversiones de largo plazo si piensa que en 2027 vas a volver a tener un gobierno populista.

Lo que tenés es una situación de muchas más restricciones de lo que tuviste en aquel momento.

Tenés un kirchnerismo llenándose la boca con lo de la “deuda en pesosy diciendo que “el problema es la deuda en dólares”, y las restricciones hoy las tienen porque no pueden renovar la deuda en pesos.

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Obviamente, tener deuda en tu moneda local es mejor que tenerla en moneda extranjera, pero en definitiva, la deuda tenés que mostrar que la vas a pagar, porque si no nadie te quiere financiar.

Tienen alguna gente atrapada, que por cuestiones regulatorias, están obligados a comprar deuda en pesos, y a la vez deuda en manos de particulares que les cuesta renovar. Entonces lo monetizan con el BCRA, y eso pega en la brecha cambiaria y en la inflación.

Acá no va a haber más alternativa que hacer una corrección importante de la brecha cambiaria. El tema es que entendamos como sociedad que no podemos vivir todo el tiempo con gastos mayores de los ingresos. Si eso ocurre, tenés que decidir ordenadamente qué gastos vas a bajar.

La política tiene que hacer el ajuste fiscal en una forma ordenada, y ese es el desafío de quien sea el presidente el diez de diciembre.

FM JL