MODO FONTEVECCHIA
LA APERTURA DE MODO FONTEVECCHIA

Día 31: ¿Funciona la Constitución en la crisis?

Rodolfo Barra puso en duda la vigencia de la Constitución ante la situación que atraviesa el país y justificó que se deleguen todas las decisiones al Ejecutivo. El radicalismo en crisis se debate entre apoyar la ley o no.

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Congreso | telam

“Ayer se inauguró el tratamiento en el Congreso del mega paquete de leyes conocido como Bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos En la primera reunión de comisión, y como era de esperarse, los diputados expusieron sus diferencias a viva voz, lo que generó un clima de extrema tensión “, explicó Jorge Fontevecchia en la apertura de Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1) de este miércoles 10 de enero de 2024.

El día que cumplía su primer mes al frente del Ejecutivo, Javier Milei comenzó con el que quizás sea el mayor desafío que enfrenta su incipiente gestión: el debate en comisiones de la llamada Ley Ómnibus.

Entre las chicanas, los cruces y las declaraciones altisonantes quedó muy poco espacio para que la sociedad se informe sobre lo qué se está discutiendo, qué piensa cada bloque político al respecto y cómo estas modificaciones en prácticamente todos los aspectos de la vida social, económica y política del país, harían que se resuelva la difícil situación económica que estamos atravesando. 

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La vigencia de la Constitución en duda

Más allá de un debate con mayor cantidad de peleas y gritos, hay algunos aspectos de la ley que fundamentalmente ponen atención de un lado y el otro. El principal problema que tiene la Ley Ómnibus es el artículo 1 en el que se le otorga facultades extraordinarias al Presidente para que pueda decidir sin consultar con el Congreso en las materias “económica, financiera, fiscal, previsional, de seguridad, defensa, tarifaria, energética, sanitaria, administrativa y social”. El tiempo en el que tendría estas facultades abarcaría todo su mandato. Es decir, un lapso de dos años con la posibilidad de una prórroga de dos años más.

Aquí aparece el núcleo de la discusión entre un sistema presidencialista, y un sistema parlamentarista. En el plenario de comisiones, Rodolfo Barra lanzó la frase más contundente del día cuando aseguró que "si hay crisis económica no va a haber Constitución vigente". 

Por un lado están los decisionistas que históricamente adscriben a la teoría del derecho de Carl Schmitt, un famoso filósofo e historiador de la época de la Segunda Guerra Mundial y a quien Rodolfo Barra hace referencia permanentemente, como cuando aseguró que la figura del presidente es equivalente a la figura del rey.

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Schmitt escribió uno de sus textos más famosos parándose en la vereda opuesta al parlamentarismo, con la perspectiva de que no sirve para nada, es lento y "es casta". Del otro lado. Está la idea constitucionalista que pregona la división de poderes.

La frase de Barra fue una de las más resonantes del día y generó preocupación. Sería importante que el Gobierno aclare que durante todo su mandato estará vigente la Constitución, independientemente de que no se puedan resolver los problemas económicos. Sin Constitución vigente no hay democracia, no hay resguardo para quienes debaten ideas y presentan soluciones alternativas a los problemas. Justamente, en tiempos de crisis económica, lo que debe haber es la canalización de las confrontaciones políticas en términos institucionales.

No está de más hacer el ejercicio de pensar qué hubiese sido del destino del país si en 2001 y 2002 no hubiese estado la Constitución vigente. Cuando hay crisis, la Constitución toma importancia.

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Mucho se habla de la impronta liberal del gobierno y se cita a la escuela austríaca y a Adam Smith como inspiraciones de Javier Milel. Sin embargo, poco tiene que ver con el decisionismo. Adam Smith, era liberal, mientras que la escuela austríaca, cuando se llevó a cabo, lo hizo mediante dictaduras. El ejemplo más conocido es el de Chile. 

Carl Schmitt, jurista y filósofo alemán, es el padre del decisionismo: la noción de decisionismo en Schmitt consiste en hacer que la autoridad soberana, la fuente absoluta de toda decisión moral y legal en la vida política, esté en quien encabeza el Estado. Esta doctrina trasciende el aspecto ético y confirma el carácter operativo y autopercibido como “revolucionario” del gobierno actual. 

El filósofo polemizaba con el liberalismo y sostenía que había dos doctrinas materialistas. Por un lado el comunismo, que era el materialismo dialéctico y, por otro lado, el liberalismo a quien también lo consideraba como otra forma de materialismo en sentido opuesto.

El decisionismo y el dilema del radicalismo

Uno de los argumentos centrales del Gobierno para querer avanzar aceleradamente con reformas tan abarcativas y tan estructurales es que la mayoría de la sociedad apoya estas rmedidas. Esto abre un nuevo debate acerca de si es correcto considerar que el 56% que votó por Javier Milei en la segunda vuelta apoya todas las ideas que el presidente expuso en su campaña. En primera vuelta, la sociedad votó mayoritariamente por otro proyecto, los libertarios fueron los segundos más votados y el Congreso se compone por diputados y senadores que fueron votados en esa instancia. ¿Quién tiene más legitimidad?

En 1989 Roberto Dromi había propuesto una ley ómnibus con la particularidad de que era secundado por Rodolfo Barra. Quien se opuso a la ley fue Raúl Alfonsín afirmando que la política es "diálogo y discusión".

Para la filosofía anarcocapitalista de Javier Milei, el decisionismo le viene como anillo al dedo. Por otro lado, está la cuestión identitaria del radicalismo y de Juntos por el Cambio. Diputados como Martín Tetaz aseguran que la mayoría de las propuestas fueron escritas por Federico Sturzenegger para Patricia Bullrich y que eso es lo que defendió Juntos por el Cambio en la campaña. Esto está en total disidencia con la época más gloriosa del radicalismo que siempre planteó una férrea defensa de la división de poderes. 

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El hombre al que le toca defender al radicalismo más cercano al PRO es Rodrigo de Loredo, jefe de la bancada en el diputados exclamó que "la República Argentina ha contado siempre con la Unión Cívica Radical y tenemos plena conciencia que las herramientas justas y necesarias que necesita un gobierno para llevar adelante algo que genuinamente ha sido votado por la sociedad Argentina, las va a tener.

Del otro lado está Leandro Santoro quien fue candidato a jefe de gobierno porteño por el kirchnerismo pero tiene origen radical y le pidió a sus correligionarios que reflexionen: "estamos discutiendo la privatización del Banco Nación, de YPF y de Aerolíneas, empresas públicas que dan ganancia y no tienen déficit".

¿Qué es el radicalismo? ¿Es el radicalismo popular masivo de Alfonsín y Yrigoyen o es el cooptado por Mauricio Macri desde el 2015? ¿Cuál de los dos radicalismos va a triunfar? Evidentemente hay una crisis identitaria dentro del espacio. 

Tiene razón Martín Tetaz cuando dice que el DNU y la ley ómnibus están plagados de ideas que se habían presentado en la campaña de Patricia Bullrich y sería una contradicción no votarlas. Probablemente, también era una contradicción que Patricia Bullrich haya sido  la candidata de una coalición que representaba al radicalismo. El tiempo dirá si esta situación termina dividiendo al radicalismo y lo hace recuperar la identidad que lo caracterizó previo a la llegada de Mauricio Macri.

ADP CD JL