Dora Barrancos, asesora presidencial, afirmó que estamos atravesando un profundo cambio de época, y que eso explica la cantidad de mujeres presentes en el gobierno del Frente de Todos. “Alberto Fernández tiene una enorme sensibilidad hacia los feminismos”, afirmó en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9).
Ayer entrevistamos Kelly Olmos, y hacíamos una reflexión sobre la enorme cantidad de mujeres en el gobierno de Alberto Fernández, en comparación a las que había durante el gobierno de Cristina Kirchne. ¿Esto responde a alguna característica particular del gobierno o simplemente a los cambios producidos en la sociedad?
Creo que estamos en un cambio de época. Ha habido una fertilización muy importante de las propuestas feministas, de los feminismos. Siempre hay que hablar de “los feminismos”, porque hay muchas teorías, convergentes en gran medida, algunas divergentes, pero en definitiva, estamos en un cambio de época.
Evidentemente, entre las circunstancias que escenificaron el cambio gubernamental a fines de 2019, hubo un empeño muy particular de las diversas canteras feministas que convergían hacia el Frente, en significar esta oportunidad como un gran ciclo de cambios.
Se subrayó la coyuntura y la oportunidad en que devenía el compromiso de muchísimas mujeres militantes de diferentes estructuras que teníamos muy cercanos los ecos fundamentales, el Ni Una Menos y la enorme movilización por el aborto del 2018.
Lo segundo, es que hay una sensibilidad muy especial por parte del presidente Alberto Fernández, a menudo la ha señalado. Alberto tiene una enorme sensibilidad hacia los feminismos, hacia las circunstancias existenciales de las disidencias sexogenéricas.
Milagro Sala dijo que Alberto Fernández le dio “el beso de Judas”. ¿Qué reflexión le merece esa opinión?
Tengo un enorme cariño por Milagro. Pero además tengo un reconocimiento muy grande por ella. Y, sobre todo, reconozco esa fragua en la que fue capaz de formarse, con hostilidades centradas en su condición de mujer, de pobre, y de indígena.
Y también, algo que a veces ha sido soslayada, esta cierta discrepancia con lo estético femenino de cartografía. Milagro es una persona que siempre ha manifestado muy poco apego a las características estereotipadas de lo que podrían ser las conductas femeninas.
Creo que Milagro Sala tiene una fundada razón para estar muy alterada, porque todo parecía bastante más fácil ingresando en este periodo gubernamental.
Milagro Sala: "El beso de Alberto Fernández en mi frente me parece el beso de Judas"
Defiendo que haya una oportunidad integral para resolver el problema de Milagro. Es escandaloso. Estamos a seis años de una situación tortuosa, absolutamente arbitraria.
En la última reunión que estuvimos con el Presidente y abordó el tema de Milagro, él dijo que tenía una imposibilidad constitucional para el indulto, que había que analizar otras perspectivas.
No soy del ramo del derecho, pero me da la impresión que lo que quiere expresar es que un indulto podría ser declarado inmediatamente inconstitucional y pudiera hacer retroceder la situación procesal de Milagro.
Milagro Sala: "A Cristina Kirchner no la dejaron defenderse y a mí me pasó lo mismo"
Deploro muchísimo que no haya alguna salida estrictamente jurídica apegada completamente al texto constitucional para resolver ya la situación de Milagro.
¿Puede ser que se le exigiera anteriormente a las mujeres que llegaban a ser jefa de Estado alejarse de los estereotipos femeninos y acercarse más a los masculinos, y que eso hoy ya no ocurra?
Sí, creo que hay cambios enormes. Los cambios sociales y culturales han sido vertiginosos si analizamos los últimos 20 años.
Tenemos muchas dificultades para avizorar lo que es el poder femenino, porque el poder femenino es un supuesto medio inexistente. Las fraguas que conocemos del poder, los estatutos de poder, pensando en una figura tan notable como Weber, son configuraciones que no han sido vertebrales para las mujeres, que siempre han estado fuera de estos cálculos.
Milagro Sala lleva siete años presa, perdió la fe en Alberto Fernández pero aún espera su "indulto"
El poder es irrenunciable, porque si alguien va a disputar políticas públicas, expresión societal, tiene que hacerse de poder. Pero desde mi perspectiva existencial, para mí, es mucho más importante el estado de potenciación. Es un régimen en el que hay cierta disparidad en la naturaleza del propio poder.
El poder se ejerce aún contra la voluntad del otro. En cambio el estado de potenciación es un estado de dignificación, de autorización en comunidad con otras y otros. Cada quién tiene derecho a dignificar sus aspiraciones fundamentales y sus deseos.
A mí me gusta más este concepto de “mujeres potenciadas”, que lo que podría llamarse “empoderamiento”. Me sugiere mucho más este estado de potenciación de los sujetos.
FM JL