Anthony Albanese, líder del Partido Laborista, asumió esta mañana como Primer Ministro después de ganar las elecciones del sábado. Hijo de madre soltera, que recibía una pensión por invalidez, Albanese se crio en una vivienda de protección oficial. Creía que su padre había muerto en un accidente de tránsito hasta que lo encontró, a los 30 años, en Italia. Es socialdemócrata, defensor de la comunidad LGBTIQ+ y apasionado del rugby.
La prédica de Albanese, de 59 años, se basa sobre un sistema de salud gratuito, darles más voz a los pueblos indígenas y rechazar solicitantes de asilo que arriben a Australia en barco. Considera que China es la principal amenaza para su país.
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En las elecciones de este fin de semana derrotó a la coalición Liberal-Nacional, encabezada por el primer ministro Scott Morrison.
En Australia, el voto es obligatorio bajo una multa de 20 dólares australianos (unos 15, norteamericanos) para quien decide quedarse en casa. El partido de Albanese tiene asegurados 75 escaños en el Parlamento. Necesitaría una más para obtener la mayoría absoluta, razón por la cual deberá buscar alianzas con los partidos minoritarios.
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A ojos del mundo, Morrison ganó el partido judicial contra el tenista serbio Novak Djokovic, en el Open de Australia, al conseguir que finalmente deportaran al deportista por no estar vacunado contra el covid.
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