La baguette entró en noviembre en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO, pero los panaderos franceses están en apuros.
El gobierno de Emmanuel Macron debió salir en su ayuda, de modo de no asistir al cierre de una boulangerie tras otra.
El paquete de supervivencia de 33.000 panaderos franceses contempla una ventana financiera con descuentos y la suspensión del pago de cotizaciones sociales e impuestos hasta que equilibren sus ingresos y sus egresos.
En Qatar, Macron se gastó 31 años del sueldo mínimo francés y 53 años de huellas de carbono
La inflación ronda el 6% anual en Francia, pero las facturas energéticas suben un 15%. Lo más caro para los panaderos son los hornos eléctricos.
De no recibir esa ayuda, los panaderos deberían aumentar el precio de la baguette de uno a cuatro euros.
JL