Federico Zapata: "El kirchnerismo no pudo leer el peronismo farmer"
El editor de la revista Panamá explicó los motivos por los que considera que el kirchnerismo está en su ocaso. "Tenían una teoría del poder pero carecieron de una teoría moderna del desarrollo", argumentó.
Federico Zapata |
Télam
El politólogo Federico Zapata detalló el alcance que puede tener el nuevo peronismo cordobés. "Están las condiciones estructurales para que Martín Llaryora vaya hacia la política nacional",indicó el politólogo. A su vez, afirmó que la crisis del avatar kirchnerista genera un vacío de podera nivel nacional, en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9).
¿Qué relación hay entre José Manuel de la Sota y Juan Schiaretti hace 25 años con estos neocordobeses como Martín Llaryora y Daniel Passerini?
De alguna manera, Martín Llaryora y Daniel Passerini constituyen el producto del trabajo territorial que durante unos 40 años desarrollaron el grupo que conformaban de la Sota y Schiaretti, entre otros.
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Ese fue un proyecto político que se construyó de la periferia al centro, es decir, empezó una construcción territorial que bordeaba la capital de la ciudad de Córdoba y que logró una penetración muy fuerte en territorios tradicionales de lo que era el viejo radicalismo sabattinista del sur cordobés.
Y fruto de ese proceso de construcción que le permitió acceder al poder en 1999 se fue forjando una nueva dirigencia, los peronistas farmer, que a diferencia de la vieja dirigencia (la de José de la Sota y Schiaretti) que venía de la capital de la provincia, empezaron a surgir territorios muy dinámicos del bioagro, como un proceso económico de desconcentración de la provincia.
En esta nueva dirigencia se destacaron, entre otros, Llaryora, que venía de San Francisco, y Passerini que provenía de Marcos Juárez, otro departamento muy pujante. El proceso de construcción de poder de cordobesismo creó las condiciones de posibilidad de la emergencia de formar un liderazgo.
¿Cómo es eso del peronismo farmer?
En la década del ochenta, cuando se produce la renovación, que se dio con de la Sota y Schiaretti, eran dirigentes de la ciudad capital. En ese periodo de ascenso a la política, también se produce un proceso de ascenso de la bioeconomía, como subproducto de las transformaciones de la tecnología.
Es ahí donde Córdoba emprende una dinámica de concentración económica y política muy fuerte, que tiene algunas ciudades intermedias como protagonistas como Villa María o San Francisco, de donde empiezan a emerger algunos referentes del peronismo.
¿El fin del kirchnerismo y el comienzo de un nuevo peronismo?
Vos dijiste que estamos en el ocaso del peronismo. ¿El gran error de Néstor Kirchner fue no comprender que la posibilidad de desarrollo del PJ era generar un peronismo farmer? ¿Hubo una falta de visión para que el peronismo continuase en otros territorios?
En parte, sí. El kirchnerismo no pudo leer el peronismo farmer, fue una teoría del poder pero careció de una teoría moderna del desarrollo. Eso fue produciendo una incomprensión de la oportunidad que tenía Argentina desde el punto de vista de su capacidad de las ciencias biológica.
En medio de esa incomprensión se produce la 125 y, a partir de allí, hay un proceso de repliegue del kirchnerismo hacia el tercer cordón del Conurbano bonaerense. Y eso tiene como escenario actual, la crisis de esa variante del peronismo, sobre todo en la demografía electoral de la región centro y todo lo que es el ascenso de Cuyo.
Entonces, hay una geografía muy dinámica de la Argentina, salvo el peronismo que nunca se integró al kirchnerismo, que es el peronismo que le gana a Juntos por el Cambio, mientras que el resto de los peronismo seguramente tendrán traspiés hasta fin de año.
¿La lucha entre la “bonaerización” del peronismo y el peronismo farmer, de alguna manera, y a partir del documental “2001”, no es preexistente y quizá allí, precisamente, esté el núcleo de la problemática de los últimos 30 años dentro del partido?
¿Es decir, aquella pelea entre los gobernadores y Eduardo Duhalde no fue, de alguna manera, el caldo de cultivo en el que Néstor terminó entrando?
Sin dudas. Entre la reforma constitucional y la eliminación del Colegio Electoral, y el 2001, que genera una especie de terror en el régimen político contemporáneo, es decir, la idea de que el Conurbano puede estallar y desestabilizar un gobierno.
Y toda esta cuestión configura todo un territorio a partir del cual el Estado nacional, después del 2003, se organiza en función de garantizar gobernabilidad en el territorio que aporta la mayor cantidad de votos directo y que puede, potencialmente, funcionar como desestabilizador.
Sucede, a su vez, que ese territorio no tiene una respuesta en relación al modelo del desarrollo y por eso genera una crisis entre el modelo de organización política y el de organización económica, que en algún momento iban a tener fusiles de salida, como el caso de Córdoba.
Alejandro Gomel(AG):¿Vos analizás que es el fin de la era del kirchnerismo, pero el liderazgo del peronismo, que siempre ha sido muy vertical, puede venir de Córdoba?
El kirchnerismo está en un proceso de achicamiento demográfico, político, económico y cultural. Es decir que existen las condiciones para que el peronismo reconvierta su matriz política.
Ahora bien, para poder acelerar esas condiciones se depende de la acción política. No es lo mismo 2023 con Axel Kicillof gobernando la Provincia con un sesgo propio o si sigue bajo las directrices del kirchnerismo, porque de esa forma la de una sobrevida.
Lo que está bien destacar es que la crisis del avatar kirchnerista genera un vacío de poder a nivel nacional porque hay una pérdida de centralidad. Ya no se habla de los techos sino de los pisos. Esa pérdida de centralidad en la política empuje a que otros poderes intenten llenarlo.
En ese marco, Córdoba puede constituir un aspiracional que le permita al peronismo romper los pisos, están las condiciones estructurales para que Martín Llaryora vaya hacia la política nacional.
