En este caso, fue un nuevo cruce tuitero protagonizado por la actual Vicepresidenta y el expresidente.
Lejos de ser una simple obra pública, el gasoducto Néstor Kirchner se transformó en el eje de la campaña electoral de Sergio Massa y en el centro del ring para la pelea tuitera entre dos ex presidentes, Mauricio Macri y Cristina Fernández de Kirchner. Más allá de las chicanas propias de la política, hay algunos datos para considerar.
Durante el kirchnerismo, la balanza energética comenzó siendo superavitaria por 6000 millones de dólares y cuando CFK dejó el Gobierno quedó en el lugar opuesto: era deficitaria por 6.000 millones.
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Gran parte de los problemas cambiarios y de la tan mentada restricción externa tuvo que ver con los dólares que se iban para pagar los barcos que traían el gas licuado, sobre todo entre 2014 y 2015.
Por entonces, Vaca Muerta todavía no había explotado, cosa que ocurrió recién entre 2017 y 2018. La posibilidad de hacer un gasoducto siempre estuvo sobre sobre la mesa y nunca avanzó en el gobierno de Macri, muchísimo menos cuando con la crisis financiera de 2018 -y el fallido acuerdo con el FMI- se interrumpió prácticamente toda la obra pública.
Al mismo tiempo, también es cierto que el gobierno de Alberto Fernández demoró la construcción por no poner en marcha la licitación que el macrismo ya había dejado encaminada. El aumento del precio del gas, sobre todo a partir de la guerra entre Rusia y Ucrania, hizo que esa demora costara muchos dólares, siempre escasos.
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Por último, en esta guerra de medias verdades, el Gobierno declara que hizo en "tiempo récord" de 8 meses una obra que requería 24 meses. No hay consenso sobre eso.
El propio Julio De Vido venía reclamando el gasoducto podía construirse en menos de un año y que no había motivos para no iniciarlo, algo que recién ocurrió con la llegada de Massa al ministerio de Economía.
BL JL
