Hugo “Cachorro” Godoy, reconocido dirigente gremial, planteó que “Cristina Kirchner es la principal referente del Frente de Todos” y podría postularse en el 2023. "En el Consejo del Salario Mínimo se cristalizó un salario de indigencia", enfatizó en Modo Fontevecchia (Net TV y Radio Perfil FM 101.9). A su vez, marcó cuáles son los puntos a mejorar por parte del Gobierno.
Usted estuvo presente en el acto que realizó Cristina Kirchner el jueves pasado. ¿Se puede decir que a la CTA Autónoma le gustaría que fuera candidata en 2023?
Sin ninguna duda, Cristina Kirchner es la principal referente del Frente de Todos. Es la que está en mejores condiciones para enfrentar un escenario electoral. Si toma la decisión de ser candidata y logra agrupar a los que no quieren convalidar esta situación de inequidad que crece, puede llegar a ser la mejor candidata de un Frente de Todos que no sea el “Frente de Algunos”, que contenga las necesidades que surgieron en 2019, y todavía están sin concretarse.
El “Cuervo” Larroque definió el período de Alberto Fernández como una "pérdida de tiempo". ¿Qué balance hace usted de los años que transcurrieron de su presidencia?
Las marchas y contramarchas del gobierno de Alberto Fernández están haciendo que se sucedan escenarios como el de ayer. En el Consejo del Salario Mínimo se cristalizó un salario de indigencia.
Ese salario, que es un punto de referencia para el conjunto de las relaciones laborales, quedó por debajo de la línea de indigencia. El salario no puede ser de un monto que ni siquiera alcance para comer, como está sucediendo con este Consejo del Salario.
Desde ese punto de vista, el Gobierno está posibilitando que la situación de injusticia que padecemos la mayoría no se modifique, y el pueblo no lo eligió para eso.
Salario mínimo: acordaron aumento de 20% y llegará a $69.500 en marzo de 2023
La ministra Kelly Olmos anunció un aumento del 20% del salario mínimo. ¿De cuánto debería haber sido el aumento, bajo la perspectiva de la CTA Autónoma?
En los años del macrismo el salario perdió un 20% de su capacidad adquisitiva, y durante los años de Alberto Fernández se perdió un 11% más. Para recuperar el valor que tenía en diciembre del 2019, el aumento debería ser del 47% sobre los haberes de noviembre. En vez de esa cifra, se terminó imponiendo, por el acuerdo del Gobierno, la UIA y la CGT, un aumento del 20% en cuatro cómodas cuotas. Nuestra central lo rechazó por insuficiente e injusto.
En términos absolutos, en pesos, ¿de cuánto debería ser y de cuánto terminó siendo?
En noviembre va a ser de $57.900. Con este aumento se eleva a $69.500 recién en marzo. Ese valor está muy por debajo de lo necesario. Tendría que estar entre los $85.000 y $87.000 para recuperar el poder adquisitivo que teníamos en diciembre de 2019. Lamentablemente no hay un intento de mejora, sino un intento de cristalizar lo existente.
Massa en crisis, deuda en pesos saturada y dólar picante
¿Puede un gobierno ganar las elecciones con pérdida de salario real?
Es muy difícil. Mucho menos si no se frena la inflación, y si esta pérdida se cristaliza, como decíamos antes. El Gobierno, con estas actitudes, implosionó su propia base electoral. Ya el año pasado sucedió. No es que haya un vuelco hacia una oposición conservadora, reaccionaria, expresada por el macrismo.
El año pasado hubo cinco millones de votos que habían apoyado al Frente de Todos en las presidenciales, y en las PASO no lo votaron. No votaron al macrismo, pero tampoco votaron al gobierno. En las generales sólo se recuperó un millón de esos cinco, no alcanzó y perdieron las elecciones. Si no hay un cambio de la política económica y social, ese escenario va a repetirse.
No sería que gana Juntos por el Cambio, sino que pierde el Frente de Todos.
Es necesario producir un cambio de rumbo en la política económica y social. Es inadmisible que se acepte que Funes de Rioja diga que el aumento de salario es inflacionario, cuando él es el principal responsable del aumento especulativo de los precios de los alimentos.
Es lamentable que el Gobierno diga que no se puede aumentar el salario mínimo porque eso aumenta el déficit fiscal. Con ese criterio, no hay ninguna posibilidad de pensar en un cambio de rumbo.
No aceptamos esa definición, y vamos a seguir demostrándole al gobierno, a través de nuestras propuestas, que es posible cambiar en un sentido redistributivo, y establecer un plan antiinflacionario que no sea ortodoxo, sino que tenga que ver con la necesidad de tener un piso de mayor dignidad para la mayoría de los argentinos.
FM JL