Según un informe de la Organización Internacional para las Migraciones, más de 50.000 personas de múltiples nacionalidades han perdido la vida durante sus trayectos migratorios en los últimos ocho años.
Desde el lanzamiento en 2014 del Proyecto Migrantes Desaparecidos, y a pesar de la creciente pérdida de vidas, los gobiernos de los países de origen, tránsito y destino han tomado pocas medidas para abordar la actual crisis mundial de migrantes desaparecidos.
Más de 30.000 personas que figuran en los registros del Proyecto son de nacionalidad desconocida, dato que indica que más del 60% de las personas que mueren en las rutas migratorias siguen sin ser identificados.
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Entre los migrantes desaparecidos de los que se pudo identificar su nacionalidad, más de 9.000 procedían de países africanos, un número superior a los 6.500 de Asia y otros 3.000 de América.
Los tres principales países de origen de estos migrantes, Afganistán, Siria y Myanmar, están marcados por la violencia. Muchas personas huyen de sus hogares para buscar refugio en el exterior.
México, Venezuela, Guatemala y Haití figuran en el sexto, octavo, noveno y décimo puesto de la lista, respectivamente.
De las 50.000 muertes documentadas, más de la mitad se produjeron en las rutas hacia y dentro de Europa con las rutas mediterráneas cobrándose al menos 25.104 vidas.
Las rutas europeas también representan el mayor número y porcentaje de personas desaparecidas y presuntamente muertas, con al menos 16.032 desaparecidos en el mar cuyos restos nunca se recuperaron.
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La segunda región más mortífera para los desplazados es África, con más de 9000 muertes.
En el continente americano se documentaron cerca de 7.000 fallecimientos, la mayoría de ellos en las rutas migratorias con destino a Estados Unidos.
Solo en el cruce de la frontera terrestre entre Estados Unidos y México se han producido más de 4.000 muertes desde 2014.
En Asia se produjeron otras 6.200 muertes. Los niños representan más del 11% de las vidas perdidas en las rutas migratorias en Asia, la proporción más alta de cualquier región.
De las 717 muertes de niños registradas durante la migración en la región, más de la mitad son de refugiados rohingya.
FM