Javier Milei desconfía de las encuestas que le dan una ventaja de dos puntos
La desconfianza del candidato libertario por las encuestas se suma a las preocupaciones sobre la participación y la estrategia de fiscalización en esta contienda electoral.
Milei siempre ha insistido en no consumir encuestas propias, basándose exclusivamente en las mediciones realizadas por otras fuerzas políticas. Antes de la primera vuelta, su equipo adoptó una actitud cauta, conscientes de que algunas encuestas los mostraban en desventaja.
Estos números, que Sergio Massa también intentó minimizar antes de la última votación, se han vuelto un punto de atención en los últimos 11 días previos al inicio de la veda electoral.
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El candidato de la Libertad Avanza despierta su inquietud por la reciente aparición de encuestas que sugieren una ventaja a su favor, con una de las firmas, Atlas Intel, otorgándole un 52% frente al 48% de su oponente.
Otra encuesta, realizada por Inteligencia Analítica, propiedad de Sebastián Galmarini, sugiere una ventaja de 52.5% a 47.5%. Sin embargo, si se mide la fórmula Milei-Villarruel frente a la de Massa-Rossi, la diferencia se reduce a un estrecho 50.6% a 49.4% a favor de Massa-Rossi.
Estas cifras han llevado a Milei a adoptar una actitud de desconfianza hacia las encuestas. Sospecha que podrían ser parte de una manipulación destinada a generar una falsa sensación de comodidad entre los votantes en la "zona gris," con el objetivo de que no acudan a votar.
Milei advierte que en el balotaje, el voto en blanco o la falta de asistencia benefician al candidato que terminó primero en la primera vuelta.
El nivel de participación es uno de los factores clave. Guillermo Francos, virtual ministro del Interior de Milei en caso de ganar las elecciones, ha centrado su atención en la idea de fraude, lo que tiene un importante valor simbólico para la ultraderecha.
La asamblea legislativa ya proclamó las fórmulas que competirán en el balotaje, validando los resultados de la justicia electoral, ya que no hubo impugnaciones al escrutinio definitivo. La estrategia de Milei se ha centrado en la desconfianza hacia el fraude y la fiscalización, lo que se presenta como un factor importante de cara a la participación.
La señal de alarma para la libertad avanza se basa en la necesidad de impulsar la participación de sus votantes y en las dudas que surgen debido al día feriado previo a las elecciones.
Las encuestas se han convertido en un dilema, ya que Milei, a pesar de su desconfianza, no las desmintió, lo que muestra los desafíos de fiscalización, la incertidumbre sobre el nivel de participación y el impacto de las encuestas en una fuerza política que se enorgullece de no utilizar encuestas propias.
La propiedad de los votos de Juntos por el Cambio, que Patricia Bullrich y Mauricio Macrise atribuyen, es otro elemento que genera interrogantes. La Coalición Cívica y el radicalismo también enfrentan cuestionamientos sobre si deben o no participar en las elecciones.
Las respuestas a estas cuestiones aún no están claras y plantean preocupaciones adicionales en este contexto de cara a los días que definirán el futuro de la elección.
