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MODO FONTEVECCHIA
Crisis en Venezuela

Periodista venezolano: "Sin un quiebre en el Ejército la dictadura de Maduro no va a caer"

“¿La salida va a ser estrictamente militar? No lo sé, pero sí creo que un quiebre en la Fuerza Armada sería lo clave”, afirmó Marcos Valverde, quien advirtió que sin fractura militar el régimen seguirá atrincherado.

Marcos Valverde 10122025
Marcos Valverde | sciencejf

“Decir que va a haber una intervención es especular”, señaló Marcos Valverde, para quien las amenazas militares solo buscan “llevar la amenaza al máximo, pero nunca proceder”. Además, el periodista, investigador y activista venezolano, aseguró que el entusiasmo democrático venezolano sigue vivo: “El 70% decidió votar por una opción para sacar a Maduro y la dictadura desconoció el resultado”. "El mayor activo del chavismo fue siempre el pueblo y hoy la dictadura no tiene pueblo. Tiene solo al alto mando militar fiel a él y fiel a sus intereses, claro está", expresó en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190).

Marcos Valverde es periodista, investigador, docente y activista venezolano. Es delegado del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa y profesor en la Universidad Católica Andrés Bello. Se destaca por su trabajo denunciando casos de corrupción y por su labor en el medio independiente Armando.info.

¿Cómo ve esta escalada bélica: los aviones que ayer interrumpieron el espacio aéreo venezolano, si finalmente lo ven como algo posible, una invasión por tierra como sigue prometiendo Trump, y cómo cree que va a evolucionar en el futuro la situación de Maduro?

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Salvo que juguemos a pitonisos o a otras especies de adivinos, podemos concluir si va a haber o no finalmente una intervención armada, bien por aire, bien por tierra, en Venezuela para derrocar a la dictadura de Nicolás Maduro. Creo que eso solo está en la cabeza de Donald Trump. Ahora, tomando en cuenta los antecedentes y ese carácter, primero volátil y luego de bocazas, que suele desplegar Donald Trump en sus intervenciones y en su cotidianidad, y con, por supuesto, el riesgo de equivocarme, pensaría que no. Pensaría que lo que se quiere es establecer un cerco, llevar la amenaza al máximo, pero nunca proceder. Eso, por supuesto, tomando en consideración todos los antecedentes. En Venezuela no es la primera vez que se habla de esto. En Venezuela, la intervención, el tema de la salvación por la vía de una intervención extranjera, se viene conversando desde el año 2017; los años 2018, 2019, con el ascenso de Juan Guaidó y durante esa primera presidencia de Donald Trump. Decir entonces que va a haber finalmente una intervención o no es simplemente especular. Y quien sentencia o asevera que sí está mintiendo realmente.

¿Usted cree que va a alcanzar esa amenaza para que se vaya Maduro? Y si así no fuera, ¿cómo cree que seguiría?

Ha habido reportes periodísticos muy serios en donde se ha desvelado que Maduro ha negociado con los estadounidenses su salvación, su pellejo. Mientras tanto, en el discurso público ha mutado del Maduro antiimperialista, belicista, guerrero con el pecho descubierto, hoy en día es un Maduro que clama por la paz, dice: “War no, peace”. Es también bastante desopilante ese comportamiento. Ayer, por ejemplo, veíamos que dos aviones caza estadounidenses entraron en el espacio aéreo venezolano, concretamente en la zona occidental del país, sobre el lago de Maracaibo. Y eso contrasta mucho con toda esa retórica, toda esa palabrería antiimperialista que ha desplegado durante los años el chavismo. Porque no es solo Nicolás Maduro, sino también Hugo Chávez en vida. Y resulta que ayer el imperialismo estuvo latiéndole en la cueva al chavismo en su propio terreno, que es el lago de Maracaibo. Y los dos aviones estadounidenses salieron ilesos. Hubo una violación de la soberanía, claramente. ¿Y por qué no hubo una respuesta por parte del gobierno venezolano en ese sentido?

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O sea, ¿hubiese podido, con los elementos de defensa antiaérea, herir o hundir esos dos aviones? ¿Fue una inhibición del propio gobierno venezolano o que simplemente no tenía la tecnología suficiente?

Se puede interpretar de dos maneras: número uno, el miedo. Si derribo estos dos aviones que violaron mi espacio aéreo, ¿le estoy dando acaso ya un pie a Trump para que finalmente entre en Venezuela de manera militar? Y número dos, la otra conjetura, que es que la vetusta Fuerza Armada Nacional Bolivariana, la anticuada, equipada con antiguallas -porque el equipamiento militar venezolano es una antigualla, es un objeto viejísimo, viejísimo- ¿sirve para atacar a estos dos aviones que están violando mi soberanía? La respuesta está en una mixtura.

¿Cómo es la vida de un periodista, como su caso, en Venezuela?

Al menos desde el gobierno de Hugo Chávez, que comenzó en febrero de 1999, el periodismo ha sido constantemente atacado. Tanto como cualquier atisbo de independencia que se pudiese ver. Chávez, como buen autócrata, atacaba todo lo que le hacía oposición, todo lo que desvelaba los casos de corrupción, etcétera. Con Maduro esto se ha intensificado. Sabemos que con Nicolás Maduro el chavismo pasó definitivamente a convertirse en una dictadura. Hay un debate sobre en cuál punto fue que el gobierno chavista se convirtió en una dictadura. Muchos dicen que desde 2024. Yo soy de los que piensan que, como señaló en un momento el Programa Venezolano de Educación-Acción, la mutación definitiva del chavismo a una dictadura fue en 2016, cuando se cercó por todas las vías la celebración de un referendo revocatorio contra Nicolás Maduro, la organización de un referendo revocatorio.

Y en todo ese interín, la prensa ha sido constantemente atacada. Hoy en día, por ejemplo, en donde trabajo yo, que es el portal de investigación Armando.info, tomamos todas las medidas, primero, para el resguardo de las fuentes, que una fuente prácticamente es una mina de oro hoy en día en Venezuela, con tanto miedo, con tanto cerco a la información institucional, con tantos cercos al acceso a la información pública. Y por otra vía, bueno, hay 20 colegas que están presos en este momento en Venezuela, a raíz de los sucesos del 28 de julio pasado, cuando Edmundo González Urrutia ganó la elección presidencial y Maduro desconoció.

¿Ese fue el punto de quiebrepara decir: “está totalmente fuera de ser considerado un gobierno democrático”?

Bueno, es que yo creo que el punto de quiebre vino en 2016 ya, cuando se cercaron las vías. Y los puntos de quiebre han sido muchos: las protestas de 2014, de 2017, con cientos de asesinados en las calles; la represión, las torturas. En Venezuela hay centros dedicados al asesinato, a la represión...

¿Y por qué a usted no lo torturan? ¿Por qué a usted no lo detienen?

Yo digo que ha sido una cuestión de suerte o que simplemente no he sido un objetivo hasta ahora. A mí no me gusta para nada ese papel de la victimización, de decirme “soy un perseguido”. Hasta ahora yo debo decir que a mí no me han perseguido. Hasta ahora debo decir que yo he podido salir del país...

...hay una diferencia clara entre Venezuela y Cuba, para decir en grados de consolidación del régimen y del sistema dictatorial.

Bueno, primero, porque en Cuba sí hubo, cuando los barbudos bajaron de la Sierra Maestra y tomaron finalmente La Habana, una toma exitosa del poder, lo cual no logró el chavismo en su primera incursión cuando Chávez lideró el golpe del 4 de febrero de 1992. Fue un gobierno que llegó por la vía democrática, que fue migrando poco a poco hacia otras formas autoritarias, y de allí sí tomando entonces varios elementos del comunismo.

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Déjeme avanzar en la hipótesis de que Venezuela tiene una sociedad acostumbrada a la democracia. Fue el único país de Sudamérica que no tuvo golpes militares en el siglo XX, y evidentemente debe haber una resistencia de cultura democrática en la población venezolana que no la debía haber en la cubana, y que al mismo tiempo hace plausible que pueda haber un regreso del presidente electo y, de alguna forma, una finalización del chavismo, situación inimaginable en Cuba. ¿Si hoy hubiera elecciones nuevamente, el chavismo perdería?

En Venezuela ha habido una larga tradición democrática, aunque es inexacto decir que durante el siglo XX no hubo asonadas militares, hubo una cívico-militar con el derrocamiento de Isaías Medina Angarita en octubre del 45 y otra con el derrocamiento de Rómulo Gallegos, que fue el primer presidente electo en unas elecciones democráticas, en noviembre del 48. Gran escritor, además. Pero, al menos desde 1958, con la caída de la dictadura de Pérez Jiménez, que tiene muchos nostálgicos hoy en día, por cierto, en Venezuela, sí ha habido una tradición democrática que se rompió definitivamente en 1998 con la llegada de Chávez al poder.

Okay, pero tenían medio siglo cuando toda Sudamérica tenía gobiernos directamente militares. O sea, Venezuela era una excepción en ese sentido.

Pienso que esa vivacidad democrática, ese entusiasmo democrático sigue vivo, porque lo vimos en julio pasado cuando el 70% decidió votar por una opción que iba a sacar a Nicolás Maduro del poder, y la dictadura desconoció el resultado, atrincherándose más en sí misma.

Cuénteme de Guaidó. Ahí hubo la posibilidad real de que hubiese un fin del régimen y de que esta discusión de poderes entre un Legislativo constitucional y un Ejecutivo pudiera plantear la posibilidad de que Maduro quedara fuera del poder. ¿Y qué falló allí? ¿Y qué hizo mal Guaidó?

Un historiador venezolano muy respetado, Elías Pino Iturrieta, ha dicho que lo que falló, y lo que ha fallado, en esta nueva generación de políticos venezolanos es que no han entendido que el problema es que lo que aquí se está perdiendo es la República. Y muchos de esos políticos piensan que toda Venezuela nació el día que ellos nacieron. Pienso que no hubo, primero, un olfato. Luego, Guaidó, sigo pensando que fue evidentemente sorprendido por la circunstancia, porque él ni en sus sueños más remotos iba a imaginar que iba a asumir el cargo que asumió. No hubo una estrategia más allá del intento de presión. Se pensó erróneamente que, haciendo la presión, con el hecho de que el gobierno de Guaidó reconocido por 50 países iba a ser suficiente, y por el hecho de que el respaldo popular también iba a bastar. Pero no. Estamos jugando contra una dictadura. Y si se sabe que se está jugando contra una dictadura, entonces cómo se enfrenta la situación según una estrategia clara, que no la hubo, pienso.

A ver si lo interpreto, porque agrego al reconocimiento de 50 países. Creo que parte de las reservas en oro de Venezuela reconocieron, los bancos internacionales donde estaban, que el verdadero presidente era Guaidó. O sea que además tenía consecuencias de orden económico. Interpreto que usted dice que el reconocimiento de 50 países, que las reservas internacionales, que fuera presidente de un poder legislativo constitucional, no alcanzaban porque la única salida va a ser militar. O sea, frente a una dictadura, ¿no hay otra salida que no sea militar?

A esta dictadura, siempre he pensado que el punto de quiebre está en la Fuerza Armada. De hecho, de hecho, Maduro el año pasado perdió electoralmente en varios centros militares, en muchos centros militares. Y hay militares que están presos por rebelarse contra la dictadura. ¿La salida va a ser estrictamente militar? No lo sé, pero sí creo que un quiebre en la Fuerza Armada sería lo clave.

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Discurso de la hija de Corina Machado en Oslo:

“Distinguidos miembros del comité, los ciudadanos de todo el mundo, mis muy queridos venezolanos: primero que nada, me gustaría expresar nuestra infinita gratitud, de mi familia y de todo el país, al Comité del Premio Nobel de Noruega y hablar con ustedes de la lucha de todo un pueblo por la verdad, por la libertad, por la democracia, por la paz. Y el día de hoy se está reconociendo por el mundo entero.

Yo me encuentro aquí a nombre de mi madre, María Corina Machado, quien ha unido a millones de venezolanos en un esfuerzo extraordinario que ustedes han honrado con este Premio Nobel de la Paz.

Aunque ella no ha podido estar aquí presente y tomar parte en esta ceremonia, yo debo decir que mi madre nunca rompió una promesa. Y esa es la razón por la cual, con toda la alegría dentro de mi corazón, les puedo decir que en algunas horas nosotros vamos a poder tenerla aquí con nosotros, después de 16 meses de vivir en la oscuridad.

Y, con informe, yo espero por ese momento de abrazarla, de besarla después de 2 años. Yo estoy pensando en las otras hijas, en los otros hijos que no van a poder ver a sus madres el día de hoy. Esto es lo que la impulsa, lo que nos impulsa a todos nosotros. Ella quiere vivir en una Venezuela libre y ella nunca se va a rendir. Esa es la razón por la cual todos nosotros sabemos, y yo también sé, que ella va a volver muy pronto a Venezuela”.

Ayúdenos a comprender cómo podría salir Corina Machado y si podría volver, y cuál es su conjetura respecto de, ¿por qué puede llegar dentro de unas horas si no llegó para recibir el premio?

Difícil, difícil establecer una sola conjetura. Primero hay que poner la duda sobre la mesa: ¿efectivamente logró salir de Venezuela María Corina Machado? Luego, ¿cómo lo hizo? Y si logró salir efectivamente, creo que pudiera ser por una posibilidad, que es que agentes de la dictadura de Maduro efectivamente permitieron esta salida, porque si no, no creo que habría alguna posibilidad.

Hubo dos meses previos para la preparación de esta salida, si es que efectivamente quería llegar a la ceremonia de entrega del premio del Premio Nobel. Y lo que hemos visto entonces es un vaivén de declaraciones y de especulaciones, según las cuales la misma María Corina Machado dijo, en un principio, que no iba. Hasta hace una semana, seis o siete días, María Corina Machado había dicho que, mientras Nicolás Maduro permaneciera en el poder no iba a poder acudir a Oslo a recibir el premio. Bueno, eso cambió hace unos pocos días, cuando confirmó que no solamente iba... ¿qué pudo haber pasado entonces? Ha habido un comité enorme de venezolanos que están en Venezuela, conformando entre periodistas, entre invitados, entre amigos, esperando a María Corina Machado. Y finalmente no pudo estar. En las próximas horas, supongo que ella misma ha de responder a todos estos cuestionamientos que no pudo responder en la rueda de prensa que estaba convocada para ayer. Pero mientras tanto, lo que hemos visto es eso: una guerra de especulaciones y un vaivén sobre posturas de sí o no.

Una salida clandestina implicaría inmediatamente después que sea ilegal entrar legalmente, porque salió clandestinamente. O sea, habría un delito migratorio mínimo. O sea, no podría volver a entrar de otra forma que no sea clandestina. Entonces, lo que uno tendría que analizar allí es, además de las posibilidades de poder entrar y salir clandestinamente, el hecho de si es conveniente para la salida de Maduro que Corina Machado esté en Venezuela o no. Si ella es un factor importante en el caso de que se produzca una movilización cívica pidiendo la salida de Maduro, que ella como agente que produzca esa catarsis social esté produciéndola en Venezuela o no, o quede en el extranjero y no pueda volver a entrar. ¿Cuál es su propia especulación respecto de lo que significa para Maduro sacarse a Cristina Machado y que no la tuviera en Venezuela?

Es que pienso que todo estaría igual, porque es finalmente una dictadura impopular. El mayor activo del chavismo fue siempre el pueblo. Hoy la dictadura no tiene pueblo. Tiene solo al alto mando militar fiel a él y fiel a sus intereses, claro está. Tiene las reservas que le quedan de oro, de sangre y de explotación del Arco Minero del Orinoco, que están devastando para sacar recursos, y los aliados internacionales, que son dictaduras también afines. Entonces, el hecho de que María Corina Machado esté o no dentro de Venezuela no creo que cambie la percepción de la dictadura sobre sí. Y en el lado de María Corina Machado, bueno, se ha dicho que si no regresa a Venezuela , pero si en efecto está fuera de Venezuela, para su propia supervivencia política es primordial, es imprescindible que regrese por las vías ilícitas, o mejor dicho, por las vías clandestinas porque es una perseguida política, hay que decirlo, las cosas.

Resulta por lo menos poco comprensible desde fuera que, en un régimen dictatorial, alguien pueda estar en la clandestinidad con la relevancia que tiene Corina Machado, que pueda salir y pueda volver. O sea, los servicios secretos de esa dictadura y esa solidez del sistema militar, no solamente ya no podrían derribar aviones que ingresan a su espacio aéreo, sino tampoco podrían controlar los movimientos de la principal dirigente de la oposición.

O hay complicidad interna...

Ahí voy: o finalmente hay un acuerdo entre el gobierno y esa dirigente, de cierto pacto de movilidad, cierto pacto de poder mantener una cantidad de participación y mantenerla de alguna manera libre y vigente para algo, ¿no?

O finalmente la dictadura pudiera pensar que el costo de detenerla o de algo peor, puede ser altísimo. Y también, como ocurrió en enero, cuando María Corina Machado apareció públicamente el 9 de enero, en un acto en Chacao, en Caracas, y luego hubo unas informaciones cruzadas que hablaban de una detención por parte de la dictadura a María Corina Machado, que fue el día antes de la toma de posesión en la que Edmundo González debía asumir la presidencia. Para la dictadura entonces quizás también será efectivo poner a correr esas bolas, esas especies de que María Corina Machado está captura, está presa, y resulta que no. Como en efecto se hizo luego un juego de propaganda: “Aquí está libre. Nosotros no tenemos nada que ver con eso”. Entonces, pueden ser también los dos elementos que están allí jugando.

O que pueda salir del país y volver.

Exacto. Porque el número dos del chavismo, Diosdado Cabello, ha dicho que para ellos no es importante María Corina Machado y que ella puede entrar y salir cuando le dé la gana. Entonces, eso puede usarse también como parte de la construcción de narraciones de la dictadura. “Mira, ahí está entrando y saliendo como le da la gana. ¿Cómo se hace eso en una dictadura? Entonces, eso quiere decir, por lo tanto, que yo no soy una dictadura y que la dejo salir y entrar a placer”.

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