Con algunas concesiones y no pocas dudas, el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, eludió en forma temporal un pedido de destitución. La Asamblea Nacional suspendió la sesión hasta nuevo aviso mientras Lasso ponía fin al estado de excepción declarado en seis provincias a raíz de las protestas organizadas en las últimas dos semanas por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) a raíz del aumento de los combustibles.
En un país prácticamente paralizado por los cortes de rutas y otras muestras de disconformidad, el gobierno y la Conaie tuvieron un primer acercamiento en 14 días.
El correísmo impulsa la destitución de Lasso, pero no tendría los votos
El proceso de destitución, para el cual se requieren los votos de 92 de los 137 asambleístas, dos tercios del hemiciclo, fue iniciado por el bloque de oposición Unión por la esperanza (Unes), leal al ex presidente Rafael Correa, exiliado en Bélgica tras haber sido condenado a ocho años de prisión por corrupción. Ese bloque tiene 47 escaños.
La segunda fuerza legislativa, el movimiento político Pachakutik, referente de la Conaie, rechazó el pedido de destitución. Rigen por ahora las 48 horas de tregua acordadas el sábado. El pliego de condiciones de la Conaie se centra en 10 puntos. Entre ellos, el congelamiento y la reducción de los precios de los combustibles, precios justos para los productos del campo y reivindicaciones de los derechos de las colectividades indígenas entre otras.
La Organización de los Estados Americanos (OEA) y otros organismos han instado al diálogo mientras tanto Correa como el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, alientan la confrontación. La Policía Nacional ha reconocido hasta el momento cuatro fallecidos y centenares de heridos. Lasso, exbanquero, lleva poco más de un año en el gobierno. Derrotó en 2021 a Andrés Arauz, candidato afín al expresidente Correa.
JL PAR
